El Heraldo
El mero fue vendido a una pescadería de Tolú.
Sucre

El día que Tolú saboreó una noticia con sabor a pesca’o

Historia del pescador que atrapó el mero gigante de 400 libras.

César Antonio Olascuaga Alvis no se encontraba con la agitación de aquel sábado que peleaba como un lobo de mar contra un mero que le duplicaba su peso y estatura. Permanecía relajado en su residencia ubicada estratégicamente frente al mar: su espacio y segundo hogar.

Olascuaga, de 55 años, desde los 15 se inició en el mundo marino, no como pescador-que era la lo que muchos hacían en su natal Tolú- su especialidad no estaba por encima del mar, sino en las profundidades: es buzo.

Esta actividad le ha permitido mantener a su numerosa familia que supera los 9 miembros,  y también lo ha llenado de satisfacciones, la más reciente pescar un mero de 400 libras y 1,80 metros de largo.

“El mero lo encontré en la punta del muelle de Compas, le prestamos una cabuya a una de las personas que estaban en el lugar pero el animal la reventó y se fue, entonces lo seguimos hasta los faros y le dimos el mate”, dijo.

Aunque aseguró que ha cogido pescados más grandes, con pesos de hasta 680 libras, este es el que más le ha llamado la atención a la comunidad que llegó hasta su residencia a tomarle fotografías.

“Esto fue una cuestión de suerte, porque ese pescado se consigue muy poco. Eso fue a las 9:30 de la mañana. Fue un gran momento, el regalo que me dio mi Dios porque el 29 de mayo cumplí años”, comentó entre risas.

Una vez muerto el esquivo animal lo cargó con la ayuda de dos familiares y lo montó en ‘La Estafa’, su chalupa, que fue bautizada con ese desafortunado nombre porque le costó $2.100.000 y la mayoría de sus compañeros le dijeron que el precio es exagerado, “entonces me decían que era una estafa porque me habían tumbao”, explicó.

Después de que fue puesto en diversas formas para que le tomaran las fotografías,  fue vendido en la Pesquera Tolú por $800 mil, dinero que le serviría a César para celebrar ayer su cumpleaños.

Quien también disfrutó mucho de las maravillas del mar fue Napoleón González Torres, uno de los pescadores más tradicionales de Tolú.

“Antes era usual coger pescados grande o de tamaño normal pero en abundancia, podíamos mantener a nuestra familia con este oficio mientras que ahora no alcanza ni para la comida porque Tolú dejó de ser puerto turístico para convertirse en puerto industrial”, acotó el pescador.

Añadió que el pescado se está muriendo por la contaminación y las malas prácticas de pesca.

Este pescador recordó que en una oportunidad pescó con cordel un sábalo de 207 libras y de 2 metros  y medio de largo que también se convirtió en una sensación en el pueblo.Uno de los historiadores de Tolú, Jaime Zúñiga de Horta, aseguró que como todo municipio  costero, las historias de mar siempre harán parte de sus memorias.

Una y quizás la más inolvidable para muchos es la de aquel 23 de diciembre  de 1942 cuando un pescado de 20 metros de largo se varó.
“Todo el pueblo fue a ver el pez gigante, que al parecer, era un cachalote. La comunidad lo trozó en postas y  lo fueron a votar por el Morrosquillo pero nadie se atrevió a comérselo”, explicó.

González Torres además aseguró que para matarlo tuvieron que utilizar dinamita y cuando lo botaron una mancha de grasa se extendió por el mar por muchos días, lo que nunca supo es que clase de pez era.

Lo que hace que esta historia permanezca intacta  hasta en la mente de  los más jóvenes es que Zúñiga con la ayuda de coladores hizo un monumento en el 2001  que simula la forma en que fue encontrado el animal.

César Olascuaga después del sábado 31 de mayo, fue un habitante más del puerto turístico que espera seguir batiendo su records mientras que el mar y su Dios, como lo llama, así se lo permitan.

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