El Heraldo
La angustia de la gente en la zona es grande. Hay miedo de salir a las calles. Cortesía
Sucre

“El régimen del miedo volvió a los Montes de María”

Habitantes de Chalán y Ovejas narraron a EL HERALDO cómo se vive en el territorio con la presencia de encapuchados que imponen su propia ley.

Con la emboscada del sábado 22 de mayo entre Buenos Aires y La Ceiba, poblaciones de los municipios de Ovejas y Chalán, en los Montes de María, se confirmó que las cosas en esta subregión no estaban bien, por lo menos en lo que a seguridad se refiere.

En ese ataque, a las 11:00 de la noche, Miguel Paternina, 25 años, perdió la vida y los cuatro adultos más que iban en la camioneta, entre ellos tres mujeres, resultaron heridos a bala.

Entre las comunidades y por hipótesis de la Fuerza Pública se regó la noticia de que se trató de una equivocación. “Eso no es equivocación, ese es un mensaje claro que los paramilitares nos mandaron. Nos dijeron que aquí están ellos y sus acciones, que han pasado de las amenazas en pasquines a los hechos”, afirmó la tarde del martes uno de los líderes que protestó frente a  la Alcaldía de Ovejas exigiendo seguridad.

El hecho que golpeó fuertemente a los pobladores de Pijigüay, corregimiento de donde son nativos y residentes las víctimas, y a donde regresaban esa noche, aceleró la promulgación de la Alerta Temprana de Inminencia de la Defensoría del Pueblo, con base en testimonios de nativos y en vivencias del personal de esta entidad que estuvo en esa zona de Montes de María documentando lo que desde diciembre de 2020 se había agudizado.

“Tenía que pasar esto, que mataran a la gente para que la Policía y la Infantería de Marina creyeran lo que desde hace dos años veníamos denunciando, la presencia de hombres armados en ese momento en Chengue y la zona de La Cansona, lo que nosotros conocemos como alta montaña, pero ahora están por toda la ruralidad. Como no actuaron a tiempo, porque no creyeron en lo que nosotros decíamos, estos hombres encapuchados y armados se tomaron otras poblaciones para ir amenazando”, anota un resistente de la violencia en esa zona.

La alerta temprana más reciente es del 28 de mayo sobre la zona rural del municipio de Ovejas.

Agrega que lo que más les preocupa es que la fuerza pública termine unida a ellos como en el pasado, porque si eso ocurre vendrán masacres, muertes selectivas, desplazamientos y el campo volverá a quedar solo. “Por eso es que estamos en pie de lucha exigiéndole a las autoridades que actúen porque hay mucho temor”, dice el líder que pide reserva de su nombre solo por este testimonio, pues no quiere que la Policía y la Infantería que desde el lunes 31 de mayo empezaron a hacer operativos “miren a uno mal y lo señalen porque eso es peor y más en estos momentos”.

Rodrigo Ramírez Salazar, defensor de Derechos Humanos en Sucre, e Íngrid Vergara Chávez, del Movice, ambos integrantes de la Mesa de Garantías en el Departamento, habían llevado a esta instancia desde principios del año 2018 el tema, “porque representamos a las comunidades, las visitamos, las escuchamos y sabemos del riesgo que tienen por lo que están viviendo y lo que encontramos desde ese momento ha sido la negación de los hechos por parte de la institucionalidad”, dice Rodrigo.

Un informe del Observatorio de Cultura, Política, Paz, Convivencia, y Desarrollo de los Montes de María de la Universidad de Cartagena fechado en agosto de 2020, dio cuenta del regreso al pasado, es decir, de la violencia a esta zona. En su capítulo 4 se refiere a la reproducción de la violencia.

La camioneta emboscada el pasado 22 de mayo.

Sobre el particular estableció que “en Ovejas se han incrementado las extorsiones siendo los responsables integrantes de organizaciones como el Clan del Golfo/ Autodefensas Gaitanistas de Colombia y miembros de las extintas Farc, dedicados ahora al microtráfico y la delincuencia común. Asimismo el accionar de bandas locales de vieja data en el corregimiento de Canutal (Ovejas), donde hay un control social sobre la población”.

