“Se nos acabó la angustia”, dicen familiares de víctimas en Sucre
Desapariciones habrían ocurrido a mediados del 2000. Se mantienen los procesos de exhumaciones.
Sucre cuenta con 170 fosas exhumadas de los cuales 143 cuerpos han identificados 143, cinco de estos fueron entregados ayer a sus familiares en una sentida ceremonia en la que hubo llanto pero a la vez felicidad ante el fin de una larga espera.
Los victimarios de estas personas que desaparecieron a mediados del 2000 son la Farc y Autodefensas.
“Se están adelantando procesos de exhumaciones, hay otros que ya se finalizaron y están en laboratorio identificándolo para luego entregárselo a sus familiares”, dijo el fiscal 80, David Cruz Dájer.
Identificados
Los cuerpos que fueron entregados son los de: Cecilia Patricia Piñeres Pacheco, Neiro Núñez Pineda, Rafael Enrique Yepes Medrano, Regina Monterroza Barreto e Idaldo de Jesús Velásquez Palacio.
Leidiana Escobar Madera, esposa de Velásquez Palacio, desaparecido el 15 de julio de 2004 en Don Gabriel (Ovejas), manifestó que aún no sabe quiénes están detrás de estos hechos, pero esta entrega simbólica le permite acabar con la angustia, espera y descansar de tanta incertidumbre.
“Esto no se lo deseo a nadie. Nadie por muy malo que sea se lo merece, lo que vivimos no se puede borrar, pero todo acabó porque ya tenemos a nuestros familiares con nosotros y sabemos dónde van a estar porque le vamos a dar cristiana sepultura”, explicó.
Invitó a las demás familias que no han denunciado la desaparición de su ser querido que lo hagan, que ya es hora de dejar el temor a un lado, que son muchas las verdades que han salido a la luz pública “y no podemos seguir en el anonimato”.
Una historia
Velásquez salió a trabajar como comerciante y desde entonces más nunca se supo de él, lo que llevó a su esposa a poner una denuncia y el CTI lo halló en el mismo corregimiento donde residía, en un lugar despejado y oculto debajo de unas piedras.
“Fue mucha la espera, pero tenerlo aquí conmigo es un logro para mí y para todos, ya no están en un lugar cualquiera, podremos visitarlo y explicarles a nuestros hijos. Lo doloroso es que no somos los únicos, sino que este dolor lo viven muchas personas en Colombia”, concluyó.