Contraloría cuestiona calidad de vías terciarias
Uno de los proyectos más deficientes son las vías de la Mojana.
Mientras las comunidades del país, en especial las de las zonas rurales por donde está la red terciaria se quejan del mal estado de estas, los gobiernos hacen mal uso de los recursos de regalías que les destinan para el mejoramiento de las mismas.
Así lo evidenció una auditoría que la Contraloría General le realizó a esas inversiones, algunas de ellas realizadas en la subregión Mojana, al sur del departamento de Sucre.
Ante estos hallazgos, el ente de control le hizo un llamado al Gobierno nacional para que revise el modelo que se ha venido utilizando para construir, sostener y mantener las vías terciarias porque la calidad, durabilidad y soporte técnico de varias obras no es la mejor.
Fueron auditados 13 proyectos de red terciaria ya liquidados en 6 departamentos y 13 municipios. Los mismos fueron adelantados entre 2012 y 2016.
En particular la Contraloría General hizo un llamado para que en la Mojana, con la participación de la Gobernación, adopten soluciones técnicas para sus vías terciarias. Esas soluciones “deben estar soportadas en estudios de calidad, que incorporen el respectivo manual de mantenimiento, que garanticen obras de mediana o larga duración, y que no sigan realizando inversiones deficientes”.
Agrega la Contraloría que los proyectos auditados no presentan inventarios de red terciaria, “una situación que llama la atención teniendo en cuenta la ejecución de los $1.38 billones provenientes de regalías que se han empezado a ejecutar mediante el Ocad Paz”.
Deficiente ejecución de los proyectos, falta de seguimiento a los mismos, inadecuada utilización de los recursos y los insuficientes presupuestos de las entidades territoriales para hacer mantenimiento de las vías, entre otras situaciones, fueron los hallazgos detectados por la Contraloría.
De acuerdo con el informe, los proyectos de ejecución más deficientes fueron las vías de Majagual y Guaranda. Detectaron que estas no cumplieron con su vida útil y en corto tiempo, máximo un año, acusaron un gran deterioro y aunque las mismas continúan en servicio, las deficiencias son crecientes y con notoria dificultad para la operación del tránsito automotor y movilidad de las comunidades.