Aunque en el 2015 unos pocos continuarán insistiendo en ponerle palos en la rueda a las dos valorizaciones por beneficio general logradas en la última década, vale la pena analizar por qué la gran mayoría de los barranquilleros las hemos respaldado y las seguiremos respaldando, pagando los aportes con los que se han construido, se están construyendo y se construirán obras con las que se está cambiando positivamente a Barranquilla. Y aunque esos mismos pocos rebuscarán argumentos para atacar las obras de esos dos programas, vale la pena analizar cómo sería Barranquilla sin esos cambios logrados y por lograr.
¿Se acuerdan de cómo era el Paseo Bolívar? ¿Y cómo eran las deterioradas manzanas donde hoy se encuentra la Plaza de la Concordia? ¿Recuerdan las ventas de pescado al pie del puente donde le pusieron una bomba al ex presidente Uribe, y las colmenas en las que entre la más miserable informalidad se expendían drogas y se escondían delincuentes? ¿Recuerdan la estrechísima y caótica Circunvalación? ¿Y las deterioradas calzadas del bulevar de Simón Bolívar? ¿Cuántos barranquilleros conocían La Loma? Y más recientemente, ¿cómo era el entorno de la Intendencia Fluvial?
Con esos recursos de la Valorización I, pagados por decenas de miles de barranquilleros, se inició la recuperación de nuestro centro histórico. Remodelando el Paseo Bolívar y demoliendo tres deterioradas manzanas se logró un enorme espacio público con la Plaza de la Concordia, que extendió esa arteria hasta la carrera 46. Con la Valorización II se relocalizaron los vendedores de libros a la remodelada Casa Vargas, recuperando espacio para la Plaza de San Nicolás, y está casi listo el Centro Comercial en el parqueadero Muvdi, además de haberse adquirido los predios para cuatro nuevos centros comerciales. Hoy se construye la nueva Plaza de San Roque y se están adquiriendo predios para la Plaza del Hospital. Barranquilla jamás será la misma desde que se construyeron, la primera etapa de la Avenida del Río, su malecón frente al Magdalena, el puente sobre el caño de Los Tramposos para acceder a esa estratégica isla y la prolongación de la carrera 46 hacia Barranquillita. Esas obras, como también la hermosa plaza de la Intendencia Fluvial recientemente inaugurada, y el proyectado centro comercial donde se ubicaba la plaza del pescado, hacen parte de la recuperación de nuestro centro histórico.
Solo demostrando al Gobierno central cómo queríamos los barranquilleros que fuera nuestra Circunvalación, con la ampliación de un primer tramo desde Murillo hasta la Cordialidad, incluyendo el paso a desnivel entre Siete de Abril y Los Robles, financiados con la Valorización I, logramos que el Ministerio de Transporte se comprometiera, y cumpliera con la financiación del resto de esta importantísima arteria, desde Murillo hasta el acceso al puente Pumarejo, y desde la Cordialidad hasta la Vía 40, con puentes en las carreras 46 y 51B y deprimido en la carrera 53. Quizás no recuerden muchos que el mega-colegio en el barrio Santamaría fue el primero en nuestra ciudad, y que se financió con la Valorización I.
Cuando las dos calzadas de la carrera 51B lleguen hasta la calle 84; cuando las calles 84 y 79 y en la avenida La María desde Felicidad hasta la Vía 40 ya no tengan arroyos, y cuando nos gocemos los nuevos parques y canchas deportivas, así como otras obras que no caben en este artículo, apoyaremos aún más las valorizaciones que nos están permitiendo y permitirán vivir en una mejor ciudad.
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