'Mi nombre es Lauren Singer. Tengo 23 años, vivo en Nueva York y desde hace dos años no produzco basura'.
Así comienza el testimonio de esta joven graduada en estudios ambientales que tomó como filosofía de vida no generar más desechos al planeta desde su propio hogar.
Singer comenzó a relatar su experiencia en su blog titulado Trash is for Tossers (La basura es para los que la arrojan) en el que narra este estilo de vida.
Como Singer, redes de activistas y blogueros se han unido a esta tendencia que está tomando fuerza en el mundo.
El comienzo para cambiar los hábitos no es fácil, expresa la joven. 'Primero, dejé de comprar productos envasados y comencé a llevar mis propias bolsas y jarros para llenarlas con productos a granel en el supermercado. Dejé de comprar ropa nueva y comencé a comprar sólo cosas de segunda mano. Continué haciendo mis propios productos de cuidado personal y aprendí a preparar mis productos de limpieza y belleza', cuenta Singer en su blog.
La transición hacía una vida cero desechos, según la bloguera, demanda de tiempo y disciplina. 'Este proceso me llevó más de un año y requirió mucho esfuerzo. La parte más difícil fue mirarme duramente a mí misma y comprender que no vivía de una forma que se correspondiera con mis valores', confiesa.
Desde un video en la página web Kickstarter, dedicada a la financiación en masa de proyectos creativos, Lauren cuenta su historia.
Con su iniciativa ha creado su propia empresa, The Simply Co, una idea concebida para guiar a otros a seguir este modo de vida. Con fotografías en su blog, Singer documenta, mes tras mes, la basura que ha producido. En cuatro meses generó lo contenido en un frasco pequeño de vidrio, casi lo que un ciudadano de Barranquilla genera en un día.
Fotograma del video de la bloguera Laura Singer, publicado en ‘Kickstarter’.
¿Cómo lo hacen?
A través de las redes sociales dichos grupos de ambientalistas comparten y testean sus ideas en diversas partes del mundo.
Crean sus propios productos para el aseo con fórmulas caseras y aprenden a decir un 'no' rotundo a recibir bolsas de plástico o papel en tiendas y a pedir recibos o facturas.
También sus hábitos alimenticios cambian, ya que al no comprar productos envasados consumen únicamente frutas, vegetales, granos y legumbres.
Toneladas de basura en aumento
En Barranquilla, en vez de disminuir la producción de basura ha ido aumentando año tras año. La Triple A reportó que entre enero y noviembre de 2012 recogió un total de 241.689 toneladas de residuos sólidos domiciliarios. En 2013, el total de toneladas fue de 265.194, subiendo 23 toneladas, y en 2014 la cifra volvió subir a 274.103 toneladas de residuos, lo que evidencia un aumento de 32.414 toneladas de basura de 2012 a 2014 en la ciudad.
Basura que Laura produjo en cuatro meses.
Estas cifras son menores a las 547.000 toneladas que produjo una ciudad como Medellín en 2013, pero los resultados no dejan de ser alarmantes.
Según los datos de Triple A, el promedio de producción per cápita de residuos, es decir cuánta basura produce en promedio una persona diariamente en su hogar, correspondió en el 2012 a 0,61 kg/habitante/día; en el 2013 en 0,66 kg y para 2014 los barranquilleros aumentaron su producción anual de basura en 0,68 kg. Estamos alcanzando el kilogramo pér cápita que produce un ciudadano de una capital como Buenos Aires, según cifras de este año de la Secretaría de Ambiente de Argentina .
Por ejemplo, en una vivienda con 5 habitantes el promedio de producción al día será de 3,4 kilogramos de residuos generados, según datos de 2014.
Barranquilleros cero basuras
Amas de casa, amantes de la vida orgánica y hasta dueños de almacenes en Barranquilla están cambiando su visión no solo sobre lo que consumen sino también a cerca de lo que desechan.
Para Fernando Molina, dueño de la tienda Ecosiente, tener un modo de vida ecológico es una prioridad en su agenda. 'Aquí en la tienda, además de vender productos orgánicos a granel, tenemos una opción para que los usuarios reutilicen los envases de miel y yogurt cada vez que compran en el local', revela Molina.
Lifeth Beleño, en su granero.
Este administrador de empresas emplea bolsas recicladas en su negocio y hasta sus tarjetas personales las imprime con un sello, con el fin de reutilizar el papel. 'Creo que este movimiento ecológico en Barranquilla está creciendo y hay mucho interés en la ciudad sobre este tema'.
Para la profesional en medicina alternativa Rocío Barrangán esta opción de vida requiere de unas normas que el ciudadano debe seguir.
'Ya existe una legislación sanitaria con respecto a los desperdicios, pero creo que hace falta más educación al ciudadano para que aprenda a cómo disminuir su producción de residuos sólidos en la ciudad', subraya.
Bolsas de plástico pueden ser cambiadas por bolsos de tela, los regalos se pueden envolver en papel periódico, las cuchillas de afeitar se pueden cambiar por una reutilizable y ya se encuentran en el mercado cepillos de dientes hechos de bambú, entre docenas de opciones más.
La arquitecta Catherine Crissien ha escrito un artículo con sus experiencias e investigaciones sobre la vida orgánica en la capital del Atlántico. 'Cuando la gente más indaga e investiga se da cuenta de que hay otras formas más amigables de vivir, no solo con lo que consumes a diario y les das a probar a tu familia sino también con lo que desechas', sostiene.
Venta a granel
El Mercado de Granos es uno de los lugares que también visita esta comunidad en busca de alimentos saludables.
Lifeth Beleño, desde 1982, tiene un colorido puesto donde vende todo tipo de granos, legumbres y semillas.
Allí, en medio de jaulas para aves y canastos, ofrece por libra los granos y especias más apetecidas en esta época, como el achiote para darle color a las comidas, el trigo para los quibbes y el garbanzo para los pasteles. 'Sería bueno que la gente de la ciudad tomara conciencia y volviera a consumir nuestros granos', dice.
La basura genera miles de problemácticas en las grandes ciudades que repercuten en el ciudadano. Las enfermedades que acumula, los tóxicos que libera si se quema, el agua que contamina y las emisiones de gases de invernadero que produce.
La política de Basura Cero ha comenzado a ser implementada en Australia y algunas ciudades de Estados Unidos.
Es un momento para reflexionar si un vertedero de basura en Río de Janeiro o México DF recibe 10 mil toneladas de basuras al día. ¿A dónde irán a parar?