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“Hasta en Japón cantaron La Guacherna, eso me impactó”: Milly Quezada

Un legado gigante que debe ser valorado por las nuevas generaciones. Ese es el llamado de la cantante dominicana que se metió en el corazón de los barranquilleros con las notas de Esther Forero.

Esther Forero vivía en el barrio El Silencio, su salud se había deteriorado pero la visita de Milly Quezada la hizo sonreír, cantar. Ese día, un sábado 17 de mayo de 2008, la Novia de Barranquilla fue homenajeada por la Alcaldía de Alejandro Char bajo la sombra de su Palito de matarratón. Esa fue la última vez que la cantante dominicana vio en persona a la artista que conoció a través de sus letras y luego conoció en persona en el Barrio Abajo. 

De vuelta a Barranquilla, dos horas antes de subirse a la tarima del Gran Malecón para rendirle homenaje a Esther Forero en su Día Nacional, Milly Quezada habló con EL HERALDO.

P.

¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuando escucha el nombre de Esther Forero?

R.

 Cuando se habla de Esther Forero, para mí se hace referencia a la grandiosa cantante y compositora barranquillera que conquistó el mundo con sus temas, porque realmente proyectó un talento hermoso en sus letras, logrando cautivar a todo el Caribe y Latinoamérica a través de su sentir y alegría. Es precisamente ese sentir el que me trae a su tierra natal para cantarle en la celebración de su primer día nacional, aquí estamos enalteciendo su legado, porque ella fue grande y creo que pensar en ella es hacer referencia a la alegría que siempre proyectó con su música, es hablar de La Guacherna, de Volvió Juanita, de El Cambambero, de Tambores de Carnaval y de tantos otros temas que lograron impactar en su cancionero y que otras voces hicimos crecer.

P.

Muchos quizás no miden la grandeza de su obra a nivel internacional, pero usted que pudo interpretar sus canciones en diferentes países, ¿cuál fue el impacto que generó su obra en el mundo?

R.

Es grandísimo, Milly y Jocelyn con Los Vecinos conquistamos muchos países, incluso los más lejanos, yo vi a los japoneses corear La Guacherna, ellos no saben hablar español, pero por fonética gritaban –Guacherna-, y eso es algo que lo dice todo. También despertó muchas pasiones en República Dominicana y naturalmente en Nueva York, donde nacieron Los Vecinos. Cuando la conocimos, la intención original era la de conquistar los corazones barranquilleros, pero después logramos internacionalizar su obra, fueron más de dos décadas en las que Los Vecinos se presentaron por muchos escenarios del mundo y allí siempre sonaron sus canciones, te repito que hasta en Japón cantaban La Guacherna, y eso siempre nos impactó como orquesta, yo luego de casi cuatro décadas sigo cantando este tema como si se acabara de estrenar, suena todo el año. Por eso considero que su legado es gigante y debe ser repasado por las nuevas generaciones.

P.

¿Cuándo fue la primera vez que supo de Esther Forero y su obra?

R.

A principios de los 80 cuando conocí a Enrique Chapman que era quien nos contrataba en Nueva York para tocar en algunos sitios, nos impulsó a conocer la obra de ella para tender un puente musical entre lo que era Milly, Jocelyn, Los vecinos y el público colombiano, porque queríamos darnos a conocer a nivel internacional y fueron sus temas los que nos permitieron hacerlo. La conocí a través de mi esposo Rafael Vásquez, quien a través de la gestión de Enrique Chapman le presentó las letras de La Guacherna y Volvió Juanita. Recuerdo que cuando vi esas letras comencé a imaginarme las tradiciones del Carnaval de Barranquilla, aquello me hizo dudar y pensé que no podía calar a nivel internacional porque hablaba de una ciudad colombiana, pero por fortuna ocurrió todo lo contrario y se internacionalizó. Mucha gente que la escucha en diferentes países preguntan qué es eso de abarcas tres puntá y también qué es noche de Guacherna, y en esa búsqueda de respuestas viajan hasta Barranquilla para descubrir una de las fiestas más alegres y maravillosas que existen. Se van encantados.

