Sociedad

Productores de eventos: entre la reinvención y la quiebra

El HERALDO habló con empresarios de uno de los sectores más golpeados debido a la contingencia por la covid-19.

Los amantes del Carnaval muy seguramente han bailado al resonar del cuero de un llamador, mientras cantan los clásicos de esta temporada festiva. Incluso han disfrutado pomposos eventos como la Lectura del Bando, Coronación de la Reina y conciertos para vivir momentos únicos, pero por sus mentes se habrán preguntado ¿quiénes están detrás de la organización de estos escenarios?

Las deslumbrantes escenografías que realizan los productores que están detrás de cada evento requieren un arduo trabajo que no sólo implica una infraestructura casi que millonaria y su instalación, sino que requiere de una gran mano de obra, que bien sea formal o freelance, aumenta el ingreso de muchas personas.

En medio de la contingencia por la covid-19, uno de los sectores más afectados es el del espectáculo. Con la prohibición de las aglomeraciones por parte del Gobierno nacional quedó cerrada la puerta a lo que para algunos solo es ocio, pero para los empresarios del sector de la producción se convierte en su principal fuente de ingreso.

Patricia Escobar es una periodista retirada que aprendió a organizar y producir eventos durante su paso por los medios impresos. Aunque es una mujer pensionada, es una de las productoras del tradicional Festival de Orquestas y de otros eventos independientes.

“Recuerdo que mi primer evento grande fue cuando vino Silvestre a tocar por primera vez en Barranquilla, nadie lo conocía e hicimos una puesta en escena maravillosa”, sostiene en su conversación con El HERALDO.

Desde hace más de 12 años, Escobar no solo produce este evento carnavalero tan esperado por el público y los artistas que disputan el Congo de Oro, también organiza eventos a nivel regional como conciertos, festivales y presentaciones.

Aunque siente que es una mujer bendecida porque pudo “reinventarse” pasando a organizar algunas producciones con transmisiones en vivo, sabe que su gremio está golpeado y que para muchas personas el término de moda no aplica.

“Yo tendría que darle gracias a Dios porque bien o mal he trabajado, pero no es lo mismo. He podido hacer algunos eventos como el Festival Vallenato virtual, pero para mí los más afectados son los productores técnicos, son los que tienen tarimas, luces, que son personas que no pueden reinventarse (…) un técnico de luces, por ejemplo, cómo se reinventa para subsistir si el éxito de su trabajo está en los grandes eventos”, afirma.

“No todo el mundo sabe cocinar”, refiriéndose al chat que, según cuenta, crearon los grandes productores al inicio de la pandemia para buscar otra ayuda económica. “Cuando creamos un grupo para comunicarnos y ayudarnos entre todos, resultó que muchos saben cocinar y emprendieron con postres, tortas o platos gourmet, que al principio sólo comprábamos entre nosotros mismos, porque no había manera de expandir el mercado, pero a personas que no se les daba lo de la cocina les quedó difícil”.

Armando Carbonó, productor audiovisual. Luis Rodríguez Lezama

Un castillo de naipes

Uno de los que no ha logrado reinventarse es Duberney Castaño, uno de los productores técnicos más grandes de la región Caribe. Con infraestructuras de hasta 24 metros de largo por 16 metros de alto que pueden ambientar un estadio completo y deslumbrar a un público de hasta unos 46.000 asistentes, Castaño afirma que el negocio que iniciaron hace 20 años para emprender eventos junto a su hermano Jener se está yendo a pique.

“Los eventos masivos fueron los primeros que prohibieron y con ello nuestro tablero de programación empezó a desmoronarse como un castillo de naipes”, afirma.

Este medio visitó la bodega ubicada en el barrio San José, donde Castaño tiene guardados sus equipos desde marzo del 2020, y con un pequeño tour se evidenció el drama que vive esta familia que depende económicamente de los eventos masivos. “La palabra reinventarse es muy difícil para nosotros porque invertimos en equipos que renovamos anualmente después de las producciones de Carnaval, pero no esperábamos esta pandemia”, declaró Castaño con un tono nostálgico y la mirada pérdida.

El proceso de la virtualidad, que para algunos ha resultado beneficioso, “no equilibra” los gastos de nómina para los empleados que trabajan directamente en la empresa de los hermanos. “Montamos un estudio donde se hacen trasmisiones en vivo, pero no hay equilibrio en los ingresos, esta industria mueve mucho dinero y las trasmisiones en vivo no son la solución para todo”.

Con respecto a sus trabajadores, la empresa de eventos cuenta con 27 personas con contrato fijo y con las que, según manifiesta el propietario, corresponde con los gastos de seguridad social, “pero no sabemos hasta cuándo podamos seguir”.

Patricia Escobar, productora de Festiorquestas. Luis Rodríguez Lezama

No todo es malo

Los conciertos vía streaming o transmitidos de manera virtual han sido un boom durante la pandemia. La experiencia de poder disfrutar de shows en vivo frente al televisor cuando ya todos los programas televisivos parecían aburridos, fueron la solución que aprovecharon muchos artistas y productores audiovisuales para poder solventarse económicamente.

Armando Carbonó es uno de los productores audiovisuales con más trayectoria a nivel regional, con su experiencia en transmisiones de desfiles en el Carnaval de Barranquilla y en eventos como Lectura de Bando, Coronación de la Reina y demás, considera que fue un plus tener conocimientos del mundo de las cámaras.

“Toda la vida he estado detrás de las cámaras, tengo 48 años y 27 de ellos los he dedicado a esto. La pandemia paró todo, pero las transmisiones en vivo tuvieron un auge durante unos meses del año pasado y digamos que eso sirvió para equilibrar las gastos y ganancias, para poder mantener mi nómina de empleados”.

Carbonó es el propietario de una de las empresas más grandes de producción audiovisual en Barranquilla, y aunque tiene trabajo sabe que el gremio de productores es quizás el más afectado por las medidas dispuestas por el Gobierno nacional.

“Yo estoy bien, me siento bendecido y muy afortunado por tener trabajo, pero no puedo dejar de lado a mis colegas, este gremio está bastante golpeado”.

Por cuestiones de bioseguridad la reducción de personal es otro tema que afecta las contrataciones de su equipo, pues manifiesta que en un equipo de transmisión donde podían participar unas 20 personas, debe reducirse a menos de la mitad para evitar aglomeraciones.

“Aunque si pude tener algunos eventos de transmisión virtual no me dio para contratar más personal. Cuando empezaron las trasmisiones todo era un boom y al principio fue bueno, después mermó mucho y quedó mucha gente por fuera”.

Para Carnaval hay dos variables que, según explica el productor, de alguna manera la gente podrá “disfrutar del contenido especial de Carnaval S.A.S. en su casa, pero la economía de la festividad está en pique, “las personas que no van a recibir ingresos son muchas, los de los palcos y sillas, los transportadores, los que venden agua, son muchas las personas que están sufriendo esto”.

Como afectados, los productores de eventos han intentado agremiarse en muchas ocasiones, pero no lo han logrado.

El Gobierno nacional dispuso de créditos bancarios que ayuden a solventar los gastos y deudas de personas como Duberney, que contribuyen a una empresa grande con bastantes empleados, pero al considerarlos “no formal, las entidades bancarias deciden reversar el proceso de préstamo”.

Duberney Castaño, productor técnico afectado. Luis Rodríguez Lezama
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