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El presidente Barack Obama, durante el homenaje a José Martí en la Plaza de la Revolución, con la imagen del Che Guevara a sus espaldas. EFE y AP
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Obama prevé el fin del embargo

En términos geográficos, la isla está a 145 kilómetros de la potencia del norte, 90 millas de mar. Pero la distancia que los separa se expresa también en años: 55, desde que EE UU le impuso el bloqueo a Cuba.

Los presidentes de Estados Unidos y Cuba intercambiaron el lunes llamados públicos, parados a un par de metros el uno del otro, en el histórico encuentro que sostuvieron en La Habana con el propósito de acortar las distancias entre ambas naciones.

Con un llamado a trabajar más en la defensa de los derechos humanos -en particular la libertad de expresión-, por un lado, y el reclamo de que las medidas adoptadas hasta ahora para desmontar el bloqueo económico “son positivas pero no suficientes”, por el otro, Barack Obama y Raúl Castro dejaron ver cómo se han reducido a puntos cada vez más concretos los motivos de división.

Ambos se refirieron a las negociaciones entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc, que tienen lugar en la ciudad. Obama le agradeció a Castro su gestión al albergar los diálogos. “Creo que Colombia puede alcanzar una paz duradera”, dijo.

La isla está a 145 kilómetros de la potencia del norte, 90 millas de mar. Pero la distancia que los separa también se cuenta por años: 50, desde que EE.UU. impuso el bloqueo tras la declaración del triunfo de la Revolución. “El futuro de Cuba lo decidirán los cubanos”, dijo Obama, en una frase que resume el cambio de discurso frente a Cuba y las medidas disuasivas que implementó su país.

Foto extraprotocolaria

En la primera visita de un presidente estadounidense desde entonces, Obama y Castro expusieron ante el mundo la franqueza con la que se vienen desarrollando sus diálogos. Era la tercera vez que se veían las caras desde que anunciaron que retomaban relaciones, hace 15 meses, y esta vez desde tierra cubana.

Castro recibió oficialmente a Obama en el Palacio de la Revolución,luego de que el mandatario estadounidense depositara una ofrenda florar a José Martí, el héroe nacional. En su segundo día en la isla, Obama se salió del protocolo y aprovechó para tomarse una fotografía desde el Memorial José Martí. Bajo el cielo encapotado y la potente brisa que llegó del norte con el frente frío, se alineó para una foto junto a su equipo bajo la mirada de los líderes revolucionarios Ernesto ‘Che’ Guevara y Camilo Cienfuegos, cuyos rostros figuran impresos a gran escala en los edificios en los que se concentra el poder del gobierno cubano.

El presidente conquistó así un plan turístico que se les ha negado a sus connacionales, y todos los demás turistas, por cuenta de su presencia. La emblemática plaza que decora perfiles de redes sociales en todo el mundo ha estado restringida en los últimos días, custodiada por policías.

El presidente estadounidense Barack Obama (der.) y su homólogo cubano Raúl Castro (izq.) durante su encuentro en el Palacio de la Revolución.

Reclamo por Guantánamo

“Debemos poner en práctica el arte de la convivencia civilizada con nuestras diferencias”, reiteró el líder cubano al inicio de la declaración conjunta que rindieron ante los medios, luego de la conservación privada que sostuvieron. En su discurso, insistió en pedir a Estados Unidos que respete el derecho a la autodeterminación.

“Existen profundas diferencias entre nuestros países, que no van a desaparecer”, dijo Castro, pero en lugar tras lo cual hizo una invitación no solo a Obama, sino a los mismos cubanos y latinoamericanos a “aceptar las diferencias y no hacer de ellas el eje de nuestra relación. Concentrarnos en lo que nos une, no lo que nos separa”.

Castro anunció la puesta en marcha de investigaciones conjuntas para combatir enfermedades como el zika y el cáncer. Se incrementa, así, una cooperación que ya ha dado frutos contra el ébola en África y contra el cólera en Haití, por lo que señaló que la posible normalización de relaciones irá “en beneficio de todo el hemisferio”.