Esther Forero y Milly Quezada la última vez que compartieron juntas en el mes de mayo de 2008.
P.

¿Y cómo fue la primera vez que la conoció en persona?

R.

 La química fue instantánea cuando la vi por primera vez (en su casa del Barrio Abajo), también ocurrió lo propio con mi hermano Rafael Quezada que se convirtió en su arreglista de cabecera, había una conexión que sin necesidad de pronunciar palabra alguna quedamos más que conectadas.

P.

¿Cómo fue la última vez que se vieron?

R.

 No recuerdo el año (2008), pero la visitamos en su casa en el barrio El Silencio donde le hicieron un homenaje y le cantamos, ella siempre quiso compartir estas fechas especiales con los suyos y la Alcaldía de Barranquilla le llevó nuestra música en vivo. Lo que más recuerdo es su sonrisa, esa carcajada que siempre la caracterizó y esa frase tan suya: “Ay mijita”. Ella siempre me entregaba un consejo oportuno, recuerdo que cuando enviudé me decía que no me quedara soltera, aún lo sigo estando, pero ella me decía que la soledad no era buena compañera. Era una mujer muy cariñosa y dada a entregarse a sus amigos y toda una guardiana de las tradiciones barranquilleras.

P.

¿Aún le duele su partida?

R.

 Duele que hoy esté en el cielo junto a mi hermano Rafael Quezada, que fue el arreglista insignia de sus éxitos y a quien ella siempre le profesó un gran cariño por haber hecho con sus temas unos arreglos musicales que no pasan de moda. Una vez mi mánager le dijo a Juan Luis Guerra que si consideraba apropiado hacer unos nuevos arreglos a Volvió Juanita porque la gente la seguía pidiendo como el primer día y ya tenía muchas décadas haciéndolo con el mismo arreglo, le consultó si se debía modernizar y Juan Luis la frenó en seco y le contestó que las cosas que están bien hechas no necesitan ser arregladas y que la obra de Esther Forero y de mi hermano Rafael fue perfecta y que se debía dejar quieta.

P.

El próximo año el tema ‘La Guacherna’ cumple 40 años. ¿Vendrá a celebrar este hecho?

R.

 ¡Wow!, es increíble como ha pasado el tiempo, yo el otro año también celebraré 45 años de carrera artística y la verdad que me encantaría celebrar esta fecha. El Carnaval ha pasado a ser una fiesta patrimonio oral e inmaterial de la humanidad por parte de la Unesco, es una fiesta grande y siempre voy a querer estar acá y compartir con la gente de manera presencial luego de tantos momentos tristes que hemos vivido con esta pandemia.

P.

Ahora que habla de pandemia, perdió el merengue a uno de sus grandes bastiones, Johnny Ventura, a quien homenajeó en los Grammy Latinos. ¿Qué pierde la música con su partida?

R.

Johnny murió en julio, no fue por la pandemia, pudo haber sido alguna secuela, pero lo cierto es que es una pérdida irreparable para la música popular latina. Johnny fue un ejemplo para los artistas, para la clase política, para los padres de familia, para los esposos, siempre fue un guardián de nuestras tradiciones, un hombre completo y por eso se le extraña mucho. Pienso que esta Navidad se siente su ausencia, porque fueron 65 producciones las que hizo y realmente el merengue se quedó sin su líder natural.

P.

Hoy se habla mucho del empoderamiento femenino, de defender los derechos de la mujer, de la equidad de género en la sociedad, pero sin duda alguna Esther Forero fue una precursora de esos ideales...

R.

 Así es, creo que Esther fue una mujer adelantada a los tiempos, fue una mujer muy independiente, segura de sí misma, defensora de los derechos de la mujer y fue un gran ejemplo para nuestro género porque a través de sus letras y de las costumbres barranquilleras proyectó la tierra de donde venía al mundo. Su vida fue dura, enviudó, perdió a su hijo y logró seguir adelante, estaba muy clara en lo que quería y luchó por eso.

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