Pékerman no logra resolver el nudo de Chile
Colombia igualó este jueves 0-0 ante Chile, en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, por la fecha once de la Eliminatoria al Mundial Rusia 2018.
No hubo ideas, no hubo claridad, no hubo nada. Colombia jugó ayer, quizá, su partido más discreto de la Eliminatoria y le regaló un punto a Chile, luego de igualar 0-0, en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, por la undécima fecha del clasificatorio al Mundial de Rusia 2018.
Fue un partido mal planteado y mal manejado. Fueron 90 minutos inciertos para Colombia, que nunca encontró las vías para hacerle daño a una Chile ordenada tácticamente.
Dos opciones de gol creó la Amarilla en todo el partido, la muestra clara de la falta de generación de juego de un equipo que careció de ideas en el mediocampo. Ni Orlando Berrío, ni Edwin Cardona, ni James Rodríguez ayudaron al combinado patrio, que naufragó sin rumbo fijo.
Los primeros minutos fueron para Chile, que salió disparada a buscar a presionar en campo rival, planteando un partido intenso, asfixiante, muy parecido al realizado en la eliminatoria anterior, donde igualó 3-3 ante los dirigidos por José Pékerman.
Colombia se vio sorprendida. Le costó para quitarle el balón al rival, que poco a poco comenzaba a generar peligro, guiados por el volante Arturo Vidal, la brújula de la Roja en la Arenosa.
Los minutos pasaban y Chile sintió el desgaste, producto del juego agresivo que plantearon y de la fuerte temperatura. Vidal y compañía se replegaron en su campo, armando una línea de cinco en defensa y cediéndole el protagonismo a Colombia, que no supo aprovechar las ventajas que brindó el rival en el momento más incómodo que estuvo en el partido.
Cardona se vio errático, Berrío estuvo perdido y Borja no tuvo ni la fuerza, ni la potencia, ni el olfato goleador que lo destaca en Atlético Nacional. El cordobés, una de las grandes sorpresas en la nómina titular, jugó un partido discreto, muy lejos de gran presente en el cuadro verdolaga.
Pékerman echó mano del Tigre Falcao en la segunda parte, pero, a pesar de su esfuerzo, el samario tampoco encontró la llave para abrir el portón chileno, bien custodiado por Bravo, Jara, Isla y compañía.
El ingreso de Luis Fernando Muriel y Macnelly Torres le dio un nuevo aire a la Amarilla, que se oxigenó en el medio. El juego colectivo volvió a ser la principal arma de la Selección, que poco a poco comenzó a generar peligro en el arco de Claudio Bravo.
Chile ya no tenía fuerzas y se dedicó a quemar tiempo, a manejar el partido alejado del fútbol. Vidal volvió a ser el líder de esa labor. Se caía, simulaba, aparentaba, protestaba con la complacencia del central, cortando el partido una y otra vez.
El desespero comenzó a apoderarse de los jugadores de Colombia y del público que asistió ayer al 'Coloso de la Ciudadela'. La media distancia y la pelota aérea se convirtió en la principal arma de un equipo que tiene en su ADN el toque y la posesión. No hubo manera de penetrar el área roja. Se intentó por todos los medios, pero nunca con la claridad suficiente para poner en aprietos, primero a Bravo y luego a Herrera, que remplazó al arquero del Manchester City por lesión.
Colombia volvió a verse deslucida de local. Así como ante Uruguay, la Amarilla no tuvo la claridad suficiente para generar opciones claras de gol, a pesar de que mostró ganas y actitud.
No fue un partido atractivo para la retina del espectador y deja un sabor amargo por los puntos perdidos. Chile se va feliz, con la obtención de un punto en una plaza complicada y con la satisfacción de arrebatárselo a un rival directo en la clasificación al Mundial.
