De cómo llegó la Virgen que definió la identidad cultural porteña
La celebración del Día de la Virgen del Carmen es la muestra de las creencias y costumbres de Puerto Colombia, dicen investigadores. La historia cuenta que la primera imagen llegó por el mar, y a partir de ahí se afianzó la devoción.
Su nacimiento estaba determinado por la devoción. La que, 58 años después, mantiene con la firmeza de la primera pisada sobre el suelo cada mañana. Esa que a los tres años Darline Ahumada todavía no había sentido. Pero que un milagro de la Virgen del Carmen le devolvió.
En sus primeros años de vida, Darline fue diagnosticada con polio, una enfermedad infecciosa que afecta el sistema nervioso y atrofia los músculos. Caminar resultaba imposible, incluso con el impulso de sus padres.
Medicinas, terapias y tratamientos empezaban y finalizaban la agenda diaria de su niñez. Aunque el progreso con esta patología puede ser lento, el señor Miguel (ya fallecido) no quiso dejarle al tiempo la vida de su hija.
Cada mañana se arrodillaba frente al altar de la Virgen del Carmen en la iglesia de Puerto Colombia para encomendarle la salud de Darline. “Y lo escuchó, fui mejorando de a poco hasta que logré dar los primeros pasos. Y empecé a caminar como cualquier otro niño... hasta hoy”, cuenta la mujer.
Pese a los procedimientos médicos, Miguel le atribuyó a la Virgen el milagro. Una corona de color oro con brillantes y piedras fue la ofrenda de agradecimiento. La primera en recibir la Virgen, en 1957 de las más de 10 que completan su clóset.
La fé anclada en ese puerto
Resulta inútil explicar la fe, y los porteños no necesitan hacerlo. La historia de Darline resume la de todo Puerto Colombia. La identidad cultural de ese municipio atlanticense está determinada por los símbolos religiosos, según explican investigadores e historiadores; el fervor que cada 16 de julio se derrama por las calles de la Costa Caribe en medio de la celebración del Día de la Virgen del Carmen es el paroxismo de su creencia.
Llegada desde el mar
El arrastre de las olas, desde el Muelle de Puerto Colombia, llevó a sus playas una caja de madera que contenía dentro una muñeca de porcelana con la imagen de una virgen. Eso cuenta la leyenda.
“El gobernador de ese entonces encontró el guacal en una inspección en el muelle. Suponen que viene de España por las características de su estética”, dice Carlos Mario Caselles, curador de la exposición La patrona, que recopila la historia de la virgen en textos, imágenes y objetos. Y que estará abierta hasta el 31 de julio en la Fundación Puerto Colombia.
Aunque para ese entonces la devoción ya existía, la historia reforzó el ideario de protección que la Virgen brinda a los transportadores. Dicha imagen, entonces, se convirtió en la identidad de la cultura religiosa que empezaba a permear cada rincón del municipio.
Sin mitos
Lo cierto es que el origen de la devoción a la Virgen del Carmen no tiene nada de mágico. Según el historiador porteño Elkin Núñez, su llegada hizo parte de una misión papal de marianización, a comienzos del siglo XX.
“Lo que sucedió realmente fue que, en 1902, la Virgen llega como parte de la evangelización. Viajaba en ferrocaril por los pueblos. En ese momento, Puerto Colombia no tenía iglesia, y crearon un pequeño refugio. Esto generó los primeros procesos de devoción por la imagen de la Vigen del Carmen”, explica Núñez.
El fervor fue tan grande que la virgen fue donada a Puerto, a partir de 1912, y se fue arraigando como símbolo religioso a la identidad cultural porteña. El culto a la advocación empieza a marcar cada generación, y creció hasta el punto de la veneración. Hace unos años, incluso, se realizó un ‘reinado’ de las vírgenes municipales, donde la de Puerto Colombia fue premiada como la más hermosa de todas.
“Hay un ritual religioso y social que sigue marcando la vida en Puerto. Esto llevó a un proceso cultural que derivó en las fiestas patronales (...) Todo este proceso justifica una identidad cultural única, que incluso ayudó a consolidar el turismo”, explica Nuñez.
