Un año sin la subteniente Anlly Pérez
Familiares de la uniformada buscan establecer a través de sus abogados las verdaderas causas de la muerte.
Hoy se cumple un año del deceso de la subteniente de la Policía Nacional que estaba adscrita al Comando de Policía de Sucre, Anlly Lorena Pérez Gómez.
La oficial de 23 años que comandaba para ese entonces el CAI de la Cruz de Mayo, en Sincelejo, falleció a las 5:45 de la tarde del domingo 31 de mayo de 2020 en la urgencia del Hospital Universitario de Sincelejo (HUS) al que fue llevada en una patrulla desde el barrio Santa Catalina tras presentar un balazo en la cabeza.
Durante los primeros 365 días de ausencia de la subteniente, su familia, de la mano de un grupo de abogados que dirige Salvador Gutiérrez Lombana, coronel (r) de la Policía, trabajan por esclarecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que Anlly Pérez resultó lesionada con un arma de dotación que estaba asignada a su compañero sentimental, el subintendente Jeison Orozco, quien ahora labora en la ciudad de Santa Marta.
En entrevista con EL HERALDO, los abogados Salvador Gutiérrez Lombana y Nixon Forero Forero, coinciden en advertir no solo las demoras que ha tenido el proceso en la parte penal, sino también el sinnúmero de contradicciones y manipulaciones a las que fue sometida la escena de los hechos, de allí que buscan demostrar que lo de Anlly fue un feminicidio.
Por el sonado caso hay tres procesos en marcha: uno disciplinario, el penal y uno administrativo.
“En el disciplinario estamos esperando que la Procuraduría General de la Nación asuma el poder preferente que solicitamos porque consideramos que hay hechos en los que la institución estaría involucrada”, dijo Gutiérrez.
Mientras que en el penal que cursa en la Fiscalía 23 Seccional de la Unidad de Vida no solo lidian con la lentitud con la que ha avanzado, sino que ahora cambiaron el fiscal y este debe empaparse de un expediente de muchos folios, lo que para los abogados representa más demoras.
“En lo penal se han recolectado muchos elementos de prueba, pero por la pandemia se ha avanzado muy poco. Sin embargo, lo que esperamos es que se produzca la imputación de cargos. Aquí hay que decirlo y es que se presentaron situaciones anómalas el día de la muerte de Anlly, hubo mucha contaminación (manipulación y alteración) de la escena”, aseguró el abogado.
Añadió que “el arma implicada la recogió un policía de vigilancia que se la metió al bolsillo; demoras en la realización de la prueba de absorción atómica y por eso salió negativa; los mandos de la institución en Sucre, 5 oficiales en concreto, estuvieron en la escena dando órdenes, entre otras cosas”, considerando que en muchas de estas acciones pudieron estar encubriendo al subintendente Orozco.
Otros hechos que hacen parte del proceso y que relata el abogado Nixon Forero en favor de la subteniente es que el testimonio de un integrante de la Policía reza que 15 minutos antes de él encontrarla herida ella yo llaman a decirle que la recoja que no aguanta más la situación y además ella contó a esa misma persona que su compañero le había dicho que “si no era para él no era para nadie”.
Con relación a la parte administrativa está en curso una demanda en contra de la Policía Nacional “por fallas en el servicio ya que el compañero de Anlly estaba de descanso y no debía tener en su casa el arma de dotación. Eso denota falta de control hacia los subalternos”.
Adicional a esto en contra de quien fuera el compañero sentimental de la subteniente Anlly Pérez Gómez hay un proceso por el delito de falsedad que cursa en una fiscalía de la Unidad de Patrimonio, dado que este dice que convivía con ella desde el año 2017, lo que no es cierto porque en ese momento ella aún estaba en la Escuela de Policía General Santander.
“Hay una conciliación plagada de mentiras sobre la convivencia de ella con el investigado con la única intención de quedarse con la pensión de esta”, puntualiza Forero.
La muerte de la subteniente Pérez fue antecedida por una discusión de la que dieron cuenta vecinos y de paso los rasguños en el cuerpo tanto de ella como de Orozco.
