El Heraldo
Sucre

La Mojana: la nueva tragedia que se vive con la retirada de las aguas

Las tierras fértiles de la llamada despensa agrícola de Colombia ahora son un lodazal y la mayoría de las vías terciarias están en pésimo estado, mientras que otras han desaparecido.

La retirada de las aguas en la región de la Mojana empezó a dejar al descubierto la otra tragedia de la ola invernal.

Las tierras fértiles de la llamada despensa agrícola de Colombia ahora son un lodazal y las vías terciarias que nunca han tenido buen estado empeoraron y otras hasta desaparecieron.

Los árboles milenarios mueren estando en pie porque sus raíces, inundadas por tanto tiempo, se afectaron.

Los sistemas de acueducto, rudimentarios de por sí, también se dañaron, y muchas casas fueron derribadas y otras debilitadas por las aguas que se alojaron en ellas desde hace más de un año.

Y qué decir de la situación de hambruna que han venido afrontando en los últimos meses sus pobladores y que solo han logrado sortear momentáneamente con unas ayudas humanitarias que en los últimos tres meses no se han visto.

“El hambre no se censa, se atiende”, fue la expresión que en su momento lanzó en una sesión de la Asamblea Departamental de Sucre la diputada Rosalba Cury, cuestionando con ello las demoras de las autoridades de todos los niveles que no llevaban a la zona de emergencia los alimentos tan esperados por las familias damnificadas que superan las 100 mil en los 11 municipios de los 4 departamentos que lo conforman así: San Marcos, San Benito Abad, Majagual, Sucre-Sucre, Guaranda y Caimito (Sucre), Magangué, Achí y San Jacinto del Cauca (Bolívar), Ayapel (Córdoba) y Nechí (Antioquia).

Sucre es el que más municipios tiene en esa zona bordeada por diversos cuerpos de agua (ciénagas, caños y ríos), siendo Sucre-Sucre y San Benito los que mayor afectación registran. En el primero todo su territorio, tanto urbano como rural está inundado desde principios de septiembre cuando las desbordadas aguas se empezaron a alojar en este sector, por ser el más bajo.

Las familias buscaron refugio en la vía hace 8 meses.

“Este año no hemos visto la tierra”, dijo una habitante del corregimiento Isla del Coco, en Sucre-Sucre, que a su vez denunció que por ser la zona más alejada la ayuda del Estado no la han visto.

Manuel Cadrazco Salcedo, alcalde de San Benito, y Elvira Julia Mercado Acevedo, de Sucre-Sucre, afrontan, al igual que los pobladores de sus territorios, la misma tragedia de finales de 2010 y 2011, de la que aseguran ha sido la más grave.

“Demoramos más tiempo bajo las aguas y por fuera de nuestras casas y aún no nos reponíamos de ese daño, en especial del que tuvo el medio ambiente cuando nos llegó esto”, anotó Neiman Estrella Acevedo, presidente del Comité para la Defensa de la región Mojana (Codemojana).

Cadrazco dice que la posinundación siempre es dura, y en este caso no es la excepción y por eso desde ya anuncia que deberán atender temas relacionados con la reparación de los sistemas de distribución de agua potable, de las vías y ayudar a mejorar las casas que se puedan.

Además de atender la situación alimentaria que considera el mandatario es la más grave y debe priorizarse “porque estas familias vienen de más de un año de no haber cultivado nada porque las inundaciones no dejaron y entonces el Estado debe garantizar esa alimentación por lo menos hasta cuando ellos vuelvan a producir”, dijo Cadrazco.

A través de caminos improvisados llegan a los tambos.
El daño ambiental

El diputado Jairo Daniel Barona, militante del Partido Liberal en Sucre, dijo haber recorrido la zona y “empecé a ver el daño que hicieron las aguas. Es desastroso el daño ambiental, da dolor ver los árboles centenarios muertos. Las tierras donde se cultiva son barro, las vías están acabadas y la desazón de la población ya no por lo que pasó, sino por la incertidumbre por lo que viene, está latente”.

Ante esto, Barona llamó la atención del gobierno de Sucre para que dé a conocer la forma cómo va a tenderle la mano a esta zona y a sus gentes en todos los aspectos. “¿Qué es lo que viene ahora para la Mojana?, eso es lo que hay que mirar desde ya porque las aguas empezaron su retirada. Este gobierno debe poner en marcha el plan de reactivación económica en esa zona donde lo que se ve es desolación”, puntualizó.

