El Heraldo
El miércoles 1° de febrero la comisaria Deisy Carrascal fue notificada de su viaje a Costa Rica. Cortesía
Sucre

Deisy Carrascal, una policía de alma, vida y corazón

Cuando de hablar de las mujeres policías en el departamento de Sucre se trata, Deisy Isabel Carrascal Cuello es su referente.

A los 19 años ingresó de manera formal a la Escuela Gonzalo Jiménez de Quesada, en Bogotá, donde egresó como cabo segundo, un grado que ahora, con la vigencia del nivel ejecutivo, al cual ella dio el salto, equivale al de patrullero.

En 25 días Deisy Carrascal cumple 30 años de servicio a la patria, y a diferencia de otros que anhelan llegar a los 20 y 25 para irse de la institución ella desea seguir sirviendo desde su “bella Policía”.

Reconoce, sin embargo, que hay nuevas generaciones a las que ella y otros 100 comisarios del país deben darles paso y por eso ya se prepara para lo que será su salida por la puerta grande de la Policía Nacional.

Y bien en grande será su salida, pues acaba de ser seleccionada por el cuerpo de generales de esa institución para ir como secretaria de la Agregaduría en Costa Rica.

Es un premio en reconocimiento a los cerca de 11 mil días con sus noches y hasta madrugadas que ha entregado en pro de la seguridad de los demás, en especial de los niños y las mujeres, entre esas las del campo, como su madre, Anastasia, a quien le agradece todo lo que es.

Deisy lleva sobre sus hombros el orgullo y la inmensa responsabilidad de ser la única mujer con el más alto grado que tiene el nivel ejecutivo de la Policía en el departamento de Sucre: comisario. Desde 2017 lo alcanzó.

Fue la meta que se propuso en su vida al ingresar a la institución donde ahora se desempeña como asesora de la Dirección de la Escuela de Carabineros Rafael Núñez, en Corozal.

Allí también está encargada del área de Bienestar Social y les enseña a los futuros patrulleros (hombres) cómo llegarles a las comunidades para que el binomio Policía-comunidad siga fortalecido.

Dice que esto último es muy importante y más en estos momentos en los que la institución empezó la formación de los policías de la transformación, una fase en la que ha entrado esta fuerza de seguridad y que no solo tiene que ver con el cambio del color del uniforme del tradicional verde oliva al azul oscuro.

Es la segunda vez que la comisaria llega a trabajar en esa escuela, pues hasta el primer semestre de 2022 estuvo como suboficial del Comando del Departamento de Policía Sucre.

“Este es un cargo de acompañamiento y asesoría al señor comandante del departamento en el que nos encargamos no de llevarles problemas, sino soluciones, y esto me ha caracterizado siempre. En todo momento y desde donde he estado he tenido las puertas abiertas y la mejor disposición para escuchar a mis policías, a mis compañeros. Eso también he hecho con las comunidades en mi estadía en esta bella institución”, anota.

Policía de Infancia y Adolescencia; de Prevención y Educación; comandante de Estación en Corozal y La Unión; en la Vigilancia en Sincelejo, y hasta en la Sijín han sido los cargos por donde  Deisy Carrascal ha transitado dejando buenas huellas.

“En la Sijín es donde menos tiempo estuve. No me sentí a gusto allí y en ese momento hablé con el comandante de Policía del departamento y me sacó nuevamente a la calle, con mi uniforme. Amo estar en la calle, mi trabajo está en la calle donde la gente me necesita y nos necesita”, añade esta madre de familia, esposa e hija que desde ya piensa en cómo serán sus días sin el uniforme que llegó a convertirse en su segunda piel.

Quienes conocen a Deisy dan cuenta de que pocas veces la han visto con mal carácter, pues a pesar de su rango no es amiga de los malos tratos y menos de las humillaciones.

“Siempre me he propuesto ser feliz a pesar de todo. Y les he inculcado a mis dos tesoros [sus hijas] eso también. Sea lo que sea hay que sonreír, ser feliz y no despertar lástima. A mí, como a otros policías, los jefes también me han regañado, me han llamado la atención, pero eso no es lo que me va a arrugar, sigo y seguiré siendo feliz”, recalca.

Cuando ingresó a la escuela para formarse como miembro de la Policía ya Deisy Carrascal venía de un proceso con la institución, pues desde que cursaba séptimo grado empezó a hacer parte de la Policía Cívica Juvenil, donde prestó el servicio social y de la que además fue pionera en su natal Sincelejo y Sucre.

En contra de la voluntad de su padre, Rafael Carrascal Terán (q. e. p. d), esta mujer decidió hacerse policía, pues él temía que pudiera ocurrirle algo porque en aquel momento el departamento estaba bajo el yugo de los grupos ilegales alzados en armas que los habían hecho salir desplazados de Colosó, en los Montes de María. Mientras que Anastasia Cuello, su madre, que ahora tiene 88 años, siempre la apoyó y le dijo que Dios le tenía un premio. El día que la seleccionaron junto a otros 15 comisarios y sargentos mayores para ir a 16 agregadurías en el mundo nunca miró la pantalla gigante que tenía detrás para saber a qué país iba.

“Quedé paralizada porque en mis ojos solo tenía la imagen de mi bella madre”. Solo hasta cuando el general Henry Sanabria, director de la Policía, se acercó a felicitarla la hizo dar el giro para que se enterara de que a partir de este 1° de abril, y por un año, estará en Costa Rica. Es un viaje de trabajo en el que estará con su familia y por eso desde junio alistan maletas sus hijas Deisy y Dayanis, así como su esposo, Luis Daniel Guerrero, quien también es policía.

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