El Heraldo
En estos días caseros los padres tienen más tiempo para proponerles a los niño dietas saludables. Shutterstock
Salud

Combatir la obesidad infantil, una misión en el confinamiento

Cocinar con los niños es una de las recomendaciones. Mantenerlos activos ayuda a disminuir la ansiedad. 

Uno de los problemas de salud pública que más afecta el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la obesidad infantil. Y es que no es para menos, pues según sus estimaciones el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025.

Hoy día, teniendo en cuenta el confinamiento nacional, la familia se ha convertido en el principal soporte para prevenir y contrarrestar esta enfermedad en sus hijos y, a su vez, las afectaciones que podría provocar. Cabe destacar que, según un reciente informe del  Departamento de Salud y Asistencia Social del Reino Unido, las personas con sobrepeso grave hacen parte de la población en riesgo ante un posible contagio de la COVID-19.

Ahora bien, en primer lugar, si usted es padre de familia debe saber que uno de los errores comunes es querer eliminar la ansiedad por comer que puede llegar a presentar su hijo. “Lo que deben hacer es ayudar a controlar la ansiedad. Estamos en una situación que a todos nos preocupa, pero tenemos que ver el lado positivo y es que debemos agradecer el tiempo que estamos con nuestros hijos y que, en este caso, podemos estar pendientes de lo que ellos comen”, dice Wendy Cañas Zapateiro, nutricionista dietista.

Para la especialista, es ideal tener actividades en familia donde toda la ansiedad sea canalizada. Recomienda optar por juegos de mesas y por cocinar juntos refrigerios saludables y que son visiblemente apetecidos como los pancakes de banano, gelatinas o batidos.

Sobre este tema, la también nutricionista Nicoleth Velásquez dice que es necesario que los niños siempre estén activos, pues sienten más ansiedad cuando no están ocupados. “Los papás pueden ponerlos a dibujar, a jugar con balones y a crear algunas actividades en papel. Cuando los niños se desacostumbran de una rutina generan vacíos que hacen que el cortisol se eleve y que tengan ganas de estar “picando” comida todo el tiempo. Hay que lograr que tengan una rutina siempre”.

Es común que niños que sufran de esta condición tengan padres o familiares con la misma, por lo que las especialistas resaltan que el mejoramiento debe comenzar por su núcleo familiar y que no deben ser “alcahuetas” con el abuso de, por ejemplo, dulces.

Alimentos ideales

Al comprar alimentos para una merienda, los padres deben tener en cuenta la tabla nutricional de los productos, según Cañas. “Deben merendar gelatinas, helados saludables, crispetas, frutos secos. Lo ideal es que consuman también frutas amarillas como naranja, piña, mandarina, etcétera. Ahora bien, tienen que tener en su nevera leche, carne, huevo, pescado y proteínas en general”.

Por supuesto, los vegetales también son una de las mayores recomendaciones para contrarrestar la obesidad.

“En el caso de los niños hay que buscar que el aporte energético de lo que consuman sea inferior sin dejar que ellos cubran sus requerimientos nutricionales, que van de acuerdo a cada persona. Esto se puede lograr bajando las porciones de los carbohidratos, que son las harinas. El arroz lo pueden consumir día intermedio o tres veces a la semana. Las porciones de plátano, yuca y ñame deben ser más o menos del tamaño de la mano del niño. Se deben evitar los mecatos porque generan mucha ansiedad”, dice Nicoleth Velásquez.

Agrega que las proteínas deben ser asadas o cocidas porque si son fritas van a quintuplicar el aporte energético, y las cenas tienen que ser ligeras para que al otro día los niños no sientan tanta ansiedad.

“Otra recomendación es que junto con las comidas principales tomen mucha agua, sola o con limón, pues con esto se va a generar una disminución de la capacidad gástrica, lo que hará que el niño consuma menos porción de alimentos”.

La alimentación debe ser completa, equilibrada, suficiente y adecuada. “Los alimentos deben ser libres de condimentos, conservantes y colorantes; eso es lo más importante. De acuerdo a la edad del menor, deben consumir estos alimentos de cuatro a seis veces al día”, explica Cañas.

Consecuencias

Una de las enfermedades que más puede generarse a partir de la obesidad es la diabetes. También se pueden ocasionar síndromes metabólicos como ansiedad y descontrol en el consumo de energía.

“Otra de las consecuencias es la depresión y el bajo autoestima. En estos casos, hay personas que se sienten deprimidas y comienzan a comer más, a refugiarse en la comida. Esto también hay que evitarlo”, resalta Velásquez.

La especialista Wendy Cañas dice que los padres deben cuidar el trato que les dan a sus hijos con sobrepeso, debido a que pueden provocar trastornos emocionales y alimenticios como la anorexia, la bulimia.

“Pienso que todos en casa deben hablar el mismo idioma y apoyar al menor en su proceso de crecimiento. Esto se logra teniendo hábitos saludables como la realización de actividad física”.

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