“Extraño la sonrisa de las personas”: Subteniente Cindy Arias Salón

Desde que se graduó como oficial de la Policía Nacional la subteniente Cindy Lorena Arias Salón llegó al Departamento de Policía Sucre a cumplir con su misión de guardián del orden, y desde entonces ha estado al frente de las labores de prevención y educación ciudadana, de allí que la permanencia en la calle, de la que dice es su medicina, es 24/7.

Con la pandemia por el COVID-19 tuvo que asumir, con su equipo de trabajo, la tarea de explicarle al ciudadano el por qué debía estar en casa y si iba a la calle a realizar una diligencia debía guardar la distancia de más de un metro. Hacer entrar en razón a los ciudadanos en Sincelejo, en especial a esos que acuden a hacer efectivo los subsidios que les ha otorgado el gobierno en medio de la cuarentena, ha sido lo más difícil de su labor en estos tiempos.

“La gente mientras el policía está allí cumple la norma y apenas se va hacen como si nada estuviera pasando, no se concientizan de que hay que cuidarnos los unos con los otros para estar sanos. Si tomaran consciencia de esto nos harían el día a día un poco más fácil”, anota la oficial de 29 años que es nativa de Bogotá y quien en estos tiempos de coronavirus extraña la sonrisa de la gente, esa que el tapabocas les cubre por salud.

Es consciente que ella, al igual que todos los policías del país, también están expuestos al contagio, pero su profesión enmarcada en el servicio y la vocación la llevan a salir a la calle a trabajar guardando todos los protocolos de seguridad para evitar el contagio de un virus que también les cambió los estrictos y antiquísimos protocolos de trabajo, por eso ya no forman ni dan instrucciones en medio de filas sino a través de medios tecnológicos y ya en las patrullas no se desplazan 8 uniformados sino 3 entre los que van en cabina y platón, lo que conlleva también al uso de más medios de transporte para realizar su trabajo y el lavado y desinfección permanente de estos.

Además, al llegar a iniciar el turno antes que el armamento, como solían hacerlo, buscan son los elementos de bioseguridad, entre ellos el traje.

La subteniente Arias además de las labores de educación y prevención al COVID-19 que realiza por estos días de cuarentena también entrega alimentos a las personas en condición de calle y acompaña al capellán Martín Argumedo Vivas en llevar la palabra de Dios a los centros médicos de Sincelejo para agradecer a quienes están en la primera línea de batalla contra el virus, pero también lleva jornadas de recreación al son de la música popular de Yeison Jiménez interpretada por el patrullero Raúl Chamorro. Esta, que es la parte bella de su trabajo, es la que le muestra a su mamá y a sus hermanas para que no estén preocupadas por ella.

“Mi familia es un matriarcado y ellas se preocupan por mí porque debo estar en la calle, hacemos videollamadas y yo les muestro el lado bonito de mi Policía, de mi trabajo”, puntualiza la oficial que en cada mañana se encomienda a Dios para que le dé la sabiduría que necesita para llegarle a la gente, a esa que quisiera seguir saludando con un estrechón de manos, pero no puede o una sonrisa que no se la cubra el tapabocas.