De regreso a casa

Algunas familias, al menos 70 de las 340 de la zona rural del municipio de San Benito que se apostaron en cambuches construidos sobre la vía de acceso principal a la Mojana desde abril de este año ya empezaron a regresar a los sitios en los que residen, en especial los del sector Chechenia, en el corregimiento El Cauchal.

Las bajas en los niveles de las aguas es, según el alcalde de San Benito, de hasta 10 centímetros diarios y como en la zona no llueve desde hace tres semanas eso ha ayudado a que las aguas desaparezcan más rápido en unas zonas como la emblemática plaza del municipio de Sucre-Sucre.

Neiman Estrella, que es vocero autorizado de la sociedad civil en la Mojana, desde Nechí hasta Magangué, dice que muchas familias pasarán la Navidad y recibirán el 2023 sobre la vía y solo regresarán a sus casas en el nuevo año.

“Algunos de ellos nos han dicho que se van en enero porque por ahora se presentan lluvias aisladas y además hay muchas casas debilitadas y otras destruidas por completo. Esa es la otra tragedia que se va a afrontar en esta zona”, ratifica el presidente de Codemojana.

De la plaza de Sucre-Sucre se fueron las aguas.
Las soluciones

En la zona, en especial en la Mojana de Sucre, Córdoba y Bolívar están esperanzados en que con la retirada de las aguas la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) logre cerrar el boquete que aún está abierto en Cara e’ gato que es uno de los históricos puntos críticos que tiene el río Cauca en su margen izquierda y que es el causante de todas las emergencias que afronta la gran región Mojana desde la noche del 27 de agosto de 2021 cuando se rompió.

Las cifras de damnificados varían entre el Registro Único de Damnificados (RUD) y las que en realidad están en el territorio y por ello no hay con exactitud ese dato, lo cierto es que de Córdoba el reporte indica que son más de 37 mil los afectados por las aguas no solo del río Cauca, sino también del San Jorge; mientras que los de Sucre son cerca de 85 mil teniendo en cuenta que es el departamento que más municipios tiene en esa zona.

El número de hectáreas de cultivos afectados supera las 21 mil y de los animales perdidos  y muertos los registros son igual de altos, pero los ganaderos dicen no tener las cifras exactas, lo que sí es cierto es que en la actualidad están en la quiebra, pero no se rinden y por eso han mostrado interés en aportar dinero para seguir abriendo el Canal de La Esperanza, cerca a Cara e’ Gato, y de esa forma bajarle las láminas de agua que pasan por esa zona y que el río retome el viejo cauce.

La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, sobrevoló la Mojana y luego recorrió algunos territorios y su gran conclusión es que lo que ha ocurrido en esa zona es por culpa del daño que el mismo hombre le ha hecho a los ríos, “a los tres colosos: Cauca, San Jorge y Magdalena”, de allí que apoya la iniciativa del Gobierno nacional de reubicar y de que se le devuelva a esos cuerpos de agua lo que se les ha quitado.

Sí a la reubicación, pero en el mismo entorno

Manuel Cadrazco, a quien en Sucre consideran el gobernador de la Mojana por ser el doliente más visible y porque es uno de los que más conoce las dinámicas de la zona, apoya la reubicación porque con ocasión de lo ocurrido entre 2010 y 2011 tuvo la experiencia exitosa de Doña Ana “que ya no se inunda y la gente quedó en su propio entorno”, y por eso ya le presentó al Gobierno nacional dos grandes predios.

Sin embargo, desde el Ministerio de Agricultura propusieron 1.600 hectáreas para reubicación en Tarazá, lo que según Neiman Estrella no cayó bien entre un buen número de mojaneros que aseguran no estar dispuestos a ir a perder su vida en una zona considerada roja por orden público y menos a empezar a vivir en una cultura totalmente diferente.

Las obras de cierre de Cara ’e Gato que las reanuda este gobierno de Gustavo Petro que al principio dijo no seguían, las harán con ingenieros militares y no con contratistas privados debido a que el que las empezó con dos contratos por 30 mil millones de pesos no logró el objetivo y ahora está siendo investigado por la Contraloría General de la República. Es la firma CFD Ingeniería S.A.S. cuyo representante legal es el señor Carlos Francisco Díaz-Granados Guerra quien concentró 23 proyectos en la UNGRD entre 2021 y 2022 en la región Caribe y Santander. 

“El posible favorecimiento de carácter político y regional con estos 23 proyectos suma más de 500 mil millones de pesos en contratos de obra y de Asistencia Humanitaria de Emergencia (AHE)”, dijo la Unidad.

Las viviendas llevan más de un año bajo las aguas.
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