
Todo por la plata. El anuncio de la llegada de la petrolera canadiense Pacific Rubiales al grupo de empresas patrocinadoras de Real Cartagena generó una metamorfosis parcial en el uniforme del equipo cartagenero. Esta noche cuando pise el gramado de El Campín de Bogotá, los auriverdes se parecerán más al Sport Boys del Callao, en Perú. O al Palermo de Italia. De rosa se teñirá la ilusión cartagenera que buscará la primera victoria en 25 choques en toda la historia ante Los Embajadores.
El patrocinio de la multinacional norteamericana llega gracias a la gestión particular del alcalde Campo Elías Terán. Mil millones de pesos dejará en las arcas del equipo la misma empresa que presuntamente estuvo muy de cerca a la campaña del actual mandatario distrital y de la que Terán Dix había dicho, en su momento, que le donaría 300 casas para los habitantes del barrio San Francisco, luego de la tragedia que dejó sin techo a mas dos mil familias del populoso barrio. Pacific Rubiales lo desmintió, pero no lo dejó embarcado en su campaña por evitar que Real Cartagena se vaya a la B en su mandato. Por supuesto, los dueños del equipo (la familia Rendón) se frotan las manos y se aprovechan de la angustia de un político que no quiere perder ‘rating’ ante la opinión pública y convertirse en el ‘Alcalde del Descenso’.
En lo deportivo, la perdida de cuatro puntos como local (empates ante D. Cali y Boyacá Chicó) tienen contra la pared al equipo heroico, cuyas pretensiones de mantenerse en la categoría A lo obligan a no distanciarse de su competidores en la zona del descenso. Eso lo conmina a no regresar con las manos vacías a su casa, el Jaime Morón, donde la otra semana recibirá al Deportes Tolima.
El técnico Mario Vanemerak lleva debajo del brazo un libreto que hasta ahora no había aplicado: tres defensores centrales, dos laterales que deben abrir el juego por las puntas y unirse a los del fondo cuando Millos ataque y pescar una pelota por arriba cuando busquen el cabezazo de los más altos del equipo heroico.
Con un buen resultado, el timonel argentino amainará el aguacero de críticas que la semana pasada cayeron sobre él, luego del empate como local frente a Chicó y que desató la ira de Vanemerak, quien prometió duelo a trompadas a cualquier periodista que le hiciera preguntas 'irrespetuosas', especialmente las referidas a su posible salida el cargo por malos resultados.
Por Carlos Hurtado M.
























