Desfile de Piloneras: dos años de espera que valieron la pena
El tradicional desfile que marca el inicio a lo grande del Festival Vallenato volvió a realizarse con un nuevo recorrido.
Durante el Festival Vallenato no solo se abre el fuelle del acordeón para que suene las notas más auténticas de este género musical, también tiene un gran protagonismo la canción del tradicional Pilón Valllenato.
“A quién se le canta aquí a quién se les da las gracias, a los que vienen de afuera o a los dueños de la casa”, este coro que pone a las mujeres a ondear sus polleras y a los hombres a quitarse los sombreros para elevarlo por lo más alto volvió a escucharse luego de dos años pandémicos, en los que este tipo de desfiles habían quedado prohibidos.
En esta edición 55 el recorrido fue modificado y ya no recorrió la Avenida Simón Bolívar, sino que inició desde la glorieta de Los Músicos y fijó su desembocadura en la mítica plaza Alfonso López.
Esto con el fin de dale mayor participación a los barrios populares y acercar al público a la plaza.
Toda la sabrosura protagonizada por los 52 grupos participantes en la categoría Mayores, se reflejó por las calles valduparenses desde las cuatro de la tarde. Sin embargo, el ambiente se prendió desde temprano y al igual que los barranquilleros que este año vivieron un Carnaval que “valió por dos”, los vallenatos también disfrutaron de su máxima fiesta por partida doble.
Luz García fue una de las que desde las dos de la tarde se ubicó en la acera de la Gobernación del Cesar para no perderse ningún detalle del recorrido inspirado en el baile popular inspirado en las labores del hogar relacionadas con el consumo de maíz.
“Este desfile es nuevamente motivo de felicidad y de orgullo, no saben cuánto anhelábamos este día. Son muchos los sentimientos bonitos que me despierta el hecho de ver a los hombres con su pilón en la mano y a las mujeres con sus bandejas llenas de maíz”, expresó a EL HERALDO García, mientras veía a los danzantes acompañada de sus familiares y amigos.
La invitada de todos los años, la lluvia, apareció en esta ocasión, pero de manera leve, lo que hizo que el desfile se tornara mucho más dinámico.
Ana Escaldaferro que llegó procedente de Baranoa, Atlántico contó que siempre arma Olán con su familia para festivales y que siente “que volvió a nacer tras poder disfrutar nuevamente de la alegría de las piloneras”.
Para ella pisar la capital cesarense es un bálsamo para el alma. “Aquí no todo es acordeón, aquí también se disfruta de este lindo desfile en el que suena otro tipo de música que en lo particular disfruto mucho y me bailo de principio aquí desde mi silla, en serio no te imaginas lo emocionada que estoy”.
A las 4:26 p.m arrancó el desfile.
El primer grupo en aparecer fue el de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, 16 mujeres que con sus vestidos verdes y rosados dieron los ánimos al realizar una coreografía que rompió filas.
Muy de cerca las escoltaron las piloneras Las Trinitarias, un grupo nutrido que con sus palmas y el agitar de las polleras interactuaros con el público de extremo a extremo.
Unas de las más aplaudidas y al que los espectadores le ofrecen siempre una gran ovación fueron las Piloneras Mayores.
Entre ellas se robó el show Beatriz Gutiérrez, de 80 años, la mayor del grupo, quien sostuvo lleva toda la vida bailando.
“A la juventud les digo que deben mantener las energías intactas, aquí voy bailando y sin señal de cansancio, me encanta pilonear y recibir tantas muestras de cariño, este es mi gran día y no lo cambio por nada”, declaró a este medio esta valduparense.
El clarinete, la trompeta, el bombardino y los tambores se convirtieron en constantes amenizadores de esta propuesta con la que la capital cesarense le abre los brazos al mundo.
Fedor Gutiérrez llegó con su pequeño Gabriel de año y medio y de su hija Belén de nueve, quienes por primera vez disfrutaron del recorrido y se mostraron felices por este reencuentro con su cultura.
“A los niños hay que conectarlos desde temprano con nuestra cultura y que mejor manera de hacerlo que disfrutando del desfile más grande que tenemos. Pedí permiso en el trabajo y vine a traerlos”.
La pequeña Belén afirmó que se le erizó la piel al ver tantas personas bailando. “Me gusta que las mujeres agitan mucho sus faldas y que van muy alegres, esto me ha gustado y voy a se gruiré viniendo con mis papás”.
