‘Tamayito’ vivió un homenaje lleno de gratitud y amor
En medio de la fiesta de la virgen María Auxiliadora, la comunidad católica se reunió masivamente en la Catedral Metropolitana María Reina para continuar el homenaje en honor al religioso.
En el marco del Día de la virgen María Auxiliadora que se celebra cada 24 de mayo, la Arquidiócesis de Barranquilla realizó una eucaristía que se constituye como el segundo momento del homenaje organizado a monseñor Víctor Tamayo Betancourt, obispo auxiliar emérito de Barranquilla, para rendir tributo a su labor material y espiritual en el Atlántico.
La Catedral Metropolitana María Reina fue el templo sagrado escogido para conmemorar sus acciones. Un epicentro que guarda consigo gran parte de la historia religiosa de la ciudad y una de las obras que logró reconstruir monseñor Tamayo a través de su 'Catedratón'. Allí, la feligresía católica se dio cita desde las 9:40 a.m. para iniciar el Santo Rosario y posteriormente la misa que estuvo presidida por monseñor Pablo Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla.
No importó el calor que a esa hora se asentaba en el lugar ni la falta de sillas para vivir el encuentro. Los feligreses celebraron fervorosamente su llegada que estuvo marcada por una calle de honor realizada por grumetes de la Armada Nacional.
Los aplausos no se hicieron esperar y a través de una sonrisa, monseñor Tamayo extendió su saludo a todos que con su presencia le hacían llegar muestras de agradecimiento y amor por su labor incansable y genuina al progreso material y espiritual de la ciudad.
Uno de los momentos más sublimes del acto religioso fue la coronación a la virgen María Auxiliadora por parte del presbítero. La misma virgen que en 1986 fue coronada por el papa Juan Pablo II durante su visita a Barranquilla.
Autoridades también hicieron presencia, entre ellas La Gobernación del Atlántico, en cabeza de la gobernadora, Elsa Noguera que también manifestó su admiración por monseñor Tamayo.
"Es una linda oportunidad para rendirle un gran homenaje a un ser que lleva 65 años sembrando fe y esperanza a todos los atlanticenses que lo necesitamos en cualquier momento por distintas razones. Allí estaba con su cariño y esta es una linda oportunidad para expresarle lo mucho que lo queremos", dijo.
Por su parte, Monseñor Tamayo expresó una sonrisa constante y muestra de felicidad al reencontrarse con el pueblo que lo ha visto crecer.
"Solo tengo que darle gracias a Dios por el lugar que me ha colocado y siempre estar aquí de una manera especial conservando la presencia de la virgen María en esta parroquia tan bella", indicó.
Carmen Maestre fue una de las feligreses que se desplazó desde el barrio Ciudadela 20 de Julio en nombre de la iglesia Santa Cruz para expresar su gratitud a uno de los más de 20 templos que ayudó a elaborar.
"Él construyó la iglesia Santa Cruz y era necesario estar aquí para agradecerle por todo lo que hizo por Barranquilla. Apenas nos enteramos por el padre de nuestra parroquia, no dudamos en venir", manifestó.
Aquellos que poseen un vínculo estrecho y fraternal con el presbítero también estuvieron presentes para unirse a una celebración que refleja su liderazgo, emprendimiento social y poder de evangelización en la sociedad.
"Somos amigos de monseñor Tamayo desde hace muchos años, nos casó, bautizó a nuestros hijos. Tenemos un agradecimiento muy grande por él y siempre ha sido nuestro asesor espiritual. Estábamos en mora de hacer el homenaje", indicó el feligrés Max Rodríguez.
Rodríguez resaltó la importancia del templo y la intervención de monseñor Tamayo para que sea un eje urbano y espiritual de la ciudad, afirmando que aportó a aquel llamado solidario que el religioso hizo en su momento para contribuir a su reparación.
"La Catedral es fiel reflejo de lo que fue su labor. Ese Cristo liberador que fue escultura del maestro Rodrigo Arenas Betancourt, yo lo ayudé a construir cuando fue gerente de la electrificadora del Atlántico y nos unimos a su gran campaña y aportamos a ese llamado tan bonito", sostuvo.
Además de los creyentes, en el acto solemne también estuvieron presentes delegaciones de todas las realidades eclesiales de la Arquidiócesis de Barranquilla y 12 prelados de distintas diócesis de la Costa.
Religiosos del país también hicieron presencia. Uno de ellos fue el monseñor Luis Manuel Alí, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, quien dirigió un mensaje por parte del episcopado a monseñor Tamayo en nombre de todos los obispos de Colombia.
"Un fraterno saludo de reconocimiento por tu vida y bendición. Fuiste llamado el sembrador de fe y esperanza. Nos unimos a este homenaje para manifestar su gratitud por la huella que tú has impreso en esta iglesia. No te has cansado de servir desde aquel 20 de diciembre de 1964 cuando recibiste tu ordenación sacerdotal. Salió el sembrador a sembrar. Desde el día que bajaste de las montañas de Anorí, no has dejado de entregarte a esta tierra que te adoptó como uno de tus hijos más queridos", manifestó el obispo.
El padre de La Catedral metropolitana María Reina, Álvaro García Zapata, también manifestó su admiración por el religioso indeleble del Atlántico.
"Los hombres buenos dejan su pensamiento, sus sueños, dejan huella. A mi me enseñó que cada persona que se acerque a ti, no sé despida sin nada, por lo menos regalale una sonrisa. Yo lo titulo como un hombre de inspiración", puntualizó.
Condecoración
Durante un almuerzo conmemorativo en el salón Jumbo del Country Club, se le fue otorgada la Medalla Alberto Pumarejo por parte del alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo y Puerta de Oro en manos de la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, Orden al Mérito Militar Antonio Nariño Comendador por parte del Contralmirante León Ernesto Espinosa Torres, líder de la Jefatura Integral de Educación Naval de la Armada de Colombia.
