Nobeles de Paz alzan su voz contra políticas de Trump
Hablaron contra del discurso de odio del mandatario de EEUU. Laureados participan en la Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz.
El rechazo ante las políticas de Donald Trump, recién posesionado como presidente de EEUU, se hizo sentir durante la instalación de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz, en Bogotá, en la que varios laureados alzaron su voz frente a las decisiones de Trump que afectan a los inmigrantes y restringen el acceso de las personas musulmanas a la potencia del norte.
La periodista Tawakkol Karman, galardonada en 2011 por su influencia en la lucha no violenta por los derechos de las mujeres, hizo un llamado a los líderes del mundo para que no repliquen el “discurso de odio” que hoy está liderando Trump desde EEUU.
“La prohibición de EEUU para la entrada de algunos estados a su territorio es discriminación en base a la religión, eso contradice a la democracia”, afirmó.
Más adelante, durante el primer panel que se llevó a cabo en la Cumbre, otra musulmana, Shirin Ebadi, laureada en 2003, retomó las palabras de Karman: “Nosotros no somos terroristas, no construyan muros, y no solamente muros entre norte y sur, mírenme yo soy chiita y Tawakkol (Karman) suní, yo soy de Irak y ella de Yemen y nosotros, el pueblo, somos amigos entre si. Olvidémonos de los gobiernos, es el pueblo el que debe decidir nuestro destino”.
Paralelismo con Orwell
Por su parte, el expresidente de Costa Rica Óscar Arias, laureado en 1987 por sus esfuerzos en traerle la paz a Centroamérica, fue más allá y estableció un paralelo entre las primeras decisiones de Trump y la famosa novela distópica 1984, de George Orwell, que curiosamente ha disparado sus ventas desde que el republicano llegó a la Casa Blanca.
“Todos estamos atentos a lo que en EEUU parece el inicio de una nueva era en la que la novela 1984, de George Orwel, sirve no como la visión de una amenaza lejana, sino como el guion diario de sus gobernantes”, afirmó.
Dijo que “el país más poderoso de nuestro continente”, el racismo, odio y xenofobia ha crecido de manera preocupante.
Arias colocó a Colombia como ejemplo para el mundo y al proceso de paz como esperanza para vencer la discriminación, el odio y avanzar hacia la reconciliación.
El costarricense llamó el momento que vive el país como “la primavera de la esperanza”, en contraposición al “invierno miedo” que vive EEUU.
De igual modo, los nobeles argumentaron que, hasta el momento, el nuevo Gobierno de EEUU se ha enfocado en crear una administración basada en “el temor y la exclusión”, lo que ha debilitado la democracia y generado violencia.
“Si mencionara todo lo que Trump ha hecho durante su Gobierno acabaríamos llorando. Por eso, la gente debe seguir protestando, pues gobernar no es aplastar a otros sino buscar el bien de todos. Eso es democracia”, argumentó la estadounidense Jody Williams, nobel de Paz en 1997 por la lucha contra las minas antipersonales.
Asimismo, la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, ganadora del Nobel en 1992, destacó la importancia de que la paz sea una “política pública” y llamó a que los jóvenes sean “mediadores de diálogo”.
“Es comprensible que haya gente que piense diferente porque no todos han sentido de igual manera el conflicto, pero el llamado de todos los nobeles aquí presentes es a disfrutar la paz”, manifestó por su parte el expresidente de Timor Oriental José Ramos-Horta (1996), quien dedicó su discurso a la paz de Colombia.
