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Las altas importaciones que sostienen la producción agropecuaria amenazan con incrementar el costo de los alimentos hasta 20%, por cuenta de un dólar que superó la barrera de los $2.900, un impacto que inevitablemente sentirá el consumidor final.

En la mayoría de las actividades económicas rurales hasta el 80% de las materias primas se compran en el exterior, entre fertilizantes, plaguicidas, semillas, maquinaria, alimentos concentrados y equipos.

Según cifras del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, los precios de estos insumos en suma representan entre 12% y 24% del costo total de la producción.

La Cámara Procultivos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, Andi, por su parte, calcula que los plaguicidas tienen una participación de entre 8% y 18% y los fertilizantes de hasta 22%. En la actividad pecuaria el principal insumo que es el maíz que en promedio pesa 50% en los costos, según un sondeo realizado por La República.

El gerente de la Asociación Hortifrutícola de Colombia (Asohofrucol), Álvaro Palacio, aseguró que en los últimos meses los fertilizantes que requiere la actividad han sufrido un incremento de 20% en su precio.

Para los cafeteros los fertilizantes suman 15% de sus costos, pues el valor de cada bulto en promedio es de $70.000 y se necesita media tonelada por hectárea según Alejandro Corrales, exvocero de Risaralda ante el Comité Nacional de Cafeteros.

Colombia es deficitaria en la producción de maíz amarillo, el país demanda 4,86 millones de toneladas entre alimentación animal y consumo humano pero solo se producen 1,10 millones en promedio.

El contingente con arancel cero pactado en el Tratado de Libre Comercio, TLC, con Estados Unidos (2,4 millones de toneladas), principal proveedor para la agroindustria, se agotó en mayo, obligando a los empresarios a pagar las importaciones con un arancel de 16,7%, más alto ahora que la tasa de cambio se acerca a los $3.000.

Esto llevó a cuatro gremios pecuarios (Fenavi, Asoporcicultores, Fedecooleche y Federal) a solicitarle al Gobierno por medio del Ministerio de Comercio que autorice un contingente adicional de 1,17 millones de toneladas de maíz sin arancel buscando que los sobrecostos no se trasladen al consumidor final y generen inflación.