
‘La muerte del camión’, un homenaje a la historia usiacureña
El libro lo integran 10 cuentos basados en la vida real.
“En la vida nos varamos, nos empujan, bajamos a velocidad y subimos. A veces sentimos que nos falta fuerza, otras parece que nos vamos a estrellar, es toda una a ventura en la que al final algunos quedamos quietos como el camión, pero con un gran recorrido por la vida (…). El timón es el corazón y el motor que lo mueve es Dios”, de esta manera describe el sacerdote Dimas Acuña Jiménez su segundo libro, La muerte del camión.
La obra que tuvo su lanzamiento la noche de este miércoles en las instalaciones de Comfamiliar sede norte, está basado en hechos reales y narra la historia del chofer de un camión que recogía carbón en Usiacurí, Atlántico, para comercializarlo en Barranquilla.
Aquel camión era conducido por Julio García, padre de 14 hijos, los cuales sacó adelante con su labor diaria por aquellas vías de difícil acceso, que para aquella época tenía el ‘Pesebre del Atlántico’.
“Todo ese sacrificio tenía un fin y era que los hijos se superaran. La vida ejemplar del señor Julio García me inspiró a mí, porque yo vi el camión cuando ya estaba deteriorado y arrumado (...). Luego volví a la casa de ellos y no lo vi, y fue ahí cuando nació el sentimiento de escribir este cuento, que ahora se convirtió en un libro”, recuerda el autor.
El prólogo del libro de 100 páginas está escrito por Álvaro Julio García, hijo de Julio García, quien hoy también es sacerdote y fue compañero de seminario del padre Dimas Acuña.
Orgulloso de sus raíces usiacureñas, el hoy párroco de Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma, enfatiza que quiso escribir estos cuentos para dejar por sentada parte de la historia de su municipio, pues para él “lo que no se escribe, no existe” y mientras se escriba, se tiene algo para “comunicar a las generaciones futuras” o para ser un ejemplo de superación o una “manifestación del espíritu propio del hombre”.
La obra literaria que está dividida en cuentos “pertenece a una serie de 10 cuentos” y fue un trabajo arduo de 10 años del sacerdote, en el que perfeccionó su labor.
Con estas letras, que están bajo el título La muerte del camión, el autor quiere dejar como mensaje que a través de las historias nuestras y de la vida cotidiana “siempre hay una enseñanza que nos eleva o nos hace transcender”, y que además el hombre tiene que recordar parte de su historia para que “valore y viva con esperanza”.