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En 31 días se registraron dos asesinatos en la capital del Atlántico que han generado el repudio de muchos a través de redes sociales y que han llamado la atención de funcionarios del Gobierno Nacional. José Montoya Villeros y Juan Montenegro Orozco perdieron sus vidas el 18 octubre y 17 de noviembre, respectivamente, en medio de atracos en los que sus victimarios accionaron sus armas contra ellos para quitarles los celulares.

En Barranquilla, entre enero y agosto de este año, las autoridades recibieron 975 denuncias de robo de teléfonos móviles, 15 más que las atendidas en el mismo periodo de 2014 (960), lo que significa que en esos ocho meses 2015 hubo un aumento del 1,6% en este tipo de hurtos. En promedio, al dividir los 975 casos entre los ocho meses mencionados, se evidencia que cada mes se roban 121 móviles, lo que representaría que al día cuatro personas son despojadas de estos equipos tecnológicos en la ciudad.

Sin embargo, por cuenta de una cultura de no denunciar, este indicador parece ser mínimo ante la realidad del problema en Colombia. De acuerdo con el Ministerio del Interior solo el 2,3% de los hurtos de estos equipos son registrados por las autoridades.

Las estadísticas detallan que, según la Policía, en la 'mayoría' de los casos los robos ocurrieron bajo la modalidad de atraco con arma de fuego, en una proporción cercana al 37%, y que en un 27% fue con arma blanca. Solo en el 29% el celular les fue robado a las personas sin el uso de armas.

Jorge Ávila, director del Fondo Distrital de Seguridad, sostuvo que 'con mayor afectación' estos hurtos ocurrieron en la localidad Norte Centro histórico. El robo de celulares se cometió en el 86% en la vía pública, precisó. El Comando de Atención Inmediata (CAI) con más reportes es el del barrio Recreo, con 127 casos hasta agosto pasado.

Una víctima de estos robos en Recreo es Kelly Torres De Alba. Ella cuenta que el 24 de octubre pasado iba en su moto y, mientras hacia una escuadra en una esquina de la calle 63 con carrera 38, vio que se le acercó un motorizado. 'Primero me amenazó diciendo que le diera el celular y que me callara si no quería que me pasara algo. El susto fue horrible. No opuse resistencia pero una siente una impotencia muy grande', relató.

De acuerdo con el estudio de percepción Barranquilla Cómo Vamos, en 2015 el 21% de los encuestados expresaron haber sido víctima de un delito. La mayor parte de estos fueron robo/atraco/raponazo, que en este año alcanzó un 85%. A lo largo de los años, los ciudadanos han expresado que lo que más les han robado son sus celulares. En 2015 al 68% de las víctimas de robo/atraco/raponazo, el objeto robado fue el celular.

UN LLAMADO

A raíz del asesinato en un bus del estudiante Juan Montenegro, de 16 años, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, solicitó a través de una circular a todos los alcaldes del país tomar medidas que ayuden a prevenir el robo de teléfonos móviles y recordó que ese delito es uno de los que mayor impacta a la población.

Cristo recomendó actualizar el Plan Integral de Seguridad y Convivencia Ciudadana con programas para combatir este delito. Además reclamó a los alcaldes desarrollar controles e implementar medidas para que los comercios dedicados a la venta de teléfonos móviles que no cuenten con los permisos de funcionamiento puedan ser 'intervenidos por las autoridades'.

Ante esta situación, la alcaldesa Elsa Noguera respondió que es la Policía quien tiene que brindar todas las garantías a los ciudadanos. 'Le hemos pedido a la Policía que refuerce los controles, que converse con los directores de estas compañías de transporte porque nadie mejor que ellos para brindar la pautas sobre cómo se les puede brindar un mayor apoyo', expresó.

'DE NUNCA ACABAR'

Un vendedor de teléfonos móviles de Fedecafé, el principal centro de comercialización y reparación de celulares en Barranquilla, confesó a EL HERALDO que en promedio llegan a ofrecer cinco o seis teléfonos robados a este sitio.

'Aquí llegan con los teléfonos y hay una gente dedicada a comprarlos. Si el que lo ofrece sabe del negocio, les dan hasta 50% del valor comercial, sino $100 mil, $50 mil, o lo que sea, dependiendo el celular', contó el comerciante, quien pidió reserva de su nombre, y agregó que 'también se reciben otros que son usados, pero no necesariamente robados'.

El vendedor sostuvo que para esta época del año se aumenta la cantidad de móviles que llegan. Además, dijo que cuando hay conciertos o eventos es que 'mejor' les va porque 'llegan muchos' que son hurtados bajo la modalidad de cosquilleo.

'Cada vez son menos, pero todavía hay unos tres locales donde hay gente que sabe cómo cambiar el IMEI (identificación única de cada aparato) de los teléfonos que llegan', indicó.

La manipulación o alteración tecnológica de un celular robado para que su IMEI no aparezca como bloqueado en la base de datos negativa, según la Ley 1453 del 2011, consagra penas de prisión de 6 a 8 años y multas que podrían oscilar entre 6 y 700 salarios mínimos.