En Galeras, las matronas tejen sus sueños en unas esteras

El suelo de Galeras es reconocido por su color rojizo, los cuadros vivos y las artesanías en totumo, muchas de estas exportadas al exterior.

Pero más allá de estas muestras artisticas está la creación de escobas y esteras en palmas de vino, que son propias de la zona corregimental. Región llevada por el atraso y el olvido de los gobernantes de turno.

El suelo rojizo de estas zonas es tapizado por estelas de palmas de vino que son puestas al sol para darle el color que los artesanos requieren para la belleza y particularidad a sus obras.

Una de estas matronas que ha levantado a sus ocho hijos con cada estera que teje durante horas sentada en un taburete es Ana Matilde Baldovino, que desde que tiene uso de razón se ha dedicado a la artesanía.

Un duro trabajo

“Esto es bien trabajado, la palma se compra verde y hay que ‘desvaritarla’, cepillarla y ponerla al sol. Luego teñirla con la bija o enterrarla en barro, es un proceso largo, pero ya estamos acostumbrados”, dijo.

“Lo que nunca se ha visto es la platica, pero es lo que nuestras padres nos enseñaron”, añadió.

Asegura que todo el proceso dura alrededor de cinco días en la elaboración de las esteras, pero aún así los clientes no dan más de 15 mil pesos por cada una, lo que les parece injusto. 

Sin embargo, todos se han acostumbrado a esta ardua labor que ha pasado de generación en generación aunque las nuevas generaciones se han negado a seguir la tradición porque no es rentable.

“Los pelaos buscan salir de acá para conseguir otros trabajos u oficios que den dinero para vivir bien no para sobrevivir”, sostuvo.

En las residencias del corregimiento de Baraya es habitual ver las microempresas en la que participan hijos, tíos, abuelos y nietos, cada uno con su estilo, pero con la misma destreza propia de toda una vida llena de experiencia.

“No le dan el valor a la estera que se merece, son frescas, sirven para descansar y sirve para dormir. El colchón es caliente y si le pone una estera arriba duerme fresco y más cómodo”, acotó la mujer.

Más apoyo

Juan Carlos Coley, asesor cultural, asegura que Galeras es un municipio bendecido por las artes y por eso es reconocido a nivel nacional e internacional, pero falta más apoyo para que los artesanos mejoren sus condiciones de vida.

“Tenemos una gran cantidad de artesanías en palma de vino, manejan las escobas y las esteras, esa es la mayor riqueza. Esto ha tomado tanto auge que los artesanos han formado cooperativas”, acotó.

Pese a esto se han presentando inconvenientes de organización por lo que están a la espera de apoyo gubernamental para formar agremiaciones y manejar la comercialización.

“Los recursos quedan en manos del comercializador y la gente que hace las artesanías se la pasan a un bajo precio y las utilidades son muy bajas. La idea es que ellos comercialicen sin tener intermediarios”, concluyó Coley.

Las esteras y escobas han tenido reconocimiento nacional porque al tiempo que los cuadros vivos viajan por los diversos rincones del territorio son adornados con las artesanías de esta zona.

Otros artistas

Este tipo de artesanías también se realizan en zona corregimiental de Corozal, en ambas poblaciones tienen renombre aunque coinciden en que el gobierno y en especial los encargados del turismo inviertan en estas zonas para que en Sucre no solo se vea el turismo de sol, playa y ambiental, sino también artesanal.

Esto teniendo en cuenta que muchos de los municipios que más se destacan por sus artesanías colindan entre sí, lo que permitiría que el departamento tuviera un corredor artesanal en el que los mismos actores pudieran enseñar a los visitantes cómo se realizan sus obras.

Ana Matilde Baldovino aunque es consciente de que los 15 mil pesos que le cancelan por sus esteras solo le alcanzan para una sola comida del día, ella seguirá con la labor que ha realizado desde niña y la que ve como una de las mejores herencias que le dejaron sus padres.