La gran mayoría de los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) descartan seguir los pasos de Uruguay, cuyo Parlamento aprobó la legalización de la producción y venta de la marihuana y sus derivados.
Entre ellos, el viceministro costarricense de Seguridad, Celso Gamboa, presidente saliente de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), quien declaró que 'Uruguay se ha decantado por esa alternativa, sin embargo no es una posición regional', afirmó al señalar que el resto de miembros de la CICAD no contempla la legalización de las drogas como 'una alternativa viable'.
Según explicó, los otros 33 países miembros de la comisión están 'buscando más alternativas, no la legalización, sino más y mejores opciones viendo esto como un problema de salud pública y con equipos interdisciplinarios.'
No obstante, Gamboa calificó como 'respetable la forma como cada país aborda la lucha contra el narcotráfico'.
Por su parte, el jefe en Colombia de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc), Bo Mathiasen, quien ejerce como observador durante esta cita, defendió la postura del organismo multilateral de que esta ley uruguaya viola los tratados internacionales.
'Ahora tenemos que tener un debate con el Gobierno porque implementa esta política. Es una política que nosotros consideramos bastante preocupante porque está en contra de los principios del control de drogas', anotó.
Por otro lado, tanto Mathiasen como el secretario ejecutivo de la CICAD, Paul Simons, hicieron hincapié en el reto que supone la proliferación de nuevas drogas sintéticas que no han sido clasificadas como ilícitas y que se venden con frecuencia desde Internet.
Sin embargo, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo que deseaba que Uruguay tuviera éxito en su política de legalizar la marihuana y confió en que esta medida sirva para impulsar el debate sobre alternativas a la política de lucha contra las drogas iniciado por el organismo continental en mayo pasado.
La polémica mundial surge luego de que el Senado uruguayo despenalizara el martes la producción y venta de marihuana, que pasará a estar controlada por el Estado.
Impulsada por el presidente de Uruguay, José Mujica, como una alternativa a las formas tradicionales de lucha contra el narcotráfico, el proyecto de ley obtuvo el visto bueno de la Cámara de Diputados en julio.
Hasta ahora, el consumo de marihuana no está penado por ley en Uruguay pero sí su venta y cultivo.
Con la nueva legislación, se legalizará la compraventa y el cultivo de marihuana, y se establece la creación de un ente estatal regulador de la droga.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) lamentó, en un comunicado emitido en Viena, la aprobación de esa ley por parte de un país que ha suscrito las convenciones internacionales sobre drogas y asegura que no se ha tenido en cuenta el impacto negativo de la legalización en la sociedad.
Finalmente el Departamento de Estado de EE.UU. dijo: 'Depende del pueblo de Uruguay decidir qué políticas sobre las drogas son las más apropiadas para el país. Pero tiene la obligación de cumplir sus compromisos internacionales'.