Pasarse de copas en Fin de Año puede arruinar la celebración
La bebida hace parte de las fiestas durante esta época, sin embargo, su ingesta en altas cantidades puede producir consecuencias graves en la salud.
Se estima que desde hace unos nueve mil años el ser humano inició la ingesta del alcohol, una de las bebidas más apetecidas para acompañar fechas especiales, entre ellas, las de Fin de Año.
Sin embargo, su consumo en exceso puede generar diversas afecciones en la salud. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol es la sustancia psicoactiva más ingerida, tanto así que en 2021 se registraron alrededor de 2.800 millones de personas que consumieron este tipo de bebida, lo que está relacionado con una importante carga de enfermedades.
Para 2021, el consumo excesivo causó alrededor del 5,3 % de todas las muertes en el mundo (3 millones de personas), siendo esta mortalidad mayor que la causada por otras enfermedades como la tuberculosis, la infección por el VIH/sida, la diabetes y otras enfermedades no transmisibles.
Para el Sociólogo, Jair Vega, el consumo de alcohol es propio de todas las culturas y un aspecto inherente que estas viven con relación al disfrute.
“Entonces no es algo ajeno a lo cultural. Hace parte de los entornos, sin embargo, los problemas son los excesos porque mucha gente no se imagina una Navidad o un Carnaval sin licor. Por eso lo importante es el control”.
De acuerdo con Miguel Tolosa, Toxicólogo y Farmacólogo Clínico del Hospital Infantil Universitario de San José, el alcohol es un factor de riesgo para más de 200 trastornos de la salud.
“La mayoría de las muertes relacionadas con el consumo de alcohol se deben al cáncer, las enfermedades cardiovasculares, las hepatopatías y los traumatismos. De hecho, el alcoholismo se clasifica dentro de los cinco principales factores de riesgo de enfermedades embrionarias, neurodegenerativas y gastrointestinales, discapacidad y muerte en el mundo”.
Además, la Toxicóloga, Senith Beleño Rodríguez, resaltó que las consecuencias en la salud pueden producirse a corto o largo plazo.
“A nivel de salud o a nivel de su cuerpo puede producir una intoxicación etílica”.
La presencia de arritmias cardíacas, problemas de la presión arterial alta, infartos, daños a nivel digestivo e incluso cáncer son otros de los riesgos que expuso la especialista.
El exceso de felicidad o tristeza también aumenta durante la época. Dos emociones que pueden jugar a favor o en contra de las fiestas.
Según la Psicológa Clínica Liseth Serje, la bebida se convierte en un refugio que las personas establecen para desinhibir ciertas emociones.
“Esto sucede porque es una sustancia que disminuye nuestra actividad del sistema nervioso central, pues las personas bajo el efecto del alcohol presentan alteraciones en sus estados de conciencia, la percepción y la toma de decisiones”.
Los cambios psicológicos se producen con mayor intensidad. Uno de ellos es la falta de juicio, la pérdida de principios o valores, ya que el alcohol suele desinhibir las conductas, genera también una irritabilidad muy alta que intensifica el estado de alegría o tristeza.
Para la Psicóloga Clínica, María Paula Peña, su consumo excesivo también produce una alteración social que puede conllevar a consecuencias negativas.
“Suelen presentarse riñas y problemas porque el estado de irritabilidad está mucho más elevado y fácilmente puede generar conflictos con otra persona. Asimismo el nivel de atención a nivel social, puede generar problemas familiares y en las relaciones interpersonales”.
La especialista reitera que sus efectos emocionales son momentáneos y que su uso como evasor de problemáticas personales es un “arma de doble filo” para que se llegue a convertir en una adicción que se puede lamentar.
