El Heraldo
Córdoba

Eladio, el guardián de las iguanas

De su bolsillo y con apoyo de los vendedores del mercado, este guarda de la Ronda del Sinú, en Montería, llega todos los días cargado de verduras para alimentar los reptiles.

Eladio Álvarez Pastrana le habla a las iguanas de la Ronda del Sinú de la misma manera en la que un hombre lo hace para galantear a una mujer.

— ¡Bajen, preciosas; bajen, mamacitas!

La frase la repite con insistencia sin quitar su mirada de los troncos de los árboles.

En cuestión de segundos decenas de los reptiles descienden de ceibas, mangos, campanos y otros árboles que forman parte del ambiente boscoso o aparecen por la orilla del río Sinú.

—Ellas –explica– olfatean la lechuga y el repollo que les traigo.

Entonces, unas cincuenta iguanas lo rodean sin temor como rindiéndole tributo a quien a diario llega cargado con el ‘manjar verde’. Esa es la primera estación que este monteriano de 48 años hace en la Ronda del Sinú, en la calle 33 con carrera primera. Su siguiente parada es en la calle 34, donde aparecen más iguanas.

“Estos son animales muy nobles”, asegura el guarda de la Ronda del Sinú.

Por amor a los animales. Eladio aclara que la alimentación de los animales no está incluido en su contrato de trabajo, sino que lo hace por “iniciativa propia”.

Dice que le nace porque, además de “amar a los animales”, quiere ayudar a “preservar la iguana”, una de las especies que conviven en este espacio de ocho kilómetros de longitud, considerado el parque lineal más grande de América Latina.

Por eso, todas las madrugadas el guarda ambiental monta su bicicleta, y en una travesía de 15 minutos, desde el barrio El Prado, donde vive, llega hasta el mercado del sur. Allí recorre los negocios de verduras para recolectar lo que le regalan los comerciantes, pero en ese afán protector además él gasta cerca de 1.500 pesos diarios (45.000 pesos al mes, que es bastante dinero para alguien que, como él, que gana salario mínimo).

—Lo único –dice– que quiero es que los visitantes de la Ronda, además de la vegetación y la tranquilidad que se respira en este sitio, aprecien y le den valor a la fauna que hay aquí, que incluye los monos colorados, osos perezosos, las ardillas, etc.

Eladio Álvarez, casado con Carmen Herrera y padre de Jesús David, de 8 años, revela que su sueño es seguir alimentándolas por “mucho tiempo”. Por eso su meta, a corto plazo, es conseguir un triciclo que le permita “ampliar el recorrido” por la ronda y atender a todas las iguanas.

—Lo que quiero es que no pasen hambre, por eso les consigo el alimento cada madrugada, así llueva y truene.

Las autoridades ambientales monterianas estiman que entre las calles 22 y 35 del parque hay unas 3.000 iguanas.

Lo sorprendente en su labor con estos lagartos, de domingo a domingo, es que mientras comen, él acaricia por igual a las hembras, que tienen un tono de piel más verde, como a los machos, popularmente llamados caporos, que son más grandes y de larga cola, que utilizan como un látigo a la hora de pelear por su territorio entre los árboles.

Todo un ejemplo. La tarea del “guardián de las iguanas” detiene la rutina de los peatones que pasan o pasean por el lugar. Erley Hernández, recién llegado de Bogotá por razones de trabajo, asegura que ver cómo las alimentan “es algo excepcional”. Usa su celular para fotografiar la escena y enviársela a su familia.

Exclama: —Esto no se ve tan seguido, él es un ejemplo para la niñez, la juventud y el resto de la ciudadanía.

Los paisanos de Eladio Álvarez tampoco ahorran elogios. Tal es el caso de Jorge Castilla, quien también se arrimó esa tarde a la sombra donde se alimentaban los reptiles:

Esto –comenta Castilla– debería difundirse masivamente para que la juventud y todos sigamos su ejemplo.

Antes de retomar sus labores en el parque ambiental, el guarda, visiblemente emocionado, recuerda que a su hijo ya comenzó a enseñarle a amar la naturaleza.

—Mi familia –dice– es lo más hermoso que tengo, y agradezco a Dios la salud que me ha dado porque, además de permitirme trabajar, me sirve para darle comida a estos animalitos.

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