Y agrega que “en Chalán, se resalta la presencia de una estructura criminal liderada por un exintegrante de las Farc, conformada por 25 a 30 hombres, con redes de apoyo en los municipios de San Onofre, Coveñas, Toluviejo, Colosó y Ovejas, e igualmente en los corregimientos de La Ceiba, Don Gabriel y Buenos Aires”.

Una habitante de la zona rural de Ovejas le ratificó a EL HERALDO que el miedo los invade desde hace dos años, pero desde el último trimestre de 2020, en plena pandemia, se les agudizó.

“Estos hombres citan a reuniones para decir que están en el territorio y para pedir cosas que la gente no tiene porque somos campesinos sobrevivientes. Dicen que no se van a meter con la gente, pero el simple hecho de estar en el territorio armados y encapuchados ya es suficiente”, anota la mujer que tras un suspiro remata diciendo que han vuelto a la ley del silencio y el medio.

El pasado 2 de febrero la Comisión de Paz del Congreso de la República sesionó en Sincelejo en el Auditorio Fortunato Chadid de la Gobernación de Sucre, y allí unos líderes en representación de los Montes de María, tanto de Sucre como de Bolívar, reiteraron el miedo que los invade por la presencia de alzados en armas en esos territorios que otrora fueron centro de operaciones tanto de la extinta guerrilla de las Farc, como de las desmovilizadas Auc.

El senador Antonio Sanguino, que preside la Comisión de Paz, se comprometió a hacerle seguimiento a lo que los líderes denunciaron en ese escenario, y dejó en claro que el Acuerdo de Paz no se limita a los programas de desarrollo con enfoque territorial y a la reincorporación de los excombatientes.

A propósito de ese acuerdo, la Alerta Temprana de Inminencia decretada para Ovejas desde el 28 de mayo se refiere a ella indicando que “se conformidad con lo dispuesto en el Decreto 2124 de 18 de diciembre de 2017, “por el cual se reglamenta el sistema de prevención y alerta para la reacción rápida a la presencia, acciones y/o actividades de las organizaciones, hechos y conductas criminales que pongan en riesgo los derechos de la población y la implementación del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera” se la envían para su aprobación al Ministerio del Interior.

Miguel Paternina.

Cómo operan

La Alerta indica que las amenazas vía panfletos y los toque de queda entre las 6:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana del día siguiente, son las formas de operar de las Agc en Ovejas, y el fin de semana las hicieron extensivas a Chalán, el municipio vecino.

Escuchar a algunos de los habitantes genera angustia.

“Hemos vuelto a las noches de antes: calles solitarias, gente encerrada, con miedo y frío. Ya la plaza no se llena de compradores de helados ni de pelaos que van a jugar y charlar porque esos tipos llegaron a amenazar y no se sabe esto hasta cuándo será”, dijo un poblador de Chalán, mientras que otro de Ovejas en la zona rural dice que debido a lo que ocurre, ellos desde las 8 de la noche están encerrados en las casas y desde las 6 de la tarde los caminos están solos.

“Después de las 6 de la tarde no se ve un mototaxista en los caminos. Nadie sale, el fin de semana pasado no hubo peleas de gallos, y cuando una persona se enferma pensamos que ya no la podemos sacar al centro de salud porque nos dan plomo en el camino esos señores que nos quieren tener encerrados para algo, para que pase algo por esas vías y allí es que la fuerza pública debe actuar con inteligencia investigando porque esto no podemos permitir que continúe.

Asegura que no quieren seguir viviendo así porque “eso no es vida”, y entonces recuerda los años del conflicto.

“El que no vivió el pasado no sabe qué es esto”, exclamó un líder que dice que aunque tiene miedo, no se puede quedar en silencio, por eso espera que la anunciada visita del viceministro de Defensa a la zona el 16 de junio se traduzca en hechos concretos y así Ovejas y los Montes de María vuelvan a ser esa zona de consolidación de la que hoy solo está el nombre.

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