El Heraldo
Un altar fue instalado en el mural dedicado al maestro Adolfo Pacheco en San Jacinto, Bolívar. Cortesía
Sociedad

Entre música y oraciones esperan el cuerpo de Adolfo Pacheco

Un altar fue instalado en medio del mural pintado en honor al juglar en su natal San Jacinto. Sus clásicos no paran de sonar por todas las esquinas. Se espera que hoy pueda ser velado.  

San Jacinto, el municipio bolivarense donde nació y se hizo grande el cantautor Adolfo Pacheco Anillo con sus letras inspiradas en su entorno y su cultura, espera este domingo el cuerpo de esta leyenda de la música vallenata para darle el último adiós.

José Antonio Pacheco Anillo, hijo del recién fallecido juglar, dialogó con EL HERALDO sobre esta dolorosa perdida.

“Desde que mi papá falleció este sábado, inmediatamente fue trasladado a la sede de Medicina Legal, donde tiene que surtir el trámite por ley para poder hacer entrega del cuerpo, y luego será trasladado al municipio de San Jacinto donde le tienen preparado una serie de homenajes, la idea es que su cuerpo sea expuesto en la iglesia municipal este lunes”, detalló José Antonio.

Agregó que luego de estos homenajes que le brindarán en su tierra natal, será trasladado nuevamente a Barranquilla donde se llevará a cabo su sepelio.

“Luego del accidente estuvimos muy pendientes de su estado de salud en la clínica, teníamos fe de que mejorara, pero lastimosamente su corazón no resistió más, ya él tenía una patología de insuficiencia cardiaca, así que un paro cardiorrespiratorio lo afectó al momento del traslado”.

Reinaba el optimismo

El hijo de esta gloria del vallenato contó a esta casa editorial que la última vez que hablaron con él estaba en la Clínica Jaller, y permanecía consciente, reaccionando a las preguntas que le realizó el médico y a todos los estímulos.

“Lo recordaremos como él lo pidió, con alegría; él siempre fue un hombre feliz, mamador de gallo, pidió que lo despidiéramos con música y así lo tenemos que hacer, porque nos dejó un gran legado, él no se ha ido, sus canciones siguen vigentes, así lo expresaba mi papá y bueno así lo debemos recordar”, agregó.

San Jacinto llora a su juglar

Mientras que el cuerpo del maestro llega a su terruño, en el mural que le pintaron en su honor y en el que además de su rostro sonriente con su característico sombrero vueltiao’ y poncho, se observa la frase: “A mi pueblo no lo llego a cambiar ni por un imperio”, extraída del clásico El viejo Miguel, fue instalado un altar con dos velones.

Amplios parlantes adornan las calles mientras La hamaca grande es entonada a todo pulmón. “Viva el maestro Adolfo Pacheco”, gritan una y otra vez varios residentes de la calle 19 de San Jacinto, Bolívar.

“Vivo agradecido por estar cerca de este gran juglar de los Montes de María. Tendrán que pasar muchísimos años para que nazca otro talento de esta magnitud como lo es el maestro Adolfo Pacheco”, narró con nostalgia el acordeonista y cantante Yeison Landero, nieto de Andrés Landero, y quien grabó junto al juglar sanjacintero.

El cantante Tomás Alfonso ‘Poncho’ Zuleta, intérprete de El viejo Miguel, se trasladó hasta tierras sanjacinteras para despedir de cerca a su amigo  y colega.

“El vallenato y en general la música colombiana está triste por la lamentable partida del maestro Adolfo Pacheco, un juglar que dedicó su vida a enaltecer su tierra y toda la cultura Caribe. Son pocos los juglares que nos quedan y con él se va quizá uno de los más auténticos”, dijo Zuleta.

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