Los destellos de luz sobre el cielo negro que cubre el mar, y los ladridos de los perros ante los estruendos continuarán cada 16 de julio en Puerto Colombia; cuando las madrugadas son más tempraneras, entre eucaristías y procesiones, y las noches se llenan de juegos pirotécnicos. Mientras que el misticismo permanezca, la identidad porteña se mantendrá en su religiossidad. Sin mitos. Lo cierto es que el origen de la devoción a la Virgen del Carmen no tiene nada de mágico. Según el historiador porteño Elkin Núñez, su llegada hizo parte de una misión papal de marianización, a comienzos del siglo XX.
“Lo que sucedió realmente fue que, en 1902, la Virgen llega como parte de la evangelización. Viajaba en ferrocaril por los pueblos. En ese momento, Puerto Colombia no tenía iglesia, y crearon un pequeño refugio. Esto generó los primeros procesos de devoción por la imagen de la Vigen del Carmen”, explica Núñez.
El fervor fue tan grande que la virgen fue donada a Puerto, a partir de 1912, y se fue arraigando como símbolo religioso a la identidad cultural porteña. El culto a la advocación empieza a marcar cada generación, y creció hasta el punto de la veneración. Hace unos años, incluso, se realizó un ‘reinado’ de las vírgenes municipales, donde la de Puerto Colombia fue premiada como la más hermosa de todas.
“Hay un ritual religioso y social que sigue marcando la vida en Puerto. Esto llevó a un proceso cultural que derivó en las fiestas patronales (...) Todo este proceso justifica una identidad cultural única, que incluso ayudó a consolidar el turismo”, explica Nuñez.
Los destellos de luz sobre el cielo negro que cubre el mar, y los ladridos de los perros ante los estruendos continuarán cada 16 de julio en Puerto Colombia; cuando las madrugadas son más tempraneras, entre eucaristías y procesiones, y las noches se llenan de juegos pirotécnicos. Mientras que el misticismo permanezca, la identidad porteña se mantendrá en su religiossidad.
Virgen del Carmen porteña
¿Por qué esta fiesta religiosa es la más expandida en el país?
De acuerdo con Monseñor Víctor Tamayo, Obispo Auxiliar de Barranquilla, las fiestas de la Virgen del Carmen han sido celebradas desde tiempos memorables. “En estas se celebra esencialmente su nacimiento, su asunción al cielo y la maternidad divina”, explica.
Además, añade que cada país tiene una patrona, y por ende su fiesta patronal. En Colombia, la Virgen María, bajo la advocación de la virgen del Carmen, es la más posicionada.
Por su parte, el sociólogo Ferney Rodríguez explica que debido a una enraizada presencia religiosa en la cultura colombiana, y “muy a pesar de que la constitución política de 1991 proclama la garantía de la libertad de culto”, aún se conservan en la estructura de las relaciones sociales aquellos días festivos que fueron reconocidos antes de esa carta política y que vienen de la constitución confesional, ortodoxa e inquisitiva de 1886.
Además, Rodríguez manifiesta que si bien es cierto en el imaginario social todavía las festividades del sagrado Corazón de Jesús siguen teniendo un lugar importante, no hay duda de que las fiestas de la Virgen del Carmen en las últimas décadas ha tenido un mayor impacto social, lo cual se debe, según expone, a que se le ha dado una mayor visibilidad por medio de la devoción del gremio de transportadores y sus caravanas, el sonido de la pólvora y el hecho de ser virgen más aclamada por uno de los ritmos de mayor valor patrimonial en Colombia: el vallenato; más específicamente gracias al cantautor Diomedes Díaz.
Programación
-Eucaristías en Puerto Colombia. A las 7 a.m., 2 p.m. y 4 p.m.
-Eucaristía especial presidida por monseñor Jairo Jaramillo, Arzobispo de Barranquilla. A las 11 a.m.
-Procesión municipal: Desde las 5 p.m.
-Concierto: Con Young F, El Vega, Jorge Oñate y Jerry Rivera. Cancha Central Santander. 7 p.m.
