El Heraldo
La tripulación debe coordinar movimientos al practicar ‘rafting’. Giovanny Escudero
Deportes

Caños de Isla Salamanca, pista para el ‘rafting’

El deporte consiste en descender río abajo a través de una balsa o aya. • Los practicantes tienen la oportunidad de conocer y admirar los paisajes de los cuerpos de agua del Atlántico.

Navegar en kayak por el río Magdalena y contemplar la flora y fauna que se encuentra a su alrededor era, hasta hace unos años, algo difícil para la mayoría de la población barranquillera. Actualmente, cientos de personas se han animado a entrar al mundo del rafting, un deporte que consiste en recorrer los cauces de los  ríos, en dirección de la corriente, a través de algún tipo de balsa o piragua.

El rafting tiene varias modalidades para practicarlo dependiendo del grado de turbulencia que tengan los cuerpos de agua. En la ciudad se practica el de aguas mansas, debido a la calma del río Magdalena en esta parte del país.

Para Juan Pablo Puello, estudiante de 17 años y pionero del deporte en la ciudad, la actividad brinda una nueva oportunidad de admirar la naturaleza mientras se ejercita el cuerpo. “Es bonito tener la oportunidad de admirar la ciudad y el río desde un kayak haciendo rafting. Además, uno se da cuenta que hay otros planes por hacer en Barranquilla”, dice Puello.

El club de pesca, ubicado en la Vía 40,  es el centro de reunión de los amantes de este deporte. Ahí, grandes y chicos se dan cita para  navegar por los canales de la Isla Salamanca y culminar su expedición en el dique direccional.

Durante el recorrido, los deportistas son cautivados por la diversidad de especies animales y la vasta vegetación que componen el paisaje de los pequeños islotes del río.

“Yo vengo desde pequeño a recorrer el río en kayak. El rafting te brinda la oportunidad de despejarte del ruido de la ciudad, hacer deporte y tener otras opciones para realizar en Barranquilla. Uno por el recorrido ve micos y animales que no está acostumbrado a ver”, destacó Luis Puello.

A bordo del kayak, la coordinación y el diálogo de los tripulantes juega un papel   importante si se quiere mantener el curso deseado.

Además, saber sortear los diferentes obstáculos que se atraviesan en el camino y contrarrestar la velocidad del viento, hacen del rafting una labor de equipo.

“Al principio uno cree que es difícil porque nunca lo ha hecho, pero poco a poco en el recorrido uno se da cuenta que lo puede hacer. Las aguas son muy tranquilas y puedes dejar de remar que la corriente te lleva de cierta forma mientras te deleitas la vista”, dijo Adriana Lafaurie, practicante de rafting.

Ante la cantidad de interesados y el aumento del número de practicantes, Juan Pablo Puello espera realizar una competencia masiva de rafting en los canales de la Isla Salamanca.

“Es un objetivo que tengo. Si se pueden hacer grandes carreras en la ciudad por qué no en el río a bordo de kayaks”, apuntó.

En Colombia, a nivel profesional, el municipio de San Gil-Santander es el lugar donde el rafting tiene mayor exigencia. Cada año se realizan torneos oficiales de este deporte y cientos de equipos se disputan la gloria de los rápidos del río Fonce, catalogado como uno de los más turbulentos.

Otras partes de Colombia donde se disputan torneos de rafting son: río Negro (Amazonas), río Cundinamarca, río Guatapé (Antioquia) y río Chicamocha (Boyacá).

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