El Heraldo
Ricaurte José Martínez, conocido en La Junta como ‘Kate’, tiene 67 años. Algunos días toca su caja para recordar viejos tiempos junto a Diomedes. Juan Rincón y Archivo
Sociedad

‘Kate’ Martínez, el cajero que vio despuntar a Diomedes Díaz

Sentado en un taburete, el integrante de ‘Juventud Juntera’, la primera agrupación de ‘El Cacique’ con su tío Martín Elías Maestre, recuerda anécdotas hasta ahora inéditas.

Cuando se llega a La Junta, en La Guajira, y se pregunta por Ricaurte José Martínez, o ‘Kate’, las personas dan la dirección exacta: “calle primera número 1-89, barrio La alegría, diagonal a la institución educativa Hugues Manuel Lacouture.

Al indagar por él en su casa, su señora, Armida Gutiérrez, indica que no se encuentra y lo manda a llamar con una de sus hijas.

Poco tiempo después el personaje llega indagando el motivo de la visita. Al ponerlo al tanto del objetivo, se sienta en un taburete y con amabilidad comienza a contar la historia que vivió por varios años al lado de ‘El Cacique de La Junta’.

“La idea de conformar el conjunto llamado Juventud Juntera, ‘Los JJ’, así nos bautizó un paisano llamado Alfredo López, fue de Martín Elías Maestre Hinojosa, tío de Diomedes Díaz, quien era acordeonero, cantante y compositor”.

Por un instante se queda callado como llamando los recuerdos y continúa: “Del conjunto hacíamos parte, además del acordeonero Martín Elías Maestre, José Eduardo Mendoza Córdoba, conocido como ‘Piyayo’, quien tocaba la guacharaca; Diomedes que estaba muy jovencito, como de 16 años, en el canto, y mi persona en la caja”.

Al terminar su relato suspira y dice: “Tiempos aquellos acá en La Junta donde nunca se pensó que el muchacho tímido, jocoso, pero con carisma iba a llegar demasiado lejos como cantante”.

Ya metido en el viaje de las remembranzas expresa que en el conjunto se interpretaban temas de Diomedes como Elida de mi corazón o La negra, El palito de limón, La culebra, El hijo agradecido, El cantor campesino y Cariñito de mi vida. También varias de Martín Elías Maestre, pero especialmente canciones de Calixto Ochoa, que a Diomedes le gustaban mucho.

‘Kate’, cuyo apelativo se lo pusieron sus hermanos porque les quedaba difícil pronunciar Ricaurte, siguió narrando las hazañas cantadas de aquellos años de juventud.

“Éramos el conjunto de moda en esa época. Cuando Diomedes se fue a estudiar a Valledupar regresaba los fines de semana y tocábamos en las casetas de acá, como ‘La Danubio’, ‘La Comunal’ y ‘La Pintosa’. De igual manera, en los pueblos como La Peña, San Juan del Cesar, Villanueva, El Molino, Patillal, Los Háticos, Lagunita y Badillo, entre otros”.

Juventud Juntera se acabó al fallecer Martín Elías Maestre, cerrándose la historia de cuatro músicos que juntos llevaron alegría a toda La Guajira.

Visita al campo santo

Después de refugiarse por varios minutos en ese mundo de las añoranzas, a ‘Kate’ Martínez le pido ir al cementerio a visitar las tumbas de Martín Elías Maestre y de José Eduardo ‘Piyayo’ Mendoza. En ese momento no acepta pero cambia de parecer instantes después.

Casi al mediodía, al llegar al campo santo y acercarse a las tumbas, llora al recordar a esos compañeros de parrandas y amistad sincera que marcaron una historia musical en La Junta y sus alrededores.

La tristeza lo invade, mucho más al mirar la bóveda donde reposa Martín Elías Maestre Hinojosa, quien murió el primero de agosto de 1979, cuando contaba con 26 años. Llama la atención que sus familiares no le hubiesen puesto una lápida en su tumba, mucho menos las autoridades.

“Él murió en un accidente de tránsito ocurrido entrando a Valledupar, por el sector del balneario Hurtado. La camioneta que era conducida esa madrugada por Diomedes, chocó contra unas pilas de arena”, contó ‘Kate’ Martínez.

Sigue el recorrido. La próxima parada es la tumba de ‘Piyayo’. Cuando llega se tapa su rostro con su mano izquierda. Entre lágrimas asevera: “Que muerte tan cruel la de ‘Piyayo’ porque fue sacado a la fuerza de su casa la mañana del 26 de octubre de 1995. Lo amarraron a un caballo y lo pasearon por algunas calles del pueblo, mientras su mamá corría detrás suplicando que no le mataran a su hijo”. El silencio del lugar fue turbado por el llanto de las personas que escucharon el relato.

La tumba de Diomedes

El cajero, cantante y padre de Jorge Eliécer, Yojeidi, Rosa, Luz Karime, Katia y María Elena Martínez, accedió al día siguiente a visitar en Valledupar la tumba de Diomedes Díaz, quien falleció el 22 de diciembre de 2013, a la edad de 56 años.

“Diomedes surgió de la nada. Solamente tenía el respaldo de su tío Martín Elías Maestre, quien le notó cualidades, primero para componer y después para cantar, así le dijeran voz de chivato y otras cosas. Diomedes fue un fenómeno en la música vallenata que nunca más se repetirá. El tiempo le dio la razón a Martín, lástima que no logró verlo triunfar en toda su dimensión para sentirse orgulloso de su sobrino, como lo recalcaba en cada presentación”.

Al pasearse alrededor de la tumba de ‘El Cacique de La Junta’ manifestó que era “bonita”, con su retrato y llena de flores. También que él tuvo muchos detalles y siempre lo reconoció.

“Aunque en los últimos años casi no lo veía, conmigo fue especial y cuando hablábamos recordábamos aquellos años de ‘Los JJ’. Reía a carcajadas de las largas correrías por esos pueblos que lo aplaudían o criticaban”.

Ahora ‘Kate’ Martínez, quien cuenta con 67 años, es el único sobreviviente de ‘Juventud Juntera’. Lo aquejan algunas “dolencias”, pero recuerda aquellos años dorados en el universo vallenato.

También rememora cuando con su golpe de caja marcó el rumbo de Diomedes Díaz, el mismo artista dueño de un talento sin igual y con la más grande fanaticada. Ese quien regaló aquel célebre verso que ‘Kate’ acompaña con su caja: “Me dicen que loco soy, porque no tengo fortuna, pero brillo como el sol y alumbro como la luna”.

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