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Salud

Glaucoma, el duro camino a oscuras y sin cura

La patología se está conmemorando a lo largo de esta semana. Más de 2 millones de personas en Colombia la padecen y otras 60 millones a nivel mundial.

Gozar de acciones cotidianas como ver la luz del sol, observar el atardecer y otras maravillas de la naturaleza, son algunas de las fortunas que poseen aquellas personas con una buena visión.

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Sin embargo, la situación se oscurece para aquellos que padecen afectaciones en el nervio óptico. De esta manera, a mediados de marzo, en el mundo se conmemora la Semana del Glaucoma con el fin de crear conciencia sobre una enfermedad que ha sido catalogada como la primera causa de ceguera irreversible en el mundo, afectando a cerca de 60 millones de personas.

De manera silenciosa, sin causar ruidos y sin síntomas. Así llega una patología que, según el Instituto Nacional para Ciegos (INCI), se estima que en Colombia hay cerca de 2.300.000 casos de glaucoma; sin embargo, el 50 % de ellos no están enterados.

¿Cómo se manifiesta?

Esta enfermedad se produce porque es una patología que afecta al nervio óptico, un tejido que se encuentra dentro del ojo y que transmite la información de visión hacia el cerebro.

De acuerdo con la glaucomatóloga Carmen Díaz, su característica hace que tenga la capacidad de atacar de manera silenciosa, es decir, su aparición es lenta y gradual por su carácter asintomático.

“Esta neuropatía es un daño del nervio óptico que no presenta síntomas, de ahí la importancia de la revisión oftálmica regular”. Asimismo, se desconocen sus signos, pero sí hay alerta por sus factores de riesgo.

Aunque no hay signos visibles de la enfermedad, sí hay indicios o factores de riesgo asociados como: antecedentes familiares de glaucoma, defectos refractivos como la hipermetropía y la miopía, la raza, y la presión intraocular alta; este último, uno de los factores de riesgo más importantes”

Población vulnerable

La enfermedad tiende a presentarse con mayor frecuencia en mayores de 40 años, pero para la especialista Nora Gómez, se puede tener desde el nacimiento.

“Es una enfermedad lenta, pero entre mayor sea el paciente, el deterioro será directamente proporcional. Ese paciente puede llegar a tener más progresión que un paciente mucho más joven”, dijo.

Los niños también pueden presentar la enfermedad, así como Jaime David Pacheco, quien fue diagnosticado a los tres meses de nacido e intervenido quirúrgicamente a sus 9 años.

“Ahora lo tenemos en un proceso con gafas. Lo llevo cada seis meses a Barranquilla. Quedó con quedó miopía y astigmatismo, pero estamos trabajando con fe en este proceso”, dijo la madre del menor, Laura De León.

Un camino sin cura

Martin Gómez, padre cabeza de familia, fue diagnosticado hace cinco años con glaucoma con pérdida parcial de la visión periférica.

Gómez, quien tenía antecedentes familiares no sabía cómo detectar esta enfermedad hasta que sus acciones encendieron alarmas.

Nunca sentí problemas con mi vista, pero de un momento a otro había tareas que me costaban mucho trabajo realizar. Me tropezaba con las cajas y otras cosas”.

Esta enfermedad no tiene cura, sin embargo, se utilizan distintos tratamientos que permiten manejar y/o coartar el avance de esta para evitar que las personas que la padecen se queden ciegas de manera irreversible.

“Los tratamientos varían de acuerdo con la etapa en la que se encuentre la enfermedad, pero entre ellos están los colirios (gotas), lásers, micro dispositivos y cirugías como la trabeculectomía que sirven para cambiar ciertas condiciones que favorecen al glaucoma como la presión intraocular”, explicó la glaucomatóloga, Carmen Díaz.

Para prevenirla se deberá visitar al oftalmólogo regularmente, consumir alimentos que proporcionen vitaminas y minerales, hacer ejercicio, evitar dormir boca abajo a y proteger los ojos de la luz solar.

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