La llegada de internet, las redes sociales y aplicaciones de mensajería supuso una necesidad para que las personas pudieran conectarse a solo un clic de distancia.
Crear redes de ayuda, foros, comunidades y demás espacios en los que convergen cientos de personas con intereses en común, se volvió un hecho común.
Es por esto que Laura Otoya Tono, una cartagenera residente en Cali, decidió crear una plataforma en la que miles de mujeres han podido realizar conexiones de ayuda, promoción de sus emprendimientos e incluso venta de artículos de segunda mano.
Otoya Tono es una administradora de empresas de profesión, pero fotógrafa por pasión. Junto a su esposo, con quien comparte esta afición, se dedican a hacer fotografía de bodas, pues es lo que la mueve por dentro y ha sido el motor de su vida para poder crear la comunidad ‘Mujeres del Oeste’ (MDO), en la que más de 6.500 mujeres se apoyan a través de grupos de WhatsApp.
La idea de esta mujer de 38 años se da cuando se fue a vivir a Cali, hace casi cuatro años. 'Simplemente quería tener un grupo de apoyo un poco más extendido, más allá de la familia de mi esposo. Entonces, alguna recomendación de cualquier cosa sencilla como por ejemplo un plomero, era el mismo plomero que se rotaba entre todas'.
Por eso decidió crear dicha red que terminaría siendo este proyecto.
Mujeres del Oeste
En 2018, el éxito fue rotundo cuando Otoya creó el primero de los grupos, como una manera de poder encontrar una red de conexiones para cualquier tipo de consultas entre personas cercanas y que las recomendaciones pudieran funcionarles a todas las participantes.
El nombre surge gracias a que ella reside en el oeste de ‘La sucursal del cielo’, y ahí arrancó un proyecto pequeño sin mayores pretensiones. Actualmente hay más de 240 grupos que se han ido creando debido a la demanda de participantes.
Entre esos muchos espacios que hay, destacan varias comunidades que buscan hacerle la vida más fácil a todas las mujeres.
Entre esos grupos se encuentran: lactancia materna, ideas de loncheras para el colegio, emprendimientos, empleos, fertilidad y adopción, entre otros.
'Para mí ha sido absolutamente gratificante y eso es lo que me motiva. Hay gente que conozco y que me cuenta sobre su vida, porque cuando van a entrar les hago una serie de preguntas y las puedo ubicar en los grupos. Y me encanta que luego me escriban para darme las gracias, me dicen: ‘Laura conseguí un trabajo nuevo, gracias a tu grupo de empleos'.
La iniciativa ha supuesto para Laura Otoya una inyección anímica. 'Los grupos de WhatsApp han sido trascendentes en la vida de muchas mujeres, más de lo que uno se imagina. Tanto en las vidas de ellas por simplemente utilidad como en el desarrollo de sus negocios'.
Es por eso que el objetivo de Otoya Tono es: 'Cualquier persona que me escribe que necesita por algún motivo un grupo en cualquier parte del mundo, yo les pueda contestar que lo tengo y la pueda meter a uno en el que ella se sienta tan acogida como yo en su momento me logré sentir en Cali al tener un chat de estos'.
‘MDO’ por el mundo
En Colombia, hay grupos en casi todas las ciudades, en mayor o menor medida. Cali, Bogotá, Barranquilla, Medellín, Valledupar, Cartagena y el Eje Cafetero, entre otras más.
Sin embargo, el alcance de esta comunidad creada por la cartagenera ya ha podido trascender fronteras. México, Estados Unidos, Canadá, Perú, países de Europa, Asia, Medio Oriente, hacen parte también de Mujeres del Oeste.
'Me he encontrado en el camino a personas que cuando nos presentamos me dijeron que se iban a vivir a otro país. Está el caso de alguien que se fue a Malta y logramos encontrar en total a tres mujeres en Malta y las unimos para que no se sientan solas y en estos momentos hay ‘MDO Malta’ y son ellas tres que ya se conocieron'.
La fotografía, su gran pasión
La vida profesional de Laura Otoya Tono, actualmente gira alrededor de la fotografía.
Aunque sus estudios iniciales no estuvieron ni remotamente cerca del arte de pintar con luz, ahora esta es su gran pasión.
No obstante, desde pequeña es algo que siempre la cautivó, debido a que su mamá le tomaba fotos en todo momento, cada situación quedaba plasmada en los antiguos álbumes.
'A mi mamá toda la vida le ha encantado tomarle foto a todo, fue una señora absolutamente dedicada a ese tema de estar pendiente de cada momento. Yo tengo álbumes de chiquita, cada uno marcado ‘Laura I’, ‘Laura II’, ‘Laura III’, etc... cada foto con su explicación', comentó.
A eso de los 12 años sus papás cambiaron de cámara y ella heredó la antigua y, sin saberlo, arrancó lo que terminaría siendo su trabajo, más de dos décadas después.
'Yo andaba para arriba y para abajo con la cámara de rollo; entonces, me acuerdo de los regaños porque los rollos eran de 36 y le tomaba fotos a un poco de pendejadas y la revelada costaba un mucha plata, y me preguntaban por qué le tomaba fotos a esas cosas, pero ahí empezó todo'.
Los años pasaron, y en 2012 conoció a su esposo Gustavo Tascón, con quien comparte la pasión por las fotos y hoy son fotógrafos de bodas.
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Su vida familiar
Laura Otoya Tono y su esposo Gustavo son padres de dos niños: Santiago y Nicolás, quienes para su mamá son la luz de su vida, aunque reconoció que ser madre es un esfuerzo más difícil, aunque es el más 'emocionante y gratificante que he hecho en mi vida'.
Asimismo, todas las responsabilidades que tiene, tanto como ser la cabeza visible de su proyecto, como de su trabajo como fotógrafa de bodas hacen que sea 'difícil balancearlo, porque la cantidad de mensajes que recibo, solicitudes y casos que atiendo muchas veces demandan de mí más tiempo que una jornada de trabajo normal y en horarios y días festivos. Sin mencionar que cuando hago fotos en eventos es generalmente fines de semana, entonces descanso poco. Pero finalmente manejo mi tiempo, dejo lo que sea necesario en espera y busco estar siempre pendiente de ellos y no perderme nunca de nada'.
Por último, comentó disfrutar de cada momento que tiene con sus pequeños hijos más aun cuando su hijo mayor 'nació en plena cuarentena y no contamos con ningún tipo de apoyo, ni con las cosas de la casa, ni con el bebé. Ni mi mamá pudo viajar. Pero nos empoderamos completamente; entonces, todo tiene su lado positivo'.
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