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CORTESÍA
Sociedad

‘Vigilia’: remembranzas de la violencia en el Caribe de los 90

La periodista barranquillera, Daniella Sánchez Russo presentó su primera novela, evocando la época noventera en medio del conflicto armando en Colombia.

La novela Vigilia está enmarcada en la poesía y las memorias de dos mujeres que pertenecen a tiempos diferentes, pero que, bajo el mismo techo, descubren el universo común de sus vidas cruzadas.

En una casa espaciosa, donde se respira un aire espeso, confluyen el río de los recuerdos y los enlaces afectivos que comparten. La vida de Irene, la protagonista, es mostrada desde dos momentos distintos.

El primero devela su memoria y lleva al lector a emprender un viaje por la infancia del personaje, en la que ella se recuerda a sí misma en la edad de 14 años junto a su hermano menor Federico. Aquí, recuerda su primera menstruación y las llamadas ‘pescas milagrosas’ de los grupos armados en el Caribe.

En el segundo momento, se presenta a Irene como adulta, es madre de dos mellizos recién nacidos e intenta sobrellevar un matrimonio fracturado. En esta etapa de su vida, la protagonista, agobiada por la crisis de su hogar, vive en un estado permanente de vigilia, en el que ella misma decide escribir la historia de su lucha interna, el manuscrito en el que se convertiría la novela.

La historia está inspirada en los años noventa y geográficamente se desarrolla en la ciudad de Barranquilla. Al tiempo, la voz de Luzmila, ‘La negra’, toma carácter porque pese a ser la empleada doméstica de la casa, es el único personaje con el que Irene crea una conexión real.

Desde su condición, Luzmila sabe que su vida transcurre entre la intimidad de una familia, de una mejor condición económica que termina otorgándole confianza absoluta, pero al final, esta sabe que cuando termine con sus obligaciones debe volver al lugar que ella pertenece.

En la amplia casa no solo se destaca la presencia de una cómoda piscina destina para el ocio y el entretenimiento, sino que en esta el lector acompaña a la protagonista a descubrir espacios que ni siquiera ella, que había vivido toda su vida en este lugar, conocía.

Dentro de la casa

Tres generaciones unidas por privilegios, conviven en estos espacios paralelos, tambaleantes en su estructura como familia, sostienen con gran doblez ante la sociedad caribeña una falsa apariencia de solidez y afectado, cuando realmente el silencio y el desinterés reina en el nicho del hogar.

El padre y la madre de Irene son mostrados como presencias fugaces y todos los personajes se ven atrapados en los nudos afectivos, políticos e históricos que la novela explora.

La narrativa de la obra evoca puntualmente la época del conflicto y muestra cómo la continuidad de la guerra desencadena pequeños estallidos sociales, que terminan en construir una cultura de prevención permanente a los peligros existentes en el entorno.

Irene, por su parte, descubre su vida a través de las letras y en ellas da a conocer algunos elementos de lo que sucede en su vida nocturna, mientras está en vela.

El primero de ellos, es un sueño recurrente. Una casa sin puertas, ni ventanas; en este, la protagonista se siente ahogada, y en el mar de sus conflictos internos intenta navegar, aunque por ocasiones el sueño de la casa le atormenta recordándole que no tiene salida.

Seguidamente, el fastidio que le provoca la ciudad sobre el mencionado ‘linaje interminable’ que no se forma a partir de la libertad, sino que condiciona a que las generaciones de los privilegiados deben estar destinados a crear vida para sostener el legado.

Y la tercera de las revelaciones de Irene, refiere a su insistencia en dar vueltas sobre un pasado que intenta modelar y cambiar fallidamente en el presente, el cual le genera gran frustración y ansiedad.

Tiempo después, la amenaza de un secuestro estremece los cimientos de la casa, los protocolos se rompen y las grietas de la convivencia terminan por acentuarse.

La voz de su autora

Daniella Sánchez Russo, es una periodista barranquillera y autora de Vigilia, presenta una prosa poética en la que llega a describirse a sí misma. 

“Me siento muy identificada en con el personaje de Irene. con todo lo que transcurre en medio de la noche y en sus sueños. Yo soy una persona que sueña mucho, de hecho, los sueños recurrentes con la casa y el agua que aparecen en el libro son míos”.

Sánchez que es Doctora en Estudios Hispanos de la Universidad de Pensilvania, añadió que la violencia se encuentra implícita en su obra debido a la época en la que se desarrolla.

“Creo que por el conflicto siempre hemos estado en vigilia y es claro que hay una falta de sueño o de paz que siempre somete a nuestra mente y a nuestra actividad física a estar en alerta todo el tiempo, como especie de una prevención a cualquier peligro”.

Finalmente, la escritora adentra al lector en un mundo tan familiar como enrarecido, en el que los pactos de clase y de la feminidad normativa son quebrados ; y en un Caribe que seduce a pesar de su decadencia.

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