Sociedad

En San Jacinto inicia la despedida al maestro Adolfo Pacheco

En la iglesia municipal es velado el juglar de los Montes de María que falleció el pasado sábado en Barranquilla.

Terminó la espera y desde las primeras horas de este lunes los amigos, familiares y seguidores del juglar de los Montes de María, Adolfo Pacheco Anillo, recibieron su cuerpo en San Jacinto para rendirle honores y brindarle una cálida despedida.

Hacía las cinco de la mañana fue recibido el féretro por parte de sus coterráneos en la plaza principal, quienes en medio de aplausos y música hicieron una especie de caravana para ingresar sus restos hasta la iglesia municipal.

En una camioneta negra escoltada por patrullas policiales que mantenían encendidas las sirenas, apareció hacia las tres de la madrugada de este lunes el féretro del artista que cantándole a una hamaca más grande que el Cerro de Maco logró unir al pueblo vallenato con el sabanero, poniendo punto final a una disputa festivalera que por años mantuvo a estas regiones divididas.

Los aplausos de la gente y varios vehículos con los parlantes encendidos esperaban ansiosos a uno de los hombres más representativos nacidos en esta población bolivarense.

“Es nuestro orgullo, hay que acompañarlo y despedirlo como se merece, aquí hoy y siempre seguiremos escuchando su música”, manifestó Gladys Herrera, una de las mujeres que salió al multitudinario recibimiento.

Al son del clásico vallenato El viejo Miguel, canción que el músico le compuso a su padre, se realizó el ingreso del féretro, lo que provocó que su gente cantara al unísono uno de sus estribillos más famosos: “A mi pueblo no lo llego a cambiar ni por un imperio”.

Gabriel Torregrosa Romero, actual director de los Gaiteros de San Jacinto, destacó el hecho que desde su terruño se haya hecho grande al contar historias construidas de lo que veía a su alrededor.

“La naturaleza fue su musa, no en vano hizo grande al mochuelo, también se inspiró en esas costumbres con las que creció. San Jacinto es reconocida por sus hamacas y el maestro Adolfo supo valerse de este símbolo para inmortalizarlo en una canción tan popular como La hamaca grande”.

En el transcurso de la mañana se desarrollarán varios homenajes por parte de las autoridades bolivarenses y se espera que al mediodía el féretro sea trasladado hacia Barranquilla, donde a las cuatro de la tarde será sepultado en el Cementerio Jardines de la Eternidad vía al Mar.

 
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