“Lucho para entregar tierras que pertenecen a los campesinos”
Esta es la historia de Hernando Martínez, líder agrario de San Benito, en Sucre, que ha sobrevivido a cinco atentados.
Con el atentado del lunes pasado en su natal San Benito Abad, en el que resultó herido levemente en un brazo; son cinco los intentos de asesinatos a los que ha sobrevivido en su vida el líder campesino Hernando Benítez León.
“Este no es un problema nuevo, es viejísimo, y ningún gobierno lo ha frenado a pesar de las denuncias con pruebas que hemos presentado”, dice el aguerrido hombre de 76 años en diálogo exclusivo con EL HERALDO.
“El primer atentado fue en 1986, en ese entonces murió mi compañero de lucha, Samuel Pupo”, recuerda.
Como un hecho particularmente relevante de ese trágico episodio, trae a la mente el pacto o acuerdo que hizo esa vez con su amigo Pupo, cuando este intentaba recuperarse en un centro asistencial de Sincelejo de las heridas sufridas en el ataque.
“En el hospital él me tomó una de mis manos y me hizo jurar que pasare lo que pasare, jamás abandonaría esta lucha. Yo se lo prometí y así lo he cumplido”, dice Benítez.
La disputa del líder agrario data de hace 30 años, y según él mismo afirma apunta a terratenientes y ganaderos de la zona que se han apropiado ilegalmente de playones y ciénagas en la región del San Jorge.
“Sigo en la lucha hasta por lo menos ver cristalizada la entrega de los playones de Caño Palomo a las 17 familias que tienen derecho a este”, manifiesta Benítez en su sitio de convalecencia, bajo un riguroso sistema de seguridad con escoltas de la Unidad Nacional de Protección (UNP).
Desconoce cuando se producirá la restitución de estos predios, pero advierte que está demorado porque la sentencia de la Agencia Nacional de Tierras fue promulgada el 11 de marzo, y por cuenta de la pandemia ninguna autoridad, en especial la del municipio de San Benito, ha iniciado los procesos para que las reses que están en esos predios sean incautadas y por fin los campesinos entren a sus terrenos a cultivarlos.
“Esas tierras no son para mí, yo nunca he peleado ni pedido nada para mi, ni para mi familia; por el contrario, siempre he dicho que lo que a mi corresponde será distribuido entre todos los que han luchado por eso. Nosotros esperamos que de aquí a diciembre ya se le esté dando cumplimento a lo que ordenó la Agencia Nacional de Tierras.
Bajo esa premisa es un convencido que los campesinos tengan su pedazo de terreno para que empiecen a cultivar, “y que no lo vendan porque de nada sirve esta lucha si se cambia por plata”, expresa Hernando.
La sentencia de la Agencia Nacional de Tierras sobre el Caño Palomo es la primera, y son más de 30 mil las hectáreas de terreno que están en poder de los ganaderos y que deben, por ley, regresar a manos de los campesinos.
“Esas tierras son para los campesinos, no para los ganaderos que se han apropiado de ellas sin que autoridad alguna se pronuncie. No es posible que un ganadero que compró 60 hectáreas de una finca en el San Jorge hoy tenga más de 700 porque se ha apropiado de los playones, y los han cercado como suyos sin importar que existan escrituras antiguas que demuestran lo contrario”, sentencia Hernando León Benítez.
Advirtió que no se pueden remitir a escrituras de esta época, “porque han sido elaboradas de forma fraudulenta con apoyo de entidades, corporaciones ambientales y hasta notarios”.
Mencionó como anécdota de la corrupción que un procurador de tierras se compró una finca en la zona al ver lo rentable que resulta.
Los seis hijos de Hernando Benítez, de los cuales cuatro son mujeres, no solo temen por la vida de su padre sino por las de ellos y de los demás miembros de la familia.
Por eso ante este nuevo ataque a bala le han pedido que se retire de la lucha campesina, pero a ellos y a todo el que lo quiera saber, el líder les dice que no la abandona.
Isaura Benítez, una de las hijas del líder que quiso seguirle los pasos en este ideal, le pidió que empezara a enseñarle con papeles, escrituras y mapas el trabajo a seguir, pero él además de decirle que todo lo que resta de su vida no le alcanzaba para ponerla al tanto de eso, también le dejó en claro que no quiere que ninguno de sus hijos siga ese camino tan peligroso.
“Además de peligroso, a mi padre no le ha dejado ninguna retribución, por el contrario, siempre ha regresado a casa después de arduas jornadas de trabajo sin nada en el estómago, mi mamá siempre le criticó eso. Mi papá ha librado una lucha por las tierras y nosotros en la familia hemos librado otra con él para que abandone eso. Mi mamá, que era una muy reconocida líder política de San Benito, falleció el año pasado sin lograr que él dejara eso”, manifestó Isaura.
Rodrigo Ramírez Salazar, el defensor de DDHH que acompaña estos procesos de tierras en el San Jorge, rechazó este atentado que catalogó un golpe a la organización campesina y a la memoria de esta lucha, dado que Hernando Benítez es quien posee documentos auténticos sobre las ciénagas y playones.
Tras el atentado visitó a Benítez en el Hospital Universitario de Sincelejo donde lo atendieron inicialmente, y horas después acompañó a las 25 organizaciones campesinas del San Jorge en una reunión en la Casa Campesina de San Benito donde acordaron la realización de una movilización en Sincelejo, “porque no solo hay que dejar esto en manos de las autoridades, la sociedad civil también se mostrará”.
“El Comité Campesino rechazó los actos contra el compañero Hernando Benítez, pero reafirmó, pese a las dificultades y adversidades, que se mantendrá en la lucha, porque ante el temor no vamos a claudicar”, expresó Ramírez.
Por su parte el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) “presume que el atentado contra Hernando Benítez es por su importante labor como dirigente campesino, defensor de Derechos Humanos y líder social del proceso de restitución de tierras del playón Caño Palomo de San Benito Abad, Sucre, un complejo cenagoso de 302 hectáreas que desde los años 80 ha sido objeto de lucha por el campesinado de este municipio, después de que fueron desalojados de forma sistemática y paulatina por ganaderos que utilizaron el predio para sus actividades”.
La defensa de Caño Palomo y zonas similares históricamente ha causado problemas y hasta muertes, pues en el año 2010 asesinaron a Betty Lambraño Misal y a su hijo Francisco Vives Lambraño, y 10 años después, no se conocen resultados judiciales de este hecho.
Mientras tanto Hernando León Benítez continúa haciéndole honor a su segundo nombre, luchando como un león contra terratenientes y ganaderos que se han apropiado de los playones.
