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Miguel Borja con el trofeo de campeón de la Copa Libertadores de América. Efe
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Miguel Ángel Borja, de vendedor de fritos a campeón de América

En Tierralta, Córdoba, donde nació y se forjó Miguel Borja en medio de grandes sacrificios, continúan celebrando el título de su ídolo.

Al otro lado de la línea se escucha una parranda y una aclaración: “Compa, yo soy 100% juniorista, pero me tocó festejar el triunfo del Nacional”. La voz emocionada y con marcado acento sabanero es de Omar Ruiz, amigo de Miguel Ángel Borja, el delantero de Tierralta (Córdoba) que anotó el gol con el que los verdolagas vencieron 1-0 al Independiente del Valle y se coronaron campeones de la Copa Libertadores de América, el miércoles pasado en el estadio Atanasio Girardot, de Medellín.

Son las 11 a.m. del jueves y Ruiz asegura que él y mucha gente en Tierralta todavía sigue bebiendo y festejando la gloria alcanzada por el ídolo del pueblo. “¡Esto está ‘prendío’!”, exclama.

Ruiz se aleja un poco del parlante y empieza a contar al periodista de EL HERALDO los días en que Borja “era flojo para el estudio”, pero ayudaba a sus padres en las actividades para el sostenimiento de la casa.

Borja, autor de cinco vitales goles en los cuatro últimos partidos de la Copa, viene de una familia muy humilde y trabajadora.

La mamá, Nicolasa Hernández, vendía fritos y el papá, José Borja, comercializaba bolis, boletas de rifa y cualquier tipo de mercancía. “Migue ayudaba a su mamá a vender fritos al lado de la cancha La Bonga, del barrio Escolar. Ahí vendía y jugaba fútbol”, recuerda Ruiz.

Ya ha pasado un rato de relato. Ruiz promete conseguir al papá de Borja para que cuente su historia. No se le hace difícil ubicarlo y pasarle el teléfono para que hable con el periodista. Don José, de 74 años de edad, es un tipo alegre y noble que el día después del triunfo alcanzado por su hijo está recorriendo las calles del terruño para ofrecer sus rifas, como si nada hubiera pasado. “Yo tengo que salir por ahí para entrevistarme con la gente y vender. Yo converso con todos, me gusta”, dice después de romper el hielo. La timidez inicial solo le permitía responder con monosílabos.

"La mamá y los hermanos están por allá en Medellín, yo me quedé por acá", agrega el progenitor del cañonero de moda en el fútbol colombiano.

No sabe exactamente cuántos hijos trajo al mundo ("es que tuve varias mujeres, son como doce hijos", dice), pero don José tuvo seis retoños con Nicolasa, entre ellos Miguel Ángel, el menor, el que lo tiene más feliz que de costumbre, el que facilita que su negocio informal se mueva con más fuerza por estos días.

Cuenta que se vio el partido en su casa, en compañía de algunos familiares, vecinos, amigos y unos reporteros de un noticiero nacional que querían grabar su reacción en medio del juego.

Piensa que el aguacero que cayó en Tierralta en el momento que se desarrollaba el partido evitó que la fiesta fuese más masiva e intensa.

"El personal se aguantó un poco por la tormenta o si no, mejor dicho, pero la gente está alegre", dice el papá del artillero.

Atrás han quedado los tiempos en los que Miguel Ángel corría descamisado y a pie descalzo detrás de un balón que improvisaba con "trapos, caucho o lo que sea", según palabras del viejo José, ahora es un jugador reconocido que el año pasado levantó la Copa Sudamericana con Santa Fe, que en el primer semestre de este curso ganó el Botín de Oro con Cortuluá (tras imponer un récord en torneos cortos de 19 goles), que acaba de conquistar la Copa Libertadores y que ya se encuentra con la Selección Colombia olímpica que buscará una medalla de oro en Río de Janeiro.

"Siempre estaba jugando fútbol y decía que quería llegar a un equipo. Gracias a Dios lo consiguió", dice don José.

El teléfono vuelve a las manos de Ruiz, que con esa sencillez y amabilidad de un buena gente, se pone a la orden para buscar más fuentes de información y rememorar más situaciones del pasado de Borja.

En su imparable recuento de anécdotas resalta el deseo de Miguel Ángel de convertirse en jugador del Junior, el equipo de sus amores, del que es confesó hincha.

"Todavía tiene la finca pintada con los colores y el escudo del Junior", afirma Ruiz. "Yo hablé una vez con Léider Frías (utilero del cuadro tiburón), cuando 'Migue' estaba empezando, para que lo recomendará allá, pero no se pudo hacer bien el contacto, dijeron que no se podía en ese momento. Lástima, ese hombre estaba desesperado por jugar allá. Después se fue pa' Cali porque quería ser profesional".

¿Y Don José?... Antes de ceder el celular a Ruiz, se despidió feliz, Tierralta, municipio que tuvo una gran incidencia paramilitar que Borja logró gambetear, muestra gratitud y no se olvida de su hijo, que pasó de vender fritos a campeón de América.

Ficha técnica de Miguel Ángel Borja Hernández

Fecha y lugar de nacimiento: 26 de enero de 1993 en Tierralta, Córdoba.

Estatura: 1,83 cm.

Peso: 74 kg

Equipos donde jugó: Deportivo Cali, Cúcuta, Cortuluá, La Equidad, Livorno (Italia), Olimpo de Bahía Blanca (Argentina), Santa Fe y Atlético Nacional

Goles anotados: Cortuluá (32), Santa Fe (10), Atlético Nacional (5), La Equidad (4) y Olimpo (3)

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