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Dumar Rueda controla el balón ante la marca de Néstor ‘Palmira’ Salazar, en un juego entre Junior y Chicó.
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“En Junior viví el momento más bonito de mi carrera” : Dumar Rueda

El volante santandereano, de 43 años, recuerda su exitoso paso por el Junior • Destaca el hecho de haberse ganado el respeto de la “afición más exigente del país” • La pubalgia lo sacó del fútbol.

En 2008, Dumar Rueda llegó a Barranquilla en silencio y bajo la mirada crítica de una afición rojiblanca que no veía con buenos ojos su contratación. Pero fue cuestión de meses para que el buen volante santandereano se ganara con trabajo, esfuerzo y sacrifico el respeto y la admiración de esa misma hinchada, que después sufrió con su partida, a raíz de una pubalgia crónica que lo sacó del fútbol.

“Que un jugador de 35 o 36 años ponga de pie al ‘Metro’ eso es algo muy lindo. Todo lo que viví en Barranquilla fue importantísimo, porque me hacían sentir valioso a mi edad. En Junior viví el momento más bonito de mi carrera”, manifestó, en diálogo con EL HERALDO.

P  ¿Qué hay de la vida de Dumar Rueda?
R
 Después de retirarme del fútbol en el Junior —año 2009— tuve la ilusión de irme a descansar unos años con la familia a mi pueblo (Vélez, Santander). Ya era el momento para dedicarle el tiempo a mi esposa y a mis hijos. En mi época de jugador era poco expresivo, quizas fallé en eso, pero era mi manera de ser. Era tan profesional que me metía cien por ciento en el juego, pero aprovecho esta oportunidad para expresar todo el sentimiento que siento hacia mi esposa que ha sido mi bastión todos estos años. Me dediqué a ellos que son mi razón de vivir y descansé casi tres años, hasta que me volvió a picar la pasión por el fútbol y desde hace año y medio soy el director de las divisiones menores del Deportes Tolima.

P  ¿Siempre quiso incursionar por la vía de la formación de jóvenes futbolista luego de su retiro?
R
  Cuando me retiré dije que mi proyecto de vida no estaría encaminado a nada relacionado con el fútbol, pero míreme. Volví a este cuento y me vine a trabajar al Tolima, un club al cual también le debo mucho. Pero no descarto otras vías. Ahora estoy haciendo un curso para ser técnico y puede que más adelante me incline por eso.

p  ¿Se imaginó en algún momento que el Junior sería el equipo donde usted se retiraría?
r  Nunca me lo imaginé, como tampoco me imaginé que me retiraría ese año. Quería seguir jugando uno o dos años más en Barranquilla y después si decir adiós al fútbol activo, pero mi lesión (pubalgia) no me dejó.

p  Recuerdo que cuando usted vino, muchos aficionados rojiblancos no compartían su contratación, pero usted con trabajo, sacrificio y fútbol logró ganarse la admiración del hincha...
r  No sé qué pensó la gente cuando escuchó el nombre de Dumar Rueda en las contrataciones de ese año. Yo en parte los entendía, porque llegué a Barranquilla con 35 años, la gente tenía muchas dudas. Al principio reconozco que el equipo fue un desastre y me incluyo, pero con el cambio de técnico (salió el Santiago Escobar y asumió Julio Comesaña) empezamos a coger la forma que esperábamos y ahí pude sacar lo mejor de mi fútbol. De a poco me fui ganando el respeto de la gente en Barranquilla, que no es fácil.

Dumar asegura que Comesaña fue el técnico que más lo marcó en su carrera.

P ¿Qué es lo que más recuerda de ese paso por Junior?
Todo lo que viví fue muy bueno. No miento al decir que fue uno de los pasos más bonitos de mi carrera. Que un jugador de 35 o 36 años ponga de pie al ‘Metro’ eso es algo muy lindo. Todo lo que viví en Barranquilla fue importantísimo, porque me hacían sentir valioso a mi edad. Cuando me lesioné la gente me pedía que me recuperara rápido y esas son cosas que lo marcan a uno.

P   Usted vivió en carne propia el sufrimiento en la pelea por no perder la categoría. ¿Qué recuerda de aquel momento?
R
  Ufff, eso fue muy feo. Era una realidad que nosotros comenzamos a sentirla con el paso de los partidos y al ver que no se conseguían los resultados. Pagamos caro los errores cometidos en la pretemporada, se planificó mal el trabajo con el profe ‘Sachi’ Escobar y eso nos pasó factura. Después llegó el profe Comesaña y logramos revertir la situación. Fue una cosa de locos lo que vivimos.

P ¿Se les pasó por la cabeza en algún momento que podían descender?
R
No crea que sí (risas). Nosotros veíamos que pasaban los partidos y nada que podíamos salir de esa situación. Los resultados no llegaban y por más que lo intentábamos no podíamos ganar. Nosotros nos mirábamos las caras y decíamos, ‘¿cómo es posible que estemos aquí?’, porque teníamos un buen equipo. Por eso cuando logramos la salvación, a dos fechas del final, celebramos ese logro como si fuéramos quedado campeones (risas).

