Samba y cumbia se mezclaron en paz
“El fútbol no tiene fronteras. Todos somos amigos. Lo importante no es que apoyemos a distintos equipos, lo que importa es la hermandad. El fútbol une”, dijo Javier Ortega, hincha del Junior.
No hubo insultos, ni agresiones. La rivalidad quedó a un lado y un estrechón de manos y un abrazo selló una calurosa bienvenida en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez. Así fue el encuentro entre Javier Ortega, hincha del Junior, y Maiko Bassa, aficionado del Atlético Paranaense, mientras hacían ayer su ingreso al escenario de la Ciudadela 20 de Julio para presenciar el juego de ida de la final de la Copa Sudamericana entre tiburones y brasileños.
“El fútbol no tiene fronteras. Todos somos amigos. Lo importante no es que apoyemos a distintos equipos, lo que importa es la hermandad. El fútbol une. Aquí en Barranquilla todos son bienvenidos”, aseguró Javier Ortega, quien es médico de profesión.
Maiko, quien llegó desde Curitiba, en compañía de cuatro amigos más, valoró el gesto del seguidor rojiblanco. Recordó la solidaridad que tuvo el pueblo colombiano con la tragedia que sufrió el Chapecoense y cree que desde ese momento las relaciones entre Colombia y Brasil han mejorado mucho.
“Después de la tragedia del Chapecoense somos una sola familia. A nosotros no se nos olvida la solidaridad que tuvieron en ese duro momento que vivimos. Hoy estamos aquí, me siento cómodo y contento. Lo importante es compartir en paz y que gane el mejor”, sostuvo el hincha del Atlético Paranaense.
Hubo abrazos y sonrisas. La foto del recuerdo no podía faltar. A este bonito gesto se unieron más seguidores del Junior que arroparon a la hinchada del Paranaense.
“En Brasil también serán bien recibidos, así como nos han tratado a nosotros. Esto es bonito, nosotros lo estamos disfrutando”, agregó Maiko.