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Los eventos preliminares de la programación oficial del Carnaval han dado, este año, señales de un crecimiento en términos logísticos en su organización. Y, también, de un avance en su conceptualización. Cada vez parece más claro que el Carnaval es fiesta y bololó, pero también cultura y tradición, al tiempo que un dínamo económico en franco movimiento.

La madurez de este pluralismo que lo define será puesta a prueba hoy, cuando la gozadera llegue a su máximo furor en la Vía 40, convertida en ‘cumbiódromo’ para darle paso al primero de los grandes desfiles del Carnaval: la Batalla de Flores.

Aunque el Carnaval fue declarado por la Unesco como obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad desde 2003, esta es la primera edición desde la aprobación de su Plan Especial de Salvaguarda por parte del Consejo Nacional de Patrimonio.

Hasta ahora, los primeros eventos no han fallado a la cita con la responsabilidad que ello supone. Apenas está por comenzar la hora crucial, pero desde ya, este Carnaval tiene todo para perfilarse como uno de los mejor organizados, sin mayores escaramuzas o retrasos que lamentar en el desarrollo de los eventos.

La reina Marcela García Caballero le ha aportado, además, un poderoso significado simbólico a cada detalle de su mandato, que propende por una ‘gozadera macondiana’. Una capa más para enriquecer la que ya de por sí es una manifestación cultural de proporciones enormes, que ha cobrado esta vez un sentido como homenaje al máximo exponente de las letras colombianas, el nobel Gabriel García Márquez.

Son muchos los esfuerzos que convergen para lograr el éxito de los desfiles y eventos. Sin duda, lo que se ha visto es fruto de un aprendizaje en la articulación entre el sector público y privado, las autoridades, los hacedores y la ciudadanía.

Hoy será el momento para observar las medidas que se pusieron en marcha, después de ocasiones anteriores en que la configuración de la Batalla de Flores despertó polémicas. Lo sucedido abrió una reflexión, cuyo efecto se verá reflejado hoy.

El desfile estará segmentado por primera vez. Habrá cinco bloques temáticos, para resaltar la importancia de las expresiones que constituyen el Carnaval. Un bloque para la cumbia, otro para la herencia ancestral, otro para las comparsas de tradición popular, otro para la latente influencia africana y uno más para la fantasía del Caribe.

Es la primera acción sobre el desfile que se deriva del Plan de Salvaguarda. Y acorde con una manifiesta intención de reducir la “espectacularización” y darle más valor a lo vernáculo, se ha reducido el número de artistas de otros géneros invitados al desfile, privilegiando el folclor y el sonido tradicional.

Confiamos en que todos esos esfuerzos se traduzcan en la gran fiesta que todos esperamos en la Batalla de Flores

Hoy se vivirán desfiles igualmente importantes en la carrera 44 y la calle 17. Manifestaciones que reivindican la cercanía del público, y que también se enmarcan en la necesidad de proteger la naturaleza original de la fiesta. Un propósito que congrega a unos y otros, no solo para mantenerla sino para potenciarla. Ya ha quedado evidenciada la oportunidad de que los distintos actores en torno al Carnaval avancen juntos en estos propósitos. Para que la fiesta no solo dure cuatro días, sino que sea una industria de todo el año.