“¡Vamos Junior! ¡Vamos!”
Más de 400 hinchas arroparon al equipo rojiblanco en el hotel con un banderazo, que duró alrededor de tres horas. ‘Teo’ respondió al cariño animando emocionado.
¡Vamosss! ¡Vamosss!”, gritó Teófilo Gutiérrez enloquecido, con el puño apretado, agitándolo de un lado a otro y generando la locura colectiva de los más de 400 hinchas que se reunieron anoche a las afueras del hotel Dann Carlton, para hacer un banderazo de apoyo al Junior, de cara a la ‘final’ de hoy ante Boca, por la fecha cinco del Grupo 8 de la Copa Libertadores de América.
“¡Vamosss que se puede!”, seguía gritando el delantero barranquillero, junto a una sonrisa cómplice, feliz por el apoyo recibido por parte de la afición. A Teo lo secundó Luis Carlos Ruiz, otro que empuñó su mano, mientras bajaba del bus y caminaba rumbo al lobby del sitio de concentración del cuadro currambero.
Lo de este martes fue una fiesta rojiblanca, llena de música, alegría y color. Desde las 5 de la tarde comenzaron a arribar lo hinchas uniformados con su camiseta, algunos con banderas, otros con instrumentos musicales. Todos llegaron preparados para alentar desde tempranas horas, a pesar de que el equipo se encontraba en la sede Adelita de Char realizando el último entrenamiento de cara al duelo decisivo de hoy en el ‘Coloso de la Ciudadela’.
La espera fue larga —alrededor de dos horas y 45 minutos—, pero eso no frenó la euforia de los barristas, tanto del ‘Frente Rojiblanco Sur’ como de ‘Los Kuervos’, quienes lideraron la iniciativa. A ellos se les unieron varios aficionados del común, quienes también decidieron arropar al equipo en este momento crucial de la temporada.
“¡Vaaa... vamos Junior, vaaamosss, que a Bocaaa le ganamooos!, ¡Vaaa... vaamos Junior, vaaamosss, que a Bocaaa le ganamooos!”, gritaban una y otra vez, conscientes de que la misión ante el xeneize es posible y mucho más en el ‘Metro’, la casa del ‘Tiburón’, con el apoyo incondicional de la afición.
La llegada de la noche no detuvo el ímpetu de los barristas, que seguían enloquecidos en su ‘fiesta’, esa que animaron, además, con pólvora y bengalas, que le impregnaron más colorido al momento.
“¡Juniorrr, Junior de mi vidaaa, dame una alegría, quiero ser campeónnn.Sabes todo lo que siento, yo te llevo adentro de mi corazónnnn!”, fue el estribillo cantado cuando bajaban uno a uno los jugadores del bus, todos respondiendo con un saludo fraternal, unos más carismáticos, otros más serenos.
Sebastián Hernández rompió el protocolo y se acercó a los hinchas para fotografiarse. ‘Teo’, Ruiz y José Luis Chunga alentaron como tres hinchas más, no solo fuera del hotel sino adentro, en las escaleras, donde siguieron alentando con el puño apretado, emocionados por el respaldo de la afición.
Fue una tarde-noche de emociones. La afición que se acercó al hotel respondió y le dio un mensaje claro al plantel rojiblanco: “No están solos”. Ahora les toca a los jugadores responder en el campo, venciendo a un histórico como Boca y dándole una alegría a su gente.
