El Heraldo
Sucre

La primera Navidad sin Jesús David, José Carlos y Carlos Alberto en Chochó

En la casa del patrullero Diego Ruiz Rincón, en la ciudad de Bogotá, también hay tristeza y dolor, pues perdió la vida el 25 de julio, el mismo día de la denominada masacre de Chochó, en el marco del Plan Pistola.

La ausencia desde hace 5 meses de Jesús David Díaz Monterroza, José Carlos Arévalo Contreras y Carlos Alberto Ibáñez Mercado en sus hogares en el corregimiento de Chochó, en Sincelejo, es más evidente en fechas como la de hoy cuando se cumple mes de su trágica partida y se celebra la Navidad.

En dos hogares de la Urbanización Villa Karen y en uno de los alrededores de la plaza principal de Chochó las familias de los tres muchachos están sumergidas en el dolor por la ausencia de ellos que hoy estarían, como lo habían hecho en años anteriores, celebrando esta fecha especial.

Sin embargo, la actuación de venganza --como la ha catalogado la Fiscalía General de la Nación-- de quien fuera el comandante operativo de la Policía Nacional en Sucre, teniente coronel Benjamín Darío Núñez Jaramillo, ya retirado de la institución por estos graves hechos, le puso fin a sus vidas en medio de un operativo que buscaba dar con el paradero del asesino de un patrullero con escasos 45 días de servicio y que se registró al interior de una panadería del municipio de Sampués en el marco de la vigencia de un plan pistola decretado por el Clan del Golfo.

Hoy, cinco meses después, en la casa de los Díaz Monterroza, Arévalo Contreras e Ibáñez Mercado falta uno de sus miembros y en las filas de la Policía hay 12 uniformados menos porque la actuación de Benjamín Darío Núñez Jaramillo, que era el oficial de más alto rango implicado en el operativo de captura de los 3 habitantes de Chochó, generó el llamamiento a calificar servicio del entonces comandante en Sucre, coronel Carlos Andrés Correa y la suspensión de una subteniente y de 9 patrulleros que suman 11 tras las rejas en diversas cárceles del país.

A propósito de prisión, hace 3 semanas el Director del Inpec ordenó el traslado de cárcel de Núñez Jaramillo de la de Picaleña, en Ibagué, hacia la de La Dorada, en Caldas, porque en la primera tenía muchos privilegios y hasta ejercía mando, lo que para las familias de los asesinados era considerado como una burla.

Núñez Jaramillo, yerno de un exdirector del Inpec que era general de la Policía, está a la espera de que un juez de garantías avale el preacuerdo que hizo con la Fiscalía de pagar por los tres crímenes una pena de 29 años de prisión, pero las familias de las víctimas, y así lo ratifica Rodolfo Contreras, tío de José Carlos Arévalo Contreras, piden una condena mínima de 60 años.

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