P  Un momento negativo en Junior: ese título que pierden ante el Once Caldas en 2009…
R
Sí, claro. Desafortunadamente a veces uno juega los peores partidos en los momentos menos indicados. El juego de ida de esa final lo jugué con un dolor impresionante por la pubalgia y ya para la vuelta el cuerpo no me dio más. El partido lo vi en una clínica encerrado. Ese día las cosas no se nos dieron y Once Caldas fue justo ganador, porque hizo todo el trabajo que se necesita para ganar una final.

P  El hincha en aquel entonces decía: “Si Dumar hubiese jugado ese juego de vuelta quizá la historia fuera otra”. ¿Piensa lo mismo?
R
  No sé, los jugadores a uno también lo hacen sentir así. Lo mismo me pasó en el Tolima, cuando jugamos la final ante el Cúcuta. En el juego de ida me expulsan y en la vuelta ellos nos superan y ganan el título. Tanto la gente como mis compañeros decían eso, que quizá conmigo adentro ganábamos esa final. Es lindo que digan eso, porque lo hacen sentir importante a uno.

P  Usted tuvo la oportunidad de compartir vestuario en Junior con Teófilo Gutiérrez. ¿Desde aquel momento ya se visualizaba lo que iba a ser Teo?
R
 No imaginé que iba a descrestar tanto o que se iba a ir tan rápido al fútbol del exterior, de lo que sí estaba seguro es que era un muchacho con un talento impresionante. Uno lo veía en los partidos y en los entrenamientos y sabía que iba a llegar lejos si se lo proponía.

P  ¿Esa personalidad inestable que ha caracterizado a Teófilo y que le ha generado tantos problemas en varios clubes, ¿ya se visualizaba en sus inicios en Junior?
R
  En ese momento no era un jugador problemático, pero como era tan joven se expresaba como un pelao. A veces decía cosas cuando no era el momento de decirlas. Ahora que es un jugador maduro y debe medirse en lo que habla, porque ya está jugando en Europa y en la Selección, y sus palabras tienen más repercusión.

P  ¿Qué técnico lo marcó en su carrera deportiva?
R
 Todos un poquito. Resalto quizá más a Julio Comesaña porque me hizo entender que a mi edad tenía que regularme y supo sacar lo mejor de mi fútbol para ponerlo al servicio del Junior. Su manera de trabajar era muy buena y ayudó mucho.

P  La pubalgia finalmente es la que lo saca del fútbol. ¿Usted sí sufrió con esa lesión?
R
 Una de las grandes frustraciones que me dejó el fútbol fue el no haber podido seguir jugando en Junior. También fue culpa mía que la lesión empeorara, porque siempre quería jugar, me metía con el dolor, los médicos me decían: ‘usted no puede jugar’, y yo no hacía caso, pero esa era mi forma de ser, siempre quería jugar, aportar, ayudar. Eso volvió la lesión crónica y por más que la trabajamos no pudimos evitarla.

P  ¿Era cierto que para que usted pudiera jugar cada partido había que hacer un esfuerzo titánico desde lo médico y físico para que estuviera medianamente en buenas condiciones?
R
 Sí, claro. La semana previa a cada partido se volvió un martirio para mí. La gente no sabía todo lo que hacía para poder jugar y lo que me tocaba soportar en el campo para rendir al máximo. Hasta que el cuerpo, después de 18 años de carrera, dijo no más y pidió un descanso físico definitivo. Una lástima, porque me retiré en el mejor momento de mi carrera.

P  Jugar en el exterior e ir a una Selección Colombia, ¿otras dos deudas que le deja el fútbol?
R
 Así es. Pienso que mi trabajo nunca fue valorado por los técnicos de la Selección Colombia, porque básicamente los últimos años fueron los mejores de mi carrera, jugando a un nivel altísimo y nunca se me dio la oportunidad. Y lo de jugar en el exterior, nunca tuve un empresario que me moviera.

“En Barranquilla si no te cuidas, no triunfas”

P  ¿Cómo ve al actual Junior?
Es un gran equipo. El año pasado lo vi mucho porque con el Tolima lo enfrentamos cinco veces durante el semestre. Es un equipo fuerte en la parte ofensiva, con jugadores muy dinámicos y decisivos como Vladimir Hernández. Un equipo muy bien trabajado y que individualmente tiene jugadores para resolver.

P  ¿Qué destaca del técnico Alexis Mendoza?
R
 Lo que destaco de él es que después de ser asistente durante tanto tiempo del profesor Reinaldo Rueda supo desempeñarse y adaptarse rápido al puesto de técnico en propiedad, porque en su primer año logró un título y un subtítulo. Está demostrando todo lo que aprendió y que tiene madera para seguir solo adelante.

P  Con el proceso que ha venido adelantando Junior desde hace un tiempo, más la inclusión de elementos jóvenes, que han llegado a reforzar el equipo este semestre. ¿Cómo ve el futuro del equipo rojiblanco?
R
Yo lo veo muy bien, pero eso sí, el año anterior dejaron el listón alto, así que ahora deben igualar o mejorar esa campaña. Tienen una muy buena plantilla para poder aspirar a eso.

P  ¿Es muy complicado para un jugador triunfar en una plaza como Barranquilla?
R
 Muy duro, muy difícil. Creo que es la afición más exigente del fútbol colombiano por el ambiente que se maneja, por lo que significa ese equipo para la ciudad. Por la gente, por el clima, por todo lo que rodea a la institución, por la presión que siempre hay y por el cuidado que debe tener un jugador en Barranquilla, si no te cuidas, no triunfas.

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