Frida Kahlo: 115 años de sufrimiento indeleble plasmado en su arte
Este miércoles, se celebra el aniversario del nacimiento de la mexicana, quien dejó su legado artístico en todo el mundo.
Sus vivencias como inspiración y el autorretrato plasmado en obras artísticas, es el aporte que hace la conocida pintora mexicana Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, más conocida como Frida Kahlo, quien hoy cumple su aniversario natalicio con 115 años desde su nacimiento.
Nacida el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, México, en el seno de una familia de artistas, era más que evidente que su futuro estaría ligado al éxito que obtuvo. A corta edad empezó en el mundo de las artes y pronto pasaría a convertirse en un referente cultural a nivel mundial.
La infancia de Kahlo no fue precisamente la más tranquila, años antes de dar sus primeros pincelazos, sufrió un accidente que le ocasionaron infinidades problemas de salud. Mientras se transportaba en un autobús escolar camino a su casa, fueron arrollados por un tranvía dejándola a ella y su novio – de ese entonces- postrados en el suelo con múltiples fracturas.
La mexicana recibió algunas clases de artes plásticas en el colegio donde asistía e incluso trabajó como aprendiz en un taller de grabado e imprenta que tenía un amigo de su padre, pero hasta ese momento no había mostrado mayor interés por dedicarse a esta práctica.
Con todas las secuelas que dejó el accidente, intentó dirigir su motivación a las actividades deportivas aunque para ella fuese imposible. Es así que como consecuencia de los largos periodos postrada en su cama, el arte tocó su puerta y pasaría a ser el centro de su vida.
El amor de Kahlo por el arte y la pintura la llevó a inmiscuirse en ambientes artísticos, políticos y culturales, y gracias a eso conoció al pintor Diego Rivera, quien después de un tiempo de amistad, conversaciones y otras aventuras, pasaría a convertirse en su primer esposo.
Algo a destacar en su relación es el siguiente apodo: “Elefante y una paloma”. Así era llamado su matrimonio dada la contextura grande de Rivera frente a lo delgada y pequeña de Kahlo. Sus cientos de aventuras a lo largo de su unión no bastaron para que su amor fuera longevo. Algunas de las infidelidades de su esposo, llevaron al divorcio de la relación en 1939. Sin embargo, la pareja logró completarse en muchos aspectos plenamente.
“Nunca pinté mis sueños, pinté mi propia realidad”, esta frase define e identifica bien el motivo de inspiración en sus obras. Muchos artistas creían que las pinturas de la mexicana tenían un sesgo surrealista; sin embargo, ella en varias ocasiones lo desmintió.
Lo que Frida reflejaba en sus lienzos era la reverberación de su propia realidad. “Sobrevivir” pasó a ser parte de su cotidianidad y a través de eso plasmaba sus mejores obras.
Se cree que en este retrato se refleja la idolatría de Frida hacia su esposo. En su mano derecha se observan aquellos elementos que caracterizan al pintor: pinceles y paleta. La mexicana siempre percibió a Diego como una persona con un talento superior.
Respecto al ave sosteniendo una cinta encima de ellos expresa: “Aquí nos veis, a mí, Frida Kahlo, junto con mi amado esposo Diego Rivera, pinté estos retratos en la bella ciudad de San Francisco, California, para nuestro amigo Mr. Albert Bender, y fue en el mes de abril del año 1931”.
En ‘Mi nacimiento’ se observa como la artista quiso retratar su llegada al mundo. Este impulso de representar sobre un lienzo este tipo de acontecimientos particulares provenía de su esposo Diego.
En la pintura retrató a una mujer acostada en posición de dar a luz con una sábana cubriendo su cabeza, que refleja a su madre fallecida y el respeto por su muerte. En la parte superior, la Virgen de las Angustias posando a través de un cuadro colgado en la pared es testigo del nacimiento de Frida.
En ese entonces una noticia sobre feminicidio fue de mucho impacto para Kahlo: Un hombre asesinó a puñaladas a su esposa. Según informaron algunos medios mexicanos, el hombre cuando declaró dijo: “Solo le di unos cuantos piqueticos”. De ahí viene el título de la obra.
Aunque lo mencionado corresponde a una primera motivación, los sentimientos encontrados por Frida hacia las emociones y sufrimiento de la mujer, despertó en ella un sentimiento para inmortalizar el suceso y con ello, la frase de un crimen de la época.
La separación de Frida de su esposo en el año 1939, habría sido el impulso que la llevó a desenterrar este recuerdo a través del lienzo. La corona de espinas sobre su cabeza simboliza las heridas producidas por la traición de Rivera con las múltiples mujeres.
Según la tradición mexicana, el colibrí representa “suerte en el amor”, pero al mismo tiempo se contempla a un gato negro asechando al ave. A su vez, el mono posando a su derecha mientras tira del collar de la pintora, se traduce en el hundimiento de las espinas sobre su pecho.
En este cuadro de 1944, se pintó la amarga experiencia de la mexicana cuando sufrió el accidente que durante mucho tiempo la dejó postrada en una cama. Un paisaje desértico, clavos en su torso y unas bandas que cubren su cuerpo, representan la soledad y el sufrimiento que vivió. En su rostro se desplazan lágrimas pero en su expresión no denota tristeza.
