El Heraldo
La escritora Diana Bravo presentó su libro ‘Una mujer que rompe el molde’ en FILBo 2022. Cortesía
Sociedad

La invitación de Diana Bravo para que las mujeres rompan el molde

La abogada caleña encontró su lugar en Barranquilla. En entrevista con EL HERALDO conversó sobre su libro que invita al amor propio y a vencer los temores.

Diana Bravo es una mujer que ha roto su propio molde, aunque se considera a sí misma común y corriente. 

Esta abogada caleña que durante más de ocho años ejerció como funcionaria de la Fiscalía General de la Nación, encontró su misión de vida en las letras, tras periodos de reflexión profunda y decidió ponerse a paz y salvo con una deuda que tenía pendiente consigo misma. Vencer sus temores.

Para Bravo, los niños no conocen el miedo, nacen como seres libres que son indiferentes a las hostilidades de la vida. Sin embargo, ella sabe que más temprano que tarde todos tienen que enfrentarse a situaciones que pueden llegar a infundir gran temor.

La primera vez que realmente se sintió intimidada no fue precisamente al escuchar el cuento infantil del ‘Coco’, que invitaba a los niños a ser buenos y a dormirse temprano. Para ella, ocurrió durante su época de colegio, cuando tenía entre siete y nueve años, en ese momento había sufrido una seria lesión en la columna, lo cual la obligaba a usar de forma permanente una cinturilla ortopédica que le servía de tratamiento.

“Para esa época, año 1989, no existía la palabra bullying, pero el acoso era el mismo y tras lo evidente que era el aparato que llevaba en el cuerpo, mis compañeros de clase me inventaron un apodo: Robocop”.

Recuerda de forma muy clara que un día cualquiera entre los juegos y burlas de los niños, uno de ellos osadamente saltó hacia ella para golpearla en la estructura metálica que recubría su espalda, como era de esperarse, tras el golpe Diana quedó ilesa. Sin embargo, el niño se quejaba del malestar porque su mano había quedado maltratada. En ese momento, Diana creyó que ella era ‘Robocop’.

“Por muchos años crecí con ese temor, de que podía hacer daño. Pero cuando me encontré conmigo misma me di cuenta de que precisamente son esos miedos los que se deben transformar en fortalezas”.

Su obra

Inspirada en los temas que le aquejaban como mujer, Diana decide emprender una búsqueda interior que la lleva a vencer sus temores y a reencontrar su valor. En su libro, deja cuenta ello. 

‘Una mujer que rompe el molde’ es una obra que no discrimina lectores, se muestra como una conversación abierta que busca la participación de hombres y mujeres e intenta recrear situaciones de la vida diaria. 

“Inicialmente buscaba crear un libro para mujeres; sin embargo, las situaciones que sucedían a mi alrededor me llevaron crear una obra que reconociera el valor de los roles sin privilegiar a ninguno, sino a hacerlo desde la perspectiva del equilibrio”.

La narrativa satírica con la que Bravo presenta su obra recuerda que fuera de los entornos de bienestar existe un mundo que suele ser hostil, del cual es preciso tomar de la unidad, el pensamiento crítico y las acciones equitativas que ayuden a pesar las diferencias y a desarrollar resiliencia. 

La obra cuenta con catorce capítulos, en los cuales Diana expresa sus inquietudes, reflexiones, malestares y conclusiones sobre los roles dentro del hogar, además de una conversación puntual sobre la reconfiguración de los estereotipos.

“Este es un libro que no solo invita a las mujeres a que rompan el molde y encuentren su máximo potencial, sino que también pretende motivarlas a derrumbar los estereotipos sociales. El hombre no es el que se remanga la camisa para golpear es el que se la remanga para asumir responsabilidad dentro del hogar”. 

Al pasar las páginas Diana se encarga de presentar una de sus mayores reflexiones, la educación.  Sostiene que para ella este  no es un tema concerniente a los títulos formales, sino que esta se encuentra relacionada con el ser. 

“Las preocupaciones que plasmo en mi libro a modo de reflexión son sobre la educación, en mi vida me he encontrado con personas que tienen títulos doctorales, pero son despectivos y ni siquiera saludan; como también he conocido campesinos que gozan de una educación y amabilidad que es tan rica”. 

Diana también lucha a favor de la autenticidad y entiende el temor que representa mostrarse tal cual se es.

Finalmente, el texto de Bravo es un llamado a la unidad familiar, en el que se necesita dar a cada uno su espacio y otorgar su lugar sin desconocer el papel que cumple a cabalidad de acuerdo al género al cual pertenece, pero teniendo la firme convicción de que las tareas se deben compartir.

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