Y aunque reconoció los esfuerzos de su homólogo estadounidense para el desmantelamiento del bloqueo, señaló que este “continúa en vigor, con efectos intimidatorios de alcance extraterritorial. El bloqueo es el obstáculo más importante para nuestro desarrollo económico”.

El líder socialista pidió mayores acciones contra el bloqueo y le recordó a Obama, además, que para “avanzar en la normalización es necesario devolver el territorio ilegalmente ocupado en la base de Guantánamo”.

Petición al Congreso. “Por más de medio siglo esta visita hubiera sido inimaginable, pero es un nuevo día”, dijo el presidente Obama, al tomar el uso de la palabra. Explicó algunas de los detalles de su viaje que han sido acogidos positivamente por los cubanos. Dijo que sus hijas quisieron acompañarlo en el viaje, para conocer la “belleza de Cuba y su pueblo”.

Además, aseguró que el visitar la Catedral en su primer día le recordó los valores que comparten Estados Unidos y Cuba, y le agradeció al papa Francisco. “Hizo mucho por esto”. Obama, en efecto, se había reunido con el pontífice católico poco antes de anunciar que visitaría la isla. Y Bergoglio, a su vez, recién había sostenido una cita con el papa de la iglesia Ortodoxa, el ruso Kilin, previamente a un encuentro que este tenía programado con Castro. Así es como explican varios en la isla el hecho de que esta histórica visita de estado se haya producido en el inicio de la Semana Santa. “La política es bonita”, resume Roberto Guerra, un puertorriqueño que llegó a la isla a un encuentro de la religión Yoruba.

El mandatario norteamericano admitió los avances sociales que están tomando forma en la isla y reconoció que “lo que hicimos por más de medio siglo no fue bueno para EE.UU. ni para Cuba”. Obama aseguró que su administración emprendió una serie de modificaciones administrativas para hacer que el bloqueo sea “mucho más flexible”, pero aclaró que la ley que lo puso en marcha no ha sido rechazada todavía.

“La lista de cosas que podemos hacer de manera administrativa se está reduciendo”.

Por eso, dijo, lo que falta para normalizar las relaciones totalmente está ahora en manos del Congreso, al cual le lanzó un llamado: “Que el Congreso levante el embargo (…) el bloqueo tiene que terminar”. Afirmó que está “esperanzado” en que la decisión se tome antes de que deje la presidencia.

Las distancias. Obama señaló con insistencia que, para lograr ese propósito, será de gran ayuda el avance de Cuba en “derechos humanos”. “Queremos ayudar a los cubanos a tener mejor internet. Ayudar a los cubanos a que tengan acceso en línea para sus negocios”.

Incluso, afirmó que si ceden las restricciones para que compañías estadounidenses construyan infraestructura de banda ancha en la isla, ello podría “ayudar a acelerar el ritmo” del levantamiento del embargo.

Ante lo cual, el presidente Castro respondió luego que no deben haber “dobles raseros” en lo que se refiere a los derechos humanos. “No se debe politizar el tema”. Al ser increpado sobre esto citó la cobertura en salud y educación gratuita en Cuba, y pidió que le nombraran un solo país que cumpla todos los derechos humanos, con lo que sostuvo su argumento de que esta es una agenda pendiente en todo el planeta.

Luego de la conferencia de prensa, el mandatario estadounidense se reunió con nuevos emprendedores cubanos, citadinos y rurales, y representantes de empresas estatales.

Preguntas calientes. Entre risas, Obama y Castro revelaron su acuerdo frente a las inquietudes de los periodistas: el estadounidense respondería dos preguntas, y el cubano una. Sin embargo, los enredos con la traducción les dieron espacio a los dos para gambetear los interrogantes más espinosos. Obama omitió responder el por qué no se reunió con Fidel Castro. A su vez, Raúl Castro esquivó expresarse a favor de alguno de los candidatos que lideran la carrera para reemplazar a Obama. “Yo todavía no puedo votar en los Estados Unidos”, dijo al ser inquirido sobre Hillary Clinton y Donald Trump.

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