El Heraldo
La Mesa de Garantías de Sucre en plena reunión. Cortesía
Sucre

Líderes y veedores de Sucre dicen sentirse acéfalos en seguridad

Las autoridades en el deartamento se comprometen a garantizar su ejercicio.

Más de 20 líderes y veedores del departamento de Sucre que se dieron cita ayer en la sede de la Gobernación para participar de la Mesa de Garantías que presidió el secretario de Gobierno, Carlos Guerra Sierra, exteriorizaron su preocupación por su seguridad y por el momento que se vive en el país.

Coincidieron en afirmar que en estos momentos aunque tengan un batallón de hombres cuidándolos temen por sus vidas, por lo que piden que se las garanticen, así como el ejercicio de sus funciones. Esta apreciación la comparten Ingrid Vergara Chávez, coordinadora del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) en Sucre y Walter Villalba Tobío, miembro de la Mesa Departamental de Víctimas. Ella cuenta con un esquema de seguridad de la Unidad Nacional de Protección y él no tiene ninguno, por lo que asegura que su seguridad depende de Dios y solo a él se encomienda, al tiempo que dejó en claro que en estos momentos él y algunos de sus compañeros se abstienen de denunciar porque la situación no es la mejor.

“Las víctimas en Sucre estamos acéfalas en defensa y no queremos un policía detrás de nosotros, sino que el Gobierno implemente unas medidas de largo alcance y gruesa constitucionalidad para nosotros ejercer nuestra labor”, dice Villalba.

Por su parte Francisco Mercado Bohórquez, coordinador general de la Veeduría Permanente sostuvo que debido a la situación que se registra en el país en estos momentos él desde hace más de una semana no duerme en su casa, cambia de domicilio.

Denunció lo que él considera paquidermia por parte de la Unidad Nacional de Protección que pese a sus amenazas aún no le tiene un esquema de seguridad, y repudió, al igual que lo hicieron los demás asistentes a la reunión, la no presencia de la Fiscalía que es el ente que debe sancionar a quienes los amenazan a ellos.

“Da tristeza que la Fiscalía no haya venido a esta mesa porque es ella la que debe hacer el acompañamiento judicial. No puede el señor Fiscal General de la Nación pretender que nosotros como veedores denunciemos actos de corrupción si ellos no nos están haciendo el acompañamiento a nosotros. Nos sentimos con mucho miedo. Las amenazas mías vienen de un número privado y otras de un grupo que se hace llamar los poderosos del poder”, dice Mercado, quien solo cuenta con medidas de acompañamiento por parte de la Policía que lo llama permanentemente.

Testigo estrella y no tiene protección

Los cuestionamientos al papel que cumple la Fiscalía en Sucre en el tema de las amenazas a los líderes y veedores tuvo ayer su punto más alto cuando José Miguel Beltrán Osorio, reclamante de tierras de la Mojana y testigo estrella del ente investigador-acusador en la masacre de La Guaripa (Sucre-Sucre) intervino para decir que teme por su vida, que las amenazas en su contra han continuado y  que no tiene protección.

Responsabilizó una vez más de sus amenazas al exdirector de Comfasucre, William Martínez Santamaría, quien pese a tener una medida de aseguramiento en establecimiento carcelario casi completa un mes internado en una clínica de reposo en Sincelejo. 

“William Martínez Santamaría dice que está loco, pero para amenazarnos no lo está. Estas han seguido, la más reciente fue hace un mes y nosotros tuvimos que abandonar la zona. Él no quiere que yo hable más y que si lo sigo haciendo me va a mandar a matar. Que la próxima víctima después de mis tres cuñados, que los asesinaron, soy yo”, dice Beltrán, quien ahora no tiene un sitio fijo donde estar.

Beltrán Osorio dice que está vivo por un milagro de Dios porque en La Guaripa el 25 de enero cuando los atacaron con armas de fuego él estaba allí al igual que un menor de edad al que le mataron a su papá y aún no le han activado la ruta de protección y restablecimiento de sus derechos.

Los miembros del Movice en Sucre que acompañan este proceso también han sido amenazados y de ello dio fe su coordinadora Ingrid Vergara Chávez, quien anotó que en el Departamento la situación de seguridad es más crítica en las subregiones Mojana, San Jorge, Golfo de Morrosquillo y en la ciudad de Sincelejo.

“Hemos denunciado el conflicto de tierras que se da en Sucre, incluso en el Golfo donde siguen utilizando ese corredor para el narcotráfico. Es una situación compleja y de mucha preocupación para nosotros, y nos preocupa aún más la reiterativa ausencia de la Fiscalía General de la Nación que siempre llega al escenario bajo las presiones de llamadas telefónicas”, dijo Íngrid Vergara.

Ella, que tiene esquema de seguridad desde hace unos 10 años y que ya perdió la cuenta del número de amenazas en su contra, le dijo a la institucionalidad de Sucre y del país que la medida de protección de un esquema es lo último que debe dársele a un defensor de Derechos Humanos porque la verdadera garantía es cuando se investiga y se sanciona y cuando hay resultado frente a todas su denuncias, “pero si esto no se hace pueden poner miles de esquemas de seguridad y como está hoy el país nos asesinan con un francotirador. Estamos frente a un estado fallido y nos sentimos en riesgo”, puntualizó.

Denunció el Movice que en Montes de María hay amenazas, mediante panfletos, contra los excombatientes de las Farc que están en la zona y a los que están poniendo en el escarnio público diciendo que fueron asesinos, secuestradores, entre otros.

Rodrigo Ramírez Salazar, líder de Sucre, asegura que la situación de inseguridad para ellos está en todo el territorio nacional e hizo especial énfasis en lo que ocurre en la Mojana de donde asegura que no solo la inundan las aguas sino la delincuencia.

En su criterio, el Sucre de hoy se parece mucho al de los años 90, pero con unos matices que varían.

El secretario de Gobierno de Sucre, Carlos Guerra y el comandante de la Policía, coronel Luis Vallejo Gustín, al finalizar la Mesa de Garantías se comprometieron a revisar las medidas de protección que hoy existen y habrá un análisis especial al caso del castigo estrella de la masacre de La Guaripa donde murieron tres hermanos.

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