La joven aviadora que recorre el mundo aterrizó en Barranquilla
El primer destino en Latinoamérica de la piloto Zara Rutherford fue la capital del Atlántico. La belga-británica de 19 años sigue rumbo a Tumaco.
Darle la vuelta al mundo es un reto, pero hacerlo volando en solitario y en un pequeño avión es una verdadera hazaña. Zara Rutherford es la piloto frente al volante de una travesía por las nubes que este jueves llegó a las 3:00 de la tarde a Barranquilla.
Con un arco de agua ‘bautizaron’ los bomberos a la aviadora de 19 años que aterrizó en la capital del Atlántico, siendo este su primer destino en Latinoamérica. La Aerocivil y la Fuerza Aérea también estuvieron en la pista de aterrizaje.
Antes de bajarse de su Shark UL, la belga-británica sonrió sorprendida al ver a tantas personas esperándola, y los saludó desde su avión deportivo. La ráfaga de fotos y videos llegaron en el momento en el que la piloto bajó del aeroplano.
Una calle de honor la esperó en la plataforma de carga del aeropuerto Ernesto Cortissoz, mientras que la aviadora se dirigía hacia la recepción donde una mesa decorativa y regalos, como artesanías del Torito y Marimonda, aguardaban por ella. “Sí había escuchado algo de Barranquilla, pero no mucho, así que por eso quería conocer más sobre esta ciudad”, dijo Zara Rutherford a EL HERALDO.
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La piloto va por los aires del globo terráqueo con la ilusión de batir un récord: ser la mujer más joven en volar por el mundo. Actualmente, la estadounidense Shaesta Weiz, de 30 años, es la que posee la marca histórica femenina.
“Espero que más niñas o mujeres se inspiren a entrar a la aviación, ya que no hay muchas, y en esta área son más hombres que mujeres”, expresó en la rueda de prensa.
Son en total 53.000 kilómetros los que la joven planea recorrer, divididos en una ruta de 52 países de los 5 continentes. Así que Colombia es el primer país que visita en América del Sur. Panamá será el otro territorio al que llegará.
Según Álex del Risco, piloto y presidente del Aeroclub Los Campanos, el arribo de Zara Rutherford significa para la ciudad y el país un acontecimiento que quedará escrito en nuestra historia aeronáutica.
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“Su paso por Barranquilla ayuda a consolidar a nuestra ciudad como la ‘Puerta de Oro’ para eventos de carácter mundial, atrayendo turismo de alto nivel”, contó a EL HERALDO.
El especialista en aviación añade, además, que nuestra ciudad es un punto estratégico en la ruta de la joven piloto, ya que como sus otros dos destinos son hacia el sur de Colombia (Tumaco y Cali), la Costa Norte “le queda equidistante”. De hecho, en conversación con EL HERALDO, Rutherford respondió a la pregunta sobre qué vendría después si llega a culminar con éxito su osada aventura.
“Lo único que sé es que mi próximo objetivo es Tumaco, mañana (risas), y después de eso ya veremos. Así que voy a descansar un momento porque será un viaje largo”.
El itinerario de la belga en la ciudad fue corto, pero sustancioso. Luego de su llegada al aeropuerto, volvió a su avión deportivo para dirigirse en un vuelo en conjunto hacia el Aeroclub Los Campanos con tres aeroplanos más. En su arribo al lugar fue recibida con música de Carnaval, arepa de huevo, butifarras y un grupo de barranquilleros que anhelaban conocerla.
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Por último, desde Los Campanos salieron en dirección hacia la Ventana al Mundo para fotografiarla con una caravana de harlistas que la acompañaron en este recorrido.
Una travesía riesgosa
Un avión deportivo ultraligero es la nave en la que se transporta Zara. Desde el inicio de su aventura hasta llegar a Barranquilla, la belga recorrió 12.600 kilómetros. Sin embargo, esta travesía cuenta con una serie de riesgos que podrían obstruir su objetivo final.
“El riesgo más alto son las condiciones de meteorología, estar sola en una cabina donde el espacio es muy reducido y también atender una emergencia, ya que es un avión monomotor y en caso de falla no tendría ninguna otra posibilidad más que acuatizar o hacer un aterrizaje forzoso”, explicó a EL HERALDO Fredy Zuluaga, técnico en manteniendo aeronáutico e instructor de tierra de especialidades aeronáuticas.
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Además, Zuluaga argumenta que pilotear en medio de una tormenta tropical en un avión que no pesa, como en el caso de Zara, puede mermar su velocidad si se topa con los fuertes vientos de frente, lo que ocasiona un consumo mayor de combustible, así que es de suma importancia un análisis completo en meteorología de los destinos para evitar los riesgos en la seguridad del vuelo.
Ante todas las anteriores, la experiencia, motivación y el equipo de comunicación constante de Zara son los ases bajo la manga con los que esta soñadora, de corta estatura pero de gran aspiración, pretende conquistar el mundo desde su pequeña nave aeronáutica.
