El Heraldo
Alejandra López
Sociedad

Cristian Alarcón: “El Carnaval siempre ha sido mi paraíso”

El escritor chileno ganó el premio Alfaguara 2022 k En entrevista con EL HERALDO conversó acerca del proceso de escritura de su novela y del viaje que emprendió para encontrar el paraíso personal.

El escritor chileno y periodista Cristian Alarcón, ganó el Premio Alfaguara 2022 con su novela El tercer paraíso, prensado por el grupo editorial de Penguin Randon House. 

Este reconocimiento se le otorgó por “contribuir a la difusión de la literatura en español”. 

Alarcón describe, que para él ganar el Alfaguara representó una sorpresa enorme, pese a que ya tenía un amplio recorrido como cronista y que era un apasionado viajero que participaba del mayor número de eventos culturales alrededor del mundo, recibir esta mención le fue muy grata. 

“Tras mi recorrido como escritor, esto significa una llegada extraordinaria a nuevos lectores y lectoras, es muy emocionante ver como la novela comienza a circular y gana poder dentro de las audiencias, visibilizando no solo lo Queer, sino la honra que le brindo en mi obra a la tradición de la familia latinoamericana”. 

Agrega que lo doloroso de este libro quizás hayan sido “los 20 o 30 años que pasaron desde el momento en el que comencé un silencioso proceso de sanación de la herida de una niñez de represión, bullying, no aceptación y violencia. Fue necesario acallar los monstruos y los fantasmas para poder escribir”.

 

Una mirada a su obra

A través de El tercer paraíso, el autor narra de forma poética parte de su vida. Ahí deja plasmado un proceso largo que le tomó muchos años, en el que muestra sus intentos y fracasos de un regreso muy lento a La Unión, pueblo ubicado en el sur de Chile y donde Alarcón vio la luz, después de la dictadura de Pinochet. 

“El libro conjuga no solo con la descripción de los personajes y las situaciones familiares que se desarrollan alrededor, sino que también incluye una muestra fotográfica de la biodiversidad del pueblo en el que se inspira la obra”. 

La novela transcurre durante cuatro décadas, es un viaje que comienza en los años cuarenta y termina en los años ochenta, en donde se habla del avance del entorno mientras los personajes se encuentran con su pasado. 

“La narrativa de la novela no solo atrae a lectores iniciados, sino a todo tipo de público. Los detalles entre los capítulos y las tramas de las voces que se encuentran en el texto, uno en tercera persona que representa el pasado y el otro en primera que da cuenta del presente con el protagonista que va construyendo su jardín”, detalla. 

Un escritor cultiva su jardín en las afueras de Buenos Aires. Allí aparecen los recuerdos de infancia en un pueblo del sur de Chile, las historias de sus ancestras, su abuela, su madre, así como el exilio a la Argentina y cómo en ese destierro son las mujeres quienes siembran la huerta, los jardines, la solidaridad, lo colectivo.

La historia se hace mágica cuando el lector se permite descubrir a los protagonistas. Primero se encuentra con Alba, que es la abuela; luego a Nadia, que es la hija, y al final se encuentra con ‘el niño’ que durante toda la narración no recibe otro nombre.

“Este ‘niño’ que nos encontramos en el libro es diferente, este no solo se siente femenino, sino que reivindica su feminidad, que se atavía con las ropas de su madre y se pinta con sus maquillajes”.  

Alarcón describe su obra como una novela sin género, hibrida y poética, la cual pretende introducir al lector en un viaje literario, en el que la botánica y la feminidad encontrada a través de la diversidad sexual,  pide volver sobre el texto para hallar las respuestas a las múltiples preguntas que plantea el autor.  

En el entendido de la época en la que se desarrolla la novela, los padres de ‘el niño’ poseen la creencia que la homosexualidad y el cambio de identidad de género es  una enfermedad; por lo que es humillado, golpeado y luego sometido a unas terapias de  conversión bajo procesos químicos.

“La creencia acendrada de los padres en que si su hijo es homosexual va a ser infeliz es lo que al final quiero desacreditar. Todos nacemos para ser felices y aún frente a las adversidades de la vida, poco a poco vamos encontrando nuestro propio paraíso, en el que somos libres, felices y estamos seguros”. 

Su ambientación narrativa y gráfica da cuenta de diversos parajes ubicados entre Chile y Argentina. Aquí el protagonista de la obra reconstruye la historia de sus antepasados, al mismo tiempo en el que ahonda en su pasión por la jardinería y el ejercicio de cultivar, en busca de un paraíso personal. 

Cristian Alarcón presentó su novela en la reciente edición de la FILBo 2022.
El verdadero paraíso

Para el autor El tercer paraíso incluye la idea de que esa certeza de la existencia de ese paraíso del cual promulgó la religión durante siglos realmente no existe, y lo cataloga como un espacio fantasioso de la infancia en el que se infundía el miedo de que el pecado conducía al infierno y si se era bueno y perfecto esto garantizaría el cielo. 

“El tercer paraíso de esta novela es un lugar real, posible de construir por cada uno de nosotros. En algún sentido es una reconciliación con nuestra esencia en medio de una pandemia que nos obligó al aislamiento, muchas veces a la soledad, pero que siempre encontramos una compañía superior en nosotros mismos y en quienes nos rodean”.

En su discurso, el escritor también deja en claro que su obra intenta poner sobre el relieve que no solo lo humano es lo único que nos brinda compañía en el planeta y que, por lo tanto, cuando un humano no cuenta con la presencia de otro, puede considerar la presencia de lo mineral, lo vegetal y lo animal.

El Carnaval, su fiesta amada

Por último se refirió a Barranquilla y su Carnaval, una fiesta a la que se ha integrado gracias al colectivo ‘Disfrázate como quieras’. “Yo ignoraba cuando pisé por primera vez Barranquilla que iba a descubrir un paraíso en La Troja primero, y en el Carnaval después. De la mano de Jaime Abello y varios artistas y escritores me enamoré de la ciudad y de la fiesta. Apenas me disfracé por primera vez siendo maestro de un taller de la Fundación Gabo, entendí que creaba un lazo que iba a permanecer en el tiempo”.

Alarcón es uno de los extranjeros que más ha investigado el Carnaval y lo disfruta de principio a fin.

“El Carnaval ha sido siempre mi paraíso porque en este de algún modo están también mis raíces de la cumbia que bailamos en el sur de Chile en las bodas y cumpleaños”. 

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