Tres mecánicos trabajan sin descanso sobre la mula del bumangués Rumaldo Rodríguez. El conductor del vehículo de carga amarillo está sentado sobre un muro azul, supervisando y opinando sobre el trabajo que le hacen a su máquina. El tanque está cargado con 11.000 galones de gasolina para avión, con destino a Rionegro, Antioquia.
Ayer, día de la Virgen del Carmen, su patrona, Rumaldo no pudo celebrarlo como tanto le gusta: en su tierra y con su familia.
Por el contrario, el experto al volante, con 30 años de práctica, se encontraba en La Arenosa cargando su ‘mula’ del combustible.
El 16 de julio, a pesar de todo es un día esperado. 'Para nosotros sería festivo, pero hoy (ayer) se fue en blanco. Generalmente se hacen desfiles de ‘mulas’, se viste el camión, se le pone el monumento grande, se da una vuelta. Participan muchos carros, se echa pólvora y se hace la misa', explica.
Rodríguez, devoto de la Virgen desde niño, explica que fueron sus padres y los profesores los que le inculcaron el amor por la santa madre.
Ahora, con 52 años, admite que ella se ha convertido en la protagonista de muchos episodios que ha vivido en las carreteras del país. Uno de los que más recuerda, que lo marcó, ocurrió en 1989. 'Iba llegando a una recta en San Alberto, Cesar, era la una de la mañana. Llevaba a mi esposa y a otra señora en el carro. De repente me quedé dormido. Yo escuché una voz que me dijo: ‘Cuidado, Rumaldo’. Cuando desperté vi que iba en contra vía frente a un bus. Yo digo que fue la Virgen la protagonista', afirma.
Con su marcado acento santandereano, admite que a pesar de venir desde Barrancabermeja tardó 12 horas en llegar a Cartagena. Y que en esta ocasión no tuvo inconvenientes con sus compañeros de protestas.
'A nosotros la empresa nos manda a viajar y nos dice que tomemos medidas de seguridad. Si vemos que en algún lugar está feo, nos orillamos. Nadie me paró en el camino, no tuve problemas', deja en claro.
A pesar de reconocer que se siente orgulloso por lo que hace, acepta que está esperando que Diana Paola, su hija menor, termine la carrera de psicología para dejar de conducir.
'Uno lo hace porque sabe que de ahí saca el sustento para la casa, para el estudio de los hijos, para tener las pocas cosas que ha adquirido', manifiesta.

Rodríguez muestra sus imágenes de la Virgen.
La ausencia en la infancia y juventud de sus dos hijos, Diego y Diana, lo impulsan a cumplir con su labor para poder regresar a su natal, Bucaramanga y encontrar otra labor por hacer. Por el momento, Rumaldo Rodríguez esperaba, con paciencia, que terminaran con el tráiler de tres ejes para poner a rodar las 22 llantas de su vehículo, marcado en la puerta izquierda con la imagen de su Virgen.
Deuda pendiente
'Mis hermanos a esta hora deben estar borrachos venerando a la Virgen. Yo no puedo porque me toca manejar. Sin embargo, eso lo tengo reservado. Hasta que no brinde en honor a ella, no estoy tranquilo', así explica Manuel Marrugo cómo celebraría el día de la Virgen del Carmen si no fuese por el viaje que tenía programado para ayer, en horas de la tarde, rumbo a Maicao, La Guajira.

Manuel Marrugo maneja desde los 17 años.
Arroz, aceite y ajo fue el cargamento que le asignaron transportar al hombre nacido hace 55 años en Cartagena.
Su fervor por la Virgen también fue inculcado por sus padres y sus abuelos.
Tras sus 30 años frente al volante, admite que varias veces ha agradecido por el cuidado que la Virgen tiene sobre él en las carreteras de la Costa. 'Una vez iba manejando y me quedé sin dirección, venía suelto y el carro como iba recto iba normal, pero en una curva no me obedeció, eso fue en fracciones del segundo. Cuando le iba a pegar a otra tractomula, yo cerré los ojos y grité: ‘¡Ay Virgen del Carmen!’ No dije más nada. Cuando abrí los ojos, porque no sentí el impacto, ya el carro iba por el otro lado', explica Manuel Marrugo.
Otro día celebrará
Cantante en sus tiempos libres de un conjunto vallenato, el camionero reconoce que días como el de ayer procura no trabajar. Sin embargo, explica que 'cuando hay mercancía, uno tiene que ponerla donde le digan'.
Este 'católico a morir' –como se define– le gusta cantarle a su patrona. 'Si hay que cargar en honor a la Virgen se hace, se camina la procesión, rezo un rosario, muy especial, en la iglesia. Cuando no trabajo este día, por ejemplo, yo me dedico a cantarle a la Virgen y todo el mundo me busca. Cuando llego al barrio me están esperando', expresa con un tono de alegría.
Manuel, que desde 1992 vive en Barranquilla y que el próximo 20 de julio cumplirá un año más de vida, reconoce que a su familia no le gusta que él maneje, por el peligro que representa.
'Nosotros los conductores sufrimos bastante, la gente lo ve a uno alegre, pero es berraco, con este Gobierno hemos tenido bastante complicación. La guerrilla nos coge, nos humilla. Mi mamá me ruega que lo deje porque me han correteado, han intentado quitarme los carros, pero la Virgen me ha acompañado', dice’.
Lo que sí asegura Manuel es que seguirá siendo conductor de tractomula 'hasta que me muera'. Por ahora solo espera la fecha, un día de descanso, para 'pagarle la deuda' a su Virgen del Carmen por no haber podido celebrar su día.
Conductores en paro no celebraron
Gustavo Betancur, vicepresidente de la Asociación Nacional de Transportadores, expresó que ayer no pudieron celebrar el día de la Virgen del Carmen como usualmente lo hacen, por encontrarse en paro. 'En cuanto a caravanas, se prohibieron, previniendo que fuesen a hacer bloqueos, pero igual la gente tiene su devoción y sus creencias'. Por tanto –de acuerdo con el dirigente– se ajustaron a lo que cada quien podía hacer. Las celebraciones de los conductores se dan con mucho fervor. 'Es muy significativo para los camioneros. En esta ocasión no se pudo. Estamos en algo definitivo', declaró Betancur.