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La educación es concebida por la Constitución colombiana de 1991, como un derecho fundamental y un servicio público que tiene una función social. Desde esta perspectiva, la educación es reconocida como garante de la equidad, justicia e inclusión.

Una de las claves para mejorar la educación radica en formar una fuerza laboral con los más altos estándares de calidad; sin embargo, los resultados de las Pruebas Pisa a nivel internacional publicados esta semana, dejan un claro mensaje para nuestro país: No hemos avanzando lo suficiente para garantizar que nuestros jóvenes adquieran las competencias mínimas de lenguaje, matemática y ciencias que les permitan ser ciudadanos productivos en medio de un escenario internacional cada vez más competitivo.

Desde 2009, el Observatorio de Educación (OECC) de la Universidad del Norte ha venido promoviendo escenarios para la investigación, socialización y debate sobre el estado del arte de la educación en el país y en especial, de la región Caribe. En esa línea, uno de los temas de estudio prioritario para el Observatorio de Uninorte son los resultados de las Pruebas de Rendimiento Académico, los cuales evidencian el déficit actualmente existente para mejorar la competitividad de nuestros estudiantes.

No creemos conveniente asumir una postura únicamente crítica en torno a estos resultados, sino una constructiva. Motivo por el cual, además de hacer un llamado a los responsables del sistema educativo a revisar los programas y acciones puestos en marcha durante los últimos años, invitamos a todos los actores de nuestra sociedad a asumir su rol como corresponsables de la educación de nuestros jóvenes. Ello con el fin de avanzar en aquellos aspectos que estimamos de vital importancia:

—Reconocer el valor de la educación inicial. Esta es una etapa fundamental que afecta la totalidad del ciclo formativo de los estudiantes.

—Aumentar el reconocimiento social y laboral que tienen la profesión del docente.

—Seguir avanzando en el mejoramiento de la dotación e infraestructura de las instituciones educativas.

—Mejorar las prácticas pedagógicas y didácticas dadas en el aula.

—Implementar un Modelo de Orientación Vocacional que acompañe al alumno a la selección de lo que quiere hacer en el futuro.

—Promover mejor el uso de las TIC para el fortalecimiento de los escenarios de aprendizaje.

—Debatir y reformar los currículos al interior de nuestras instituciones educativas.

—Convertir la evaluación en una experiencia formativa, más allá de la calificación.

—Mejorar la calidad del cubrimiento periodístico en torno a los temas educativos.

Son solo algunos retos que deberíamos asumir para garantizar el marco de competitividad que requiere la región a futuro. Si no tomamos consciencia de esto, podremos seguir teniendo muchas potencialidades, pero sin el capital humano que le saque provecho social pertinente y efectivo.