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Los asesinatos de 33 mujeres en lo que va corrido del año en Barranquilla y el departamento del Atlántico han generado alerta entre las organizaciones defensoras de mujeres. La principal preocupación es que se violenten los derechos fundamentales del género femenino, sin que los organismos del Estado salgan en su defensa.

De esas muertes, seis fueron feminicidios. Las otras se registraron por sicariato, riñas, balas perdidas y en algunos casos no se ha determinado la causa, según información de Medicina Legal.

'La mujer siempre ha sido objeto de maltrato físico o sicológico; cualquiera que sea el origen en el que se crea, la creación divina o la evolución, los hechos conducen a lo mismo: maltrato, desconocimiento de derechos, indiferencia, abuso, exclusión, violación, vejaciones y muerte', dice el docente de la Universidad Simón Bolívar, Jorge Bolívar Berdugo.

Las estadísticas oficiales también indican que en los últimos tres años la tendencia va en aumento en esta zona del país: en 2012 fueron asesinadas 36 mujeres y el año anterior, 46.

En el mundo ocurre lo mismo, afirma Bolívar: por lo menos una de cada cinco mujeres ha sido maltratada física o sexualmente por un hombre o varios, en algún momento de su vida. Quiere decir que este tipo de violencia es un problema social de múltiples variables y la expresión de un 'orden social' basado en la desigualdad entre sexos.

'Los papeles del hombre difieren de los de la mujer, originando problemas y conflictos en la sociedad, los cuales terminan en violencia generalizada contra esta última, y cuyo desenlace es la muerte', agrega el académico.

Sobre el feminicidio. El feminicidio se entiende como un fenómeno social, cultural y político que atenta contra la vida de las mujeres, que 'por desgracia' ha adquirido carta de naturalidad en Colombia, opina Bolívar. Tampoco es solo un crimen pasional, ni una situación que provocan las mujeres y se justifica con la frase 'ella se lo buscó'.

Para el sociólogo especialista en negociación de conflictos, el feminicidio es un fenómeno que adopta una forma continua de violencia sexual y en el que prevalecen los actos violentos, los motivos, el desequilibrio de poder entre sexos en las esferas económicas, políticas y sociales.

'No se trata de cualquier homicidio, sino de un crimen muy conocido y extendido en América Latina, y muy especialmente en Colombia y que se está incrementando en Barranquilla de manera alarmante', advierte.

Un factor determinante para que sigan ocurriendo feminicidios es la pasividad, omisión o indiferencia del Estado con un fenómeno que ha sido catalogado como una enfermedad pública, proyectándose del campo penal al sociológico y de la medicina.

La revictimización. Las mujeres que han sobrevivido a agresiones físicas de sus parejas, son revictimizadas en la mayoría de los casos.

Emma Doris López, integrante de la Red de Mujeres del Atlántico, menciona que hay obstáculos para que a las víctimas se les garantice la efectividad del modelo de protección integral, incluido en la Ley 1257 de 2008, después de que denuncian.

Entre las dificultades se cuenta la inobservancia de las autoridades del modelo, que garantiza a todas las mujeres una vida libre de violencia. También, la falta de conocimiento sobre sus facultades para ordenar las medidas y las entidades que deben cumplirlas.

'La revictimización genera impactos psicosociales porque remueven las situaciones traumáticas generadas por la violación de la dignidad y los derechos', dice López. 'Genera también condiciones que empeoran, que producen mayor vulneración de la situación de las víctimas'.

Celotipia y violencia intrafamiliar. La secretaria de las Mujeres y la Equidad de Género de la Gobernación del Atlántico, Stybaliz Castellanos Giovanini, indicó que la dependencia realizó un análisis sobre los motivos de los feminicidios y se establecieron varias circunstancias que marcan la tendencia violenta contra mujeres. Una de ellas es la celotipia, que es el manejo inadecuado de los celos.

Castellanos explica que la desconfianza conduce a que la situación se agrave e inicie un maltrato psíquico, luego se pase a la agresión verbal y después a la patrimonial. 'Es cuando ya se le corta la libertad a la mujer para que no salga a estudiar, trabajar y se quede en su casa, que es como la obligación que debe tener, hasta llegar al punto de atentar contra su vida'.

Otra causa es la violencia intrafamiliar, y que el flagelo del feminicidio se traslade de generación en generación. 'Un niño o una niña que aprende que la única forma de racionamiento de su padre es a través de ser violento, es la futura víctima o victimaria', asegura Castellanos.

Las disfuncionalidades que afectan el hogar, como el consumo de drogas y alcohol, aceleran la violencia de género cuando el hombre asume a su mujer como una posesión.

La Secretaría de la Mujer cuenta con el departamento de protección integral, que tiene a expertos en asuntos psicosociales, jurídicos y sicoafectivos para que las denunciantes puedan ser direccionadas al grupo de protección y justicia. 'Luego se le hace seguimiento a la mujer y a las instituciones para que den cuenta de ello', sostiene la funcionaria.

Un caso relevante fue Yuleidis Murcia, asesinada en septiembre del año pasado por su exesposo Ovidio Salazar Vergara: solo hasta agosto un juez lo condenó a 16 años y 7 meses de prisión, condena 'injusta' para familiares y allegados de la víctima.