El Heraldo
Los compradores de pescado no le faltan a Raquel Álvarez Pupo en la vía. María Victoria Bustamante.
Sucre

Desplazados por la ola invernal en la Mojana siguen sin retorno

Antes de esta grave emergencia ocurrida a finales de agosto de 2021 en esta región habían afrontado una situación similar entre 2010 y 2011.

Raquel Álvarez Pupo tiene 65 años y nació y se crío en Las Pozas, un corregimiento de San Benito, municipio que es el segundo con más damnificados que dejan las temporadas invernales de los últimos dos años en la región de la Mojana, sur del departamento de Sucre.

A simple vista cualquiera podría pensar que está cansada, que debería estar sentada, pero no, ella sigue en pie en medio de las fuertes temperaturas y bajo la canícula que cala hasta los huesos. Ella está refugiada en el único sitio que quedó secó 70 kilómetros a la redonda: la carretera de acceso a esa región. Ahí, sobre el ardiente asfalto de la vía, instaló su puesto de venta de pescado que sacan sus hijos de los cuerpos de agua circundantes.

La oferta para sus clientes, que son los pocos transeúntes, es variada: bagre, bocachico y hasta moncholos frescos y ahumados son comercializados desde el cambuche con techo de plástico y sostenido por algunos trozos de madera húmeda, colocados sobre una calzada de la carretera y que le ha servido como su vivienda desde hace más de un año cuando el 27 de agosto de 2021, las aguas del río Cauca rompieron el jarillón y se vertieron por el sitio conocido como Cara ’e Gato e inundaron todo a su paso.

Se iniciaba así una de las tragedias invernales más grandes de Sucre en la última década. Al igual que Raquel, 500 personas más perdieron sus viviendas por la acción de las aguas desbordadas en la Mojana, conformada por 11 municipios de cuatro departamentos (Antioquia, Bolívar, Córdoba y Sucre), según el informe entregado por la Defensoría del Pueblo.

Los damnificados lo único que encontraron seco fue la carretera, a donde llegaron remando con sus corotos y algunos animales de corral que pudieron subir a las canoas, el resto de sus pertenencias las trajeron como recuerdos empacados en sus almas. En la vía conformaron un pueblo lineal de cambuches con arquitectura característica de los desposeídos y refugiados. Pero ahí tampoco están tranquilos, los que aún están en ella tienen que pelearse el espacio con los vehículos, soportar el calor infernal bajo los plásticos y enfrentar a los insectos y animales rastreros que por las noches salen también a buscar un seco.

El río Cauca sigue vaciando sus aguas sobre extensos potreros y parcelas. Según la Defensoría del Pueblo 47 mil hectáreas de cultivos se perdieron. También 6.757 bovinos, 6.803 porcinos, más de 40 mil aves de corral y 301 estanques de acuicultura, cifras que demuestran la magnitud de la tragedia por la ola invernal en la gran región Mojana.

Después de 17 meses de sufrimiento, los refugiados climáticos de la Mojana no ven una solución a la vista, los que intentan regresar a sus parcelas encuentran que estas siguen bajo las aguas, porque Cara ’e Gato, el chorro que los expulsó, está perenne pese a la inversión de $30 mil millones que giró el Gobierno nacional para tapar ese boquete. Entre tanto los desplazados climáticos se preguntan hasta cuándo será su sufrimiento.

“Para dónde me voy a ir si mi casa se ahogó. Ya llevo más de un año en la vía y aquí voy a permanecer, aunque tengo que componer el cambuche porque se ha dañado y no tengo más carpa”, dice Raquel en medio un relato cargado con algo de resignación.

José Gregorio Villegas, un joven de 27 años, y quien antes de la tragedia se dedicaba a cultivar arroz a mediana escala, ve frustrada su vida económica porque “con la ruptura de Cara ’e Gato, que el Gobierno no quiere cerrar y yo no sé por qué, no tenemos fuentes de trabajo para seguir adelante”.

Al igual que él todos los cultivadores de la región tienen la misma situación. Y, peor aún, los bancos no les hacen empréstitos y el Gobierno tampoco los ayuda, ahora sobrevive como pescador.

El muchacho vio la última ayuda humanitaria del Gobierno (alimentos) hace 5 meses y las anunciadas ollas comunitarias, del proyecto comida caliente de Petro, aún no las estrenan.

La Mojana, otrora considerada la despensa agrícola de Colombia por la producción de 120 mil toneladas de arroz al año, una de las tierras más fértiles del país, en la actualidad atraviesa una crisis que también impacta en la ganadería y la industria de los lácteos, al punto de que en estos momentos, reportan los ganaderos, no hay ordeño.

¿Invierno o acción antrópica?

Para Ezequiel Arce, un campesino de la vereda de El Corozal, en el municipio de Majagual, no es que ahora llueva más. “Antes el río Cauca tenía 8 metros de profundidad frente a Guaranda, y ahora no llega a 5 metros, el río esta sedimentado”; por eso, no cree que sea el invierno el que haga romper los jarillones.

Estudios de las universidades de Córdoba y Cartagena revelan que la actividad minera en el nordeste antioqueño produce la sedimentación del Cauca, a eso se le agrega la alta contaminación de sus aguas por mercurio y otros elementos pesados, agrega el informe científico.

Los desplazados climáticos aseguran que la solución a sus problemas está en el cierre de Cara ’e Gato, pues de no hacerse las aguas continuarán filtrándose y ellos tendrán que permanecer sobre la vía, bajo el sol y peleando con los carros el pavimento.

Este martes podría levantarse el paro en La Apartada

El paro cívico que desde el pasado miércoles 25 de enero iniciaron habitantes y productores de la región Mojana, a la altura del puente sobre el río San Jorge, en La Apartada (Córdoba), en señal de protesta con el Gobierno nacional que no les cumple los compromisos realizados, entre ellos el cierre del boquete en Cara ’e Gato, podría terminar este martes.

Así lo dio a conocer el ganadero y vocero del Pacto Social por la Mojana, Rodrigo García Berrío, al indicar que para este martes en horas de la mañana está prevista la llegada al lugar de la protesta de la viceministra del Interior para el diálogo social, Lilia Solano, y la del director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Javier Pava. “Ellos, para levantar el paro, deben traer el contrato de la obra de Cara ’e Gato que es lo que nosotros queremos primordialmente”.

Analizaban anoche, los que protagonizan el paro, si el desmonte de este lo hacen de inmediato o si por el contrario es paulatino, “aplicando un plan tortuga”.

Para hoy está prevista la presencia de los alcaldes de las poblaciones de la Mojana y los gobernadores a esa reunión. Ayer algunos de Córdoba se solidarizaron con los que están en el paro y lograron el paso de unas 300 tractomulas.

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